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Estudiantes investigaron sobre población con baja visión

Disponible en:Medellín11 oct. 2019

Se trató de una caracterización de los pacientes que tienen baja visión del Hospital Universitario San Vicente Fundación; las cinco jóvenes del grupo 11°14, profundizaron sobre las condiciones y posibilidades médicas y sociales que tienen las personas con alteraciones irrecuperables en sus ojos, considerados clínicamente con problemas de oftalmología, glaucometría o retinología.

Reisa Ogawa Londoño, Alejandra Ramírez Tenelanda, Natalia Giraldo Gómez, Isabela Pineda Osorio y Andrea Colorado Murillo, entendieron que los pacientes con baja visión son aquellos a los que no se les puede liberar más del 40% de su vista con los tratamientos de optometría que brindan las IPS –Instituto Prestador de Salud-, por lo que indagaron sobre las ayudas y problemas que presenta el programa de rehabilitación que ofrece este hospital para esta población.

 

 
Estudiantes del proyecto de investigación

Esta investigación se desarrolló bajo una metodología mixta; se recogieron aspectos cualitativos y cuantitativos de los pacientes que se relacionaban con: estrato socioeconómico, edad, tipo de enfermedad, elección laboral, la posibilidad de ser escogidos teniendo esta discapacidad y la cercanía en la que se encontraban del centro de salud, entre otros aspectos adecuados para realizar la caracterización.

El planteamiento del problema consistió en averiguar qué tan preparadas están las instituciones para atender a este público objetivo; las escolares identificaron falencias en los servicios que prestan las entidades de salud, a través de encuestas y entrevistas con los beneficiarios del programa de rehabilitación de la Fundación; además, manifestaron estar olvidados por las organizaciones de apoyo.

Andrea Colorado, quien también hace parte de esta población, afirmó que la visión de los pacientes se pierde paulatinamente a causa del retraso en las agendas para solicitar servicios especializados de optometría; la atención es lenta y la mayoría de las patologías visuales son degenerativas, es decir, entre más tiempo pase, la enfermedad empeora. Agregó que la falta de preparación se ve reflejada también en la infraestructura de las unidades médicas porque no es adecuada para el acceso libre de las personas con esta condición.

 

 
Estudiantes del proyecto de investigación

Estas Bolivarianas coincidieron en que es necesario conocer la vulnerabilidad en la que se encuentran las poblaciones con ceguera, porque la adaptación a la vida social con esta condición es difícil porque las instituciones no están capacitadas para hacer una diferenciación inclusiva, por lo cual, tener una libertad plena es casi imposible para ellos.

El Hospital San Vicente Fundación es la única organización en Medellín que brinda espacios de aprendizaje y adaptación completos para estas personas.

Según el médico optómetra, Jairo Alexander Ballesteros Serrano, la rehabilitación se presenta desde cinco servicios; primero se les ayuda con la orientación y la movilidad, -hacer actividades para mejorar la independencia y desenvolvimiento en todos los ámbitos-; en segunda instancia, se hacen entrenamientos con los auxilios ópticos para mejorar el grado de visión según su patología; luego, se estudian los elementos de la comunicación, ya sea a través de herramientas tecnológicas o de escritura; y finalmente, les enseñan las actividades de la vida diaria, -con base en su memoria visual aprenden a desenvolverse en casa y en la calle, estimulando al 100% los demás sentidos-.

Por otro lado, la motivación visual es para pacientes que recientemente se les descubre la patología; habitualmente se empieza con niños desde los cinco años de edad, que ingresan en un cuarto oscuro y  deben empezar a reconocer qué elementos están palpando o sintiendo. Para continuar con este trabajo, está la gestión para la inclusión a la vida social y laboral, es decir, los pacientes se acogen a unas asesorías psicológicas para escuchar y atender sus necesidades particulares, y que puedan asociarse a la vida normal.

Esta investigación ya entregó resultados y estuvo bajo la orientación de la docente Adriana María Lombana Toro, quien les impartió las bases en la cátedra investigativa, y comentó que este trabajo vislumbra la inclusión desde el ámbito educativo, porque Andrea, asume los retos y las actividades al igual que  las otras compañeras, y su condición no la exime de actividades, sino que le genera retos a ella y a su equipo de trabajo.

Este ejercicio le permitió a Andrea  reconocerse e identificar que existen otras personas que tienen sus  mismos miedos, desafíos, y sobre todo, darse cuenta que hay muchos programas y herramientas tecnológicas  que fortalecen su autonomía  desde su dificultad. Considero que esta indagación tendrá  impacto en la comunidad educativa en la medida que  entendamos que hay que abrir y garantizar la posibilidad de desarrollar competencias  a pesar de las limitaciones que tenga un estudiante”.

La docente agregó además que, Andrea ha demostrado que puede liderar un proceso de investigación y participar en las diversas actividades del Colegio. El equipo de compañeras con las que ha trabajado se han sensibilizado más con las problemáticas; entonces no sólo hay ganancias en las competencias investigativas, sino también las virtudes del ser.

Reisa y Natalia vieron este proceso como una oportunidad para llegar con textos en braille a los lugares recónditos de Colombia; descubrieron que en las zonas rurales hay muchas personas con ceguera o patologías visuales, las cuales les es difícil asistir a la ciudad para que sus obligaciones sociales y médicas sean atendidas.

 

 
Estudiantes del proyecto de investigación

Este proyecto también ha sido motivo de orgullo para las familias; las estudiantes se han apropiado muy bien de su labor como catalizadoras de solidaridad y altruismo por las personas que más lo necesitan. La mamá de Andrea, Beatriz Elena Murillo Valencia, expuso el hecho que la comunidad educativa conozca las situaciones precarias que tienen que sobrellevar las personas con baja visión, emediante el fortalecimiento de los valores Bolivarianos que se piensan desde el humanismo ante la fragilidad de otros.

Mi hija ha adquirido mucho vigor y resistencia para salir adelante, afrontando los obstáculos en el camino; no le gusta que le tengan lástima y se ha trazado metas importantes en la vida. Ella empezó a perder su visión desde el 2016 y fue el resultado de una hidrocefalia que conllevó muchas operaciones; confieso que casi sentí que la perdía, pero lo superamos confiados en la gracia de Dios”.

Según el epidemiólogo y coordinador de proyectos, Óscar Alonso Villada Ochoa, el trabajo de investigación ya está aprobado por la dirección de proyectos e investigaciones del Hospital Universitario San Vicente Fundación, y seguirá desarrollándose en dicha entidad con planes de ampliarlo al ámbito nacional, y si es posible, al  internacional. También, fueron escogidas para exponer su proyecto en la IV  Feria de Investigación del Colegio de la UPB, que se desarrollará el 1 de noviembre.

 

Agencia de Noticias del Colegio de la UPB

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