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Tomás Salazar Suaza, estudiante del grado décimo del Colegio de la UPB Marinilla, realizó en 2018, teniendo solo trece años, la obra “El Sueño”, una pintura plasmada bajo la técnica de acrílico con espátula que, próximamente, será expuesta en el Museo de Arte de Rionegro.
La pintura ha representado para Tomás una forma de expresión, de manifestar aquello que lleva dentro y dejarlo salir para comunicarlo a los demás, por lo tanto, todo lo que plasma en su lienzo está contando algo y busca transmitir una sensación. Así mismo, las palabras, como muestra artística complementan lo que el estudiante quiere precisar. Es por esto, que la retrospectiva de la obra toma fuerza, sentido e importancia, pues se trata de la extensión de la misma.
La retrospectiva de la obra dice así:
“A través de la pintura, voy encontrando los mecanismos expresivos para comprender de alguna manera mi lugar en el mundo.
Es una labor que si bien, pudiera parecer lúdica, se traduce en un diálogo sincero entre mi esencia más profunda y el lienzo que me devuelve una imagen onírica del futuro. Sentimientos, pensamientos y deseos, se van viendo proyectados en la tela, con la complicidad de la técnica pictórica con la cual me siento muy cómodo: el acrílico con espátula.
Las texturas obtenidas a través de la carga matérica y las rápidas espatuladas me ofrecen posibilidades pictóricas ideales para expresar ciertos estados anímicos y de encuentro íntimo conmigo mismo. Busco crear una atmósfera específica huyendo de la suavidad relamida del pincel, aceptando la fuerza del trazo espontáneo y del color introspectivo, casi mágico, de transformación constante.
Los elementos formales van dando forma a un autorretrato que representa el espíritu soñador que acompaña una época precisa de mi vida.
El sueño, un autorretrato que proyecta varios sentimientos; como pasión y deseo.
Representación de un espíritu soñador, en la cual se reflejan pensamientos y planes para el futuro.
Abriendo un baúl de estrellas, observándolas desde cerca, las estrellas son mis miedos, dejándolos salir y alejarse”.
Como dato curioso, es preciso mencionar que Tomás es daltónico, y esto solo ha representado ventajas para diferenciar su trabajo, darle un tono personal cuando se permite guiarse por lo que ven sus ojos y plasmar una realidad en tonos diferentes, una nueva forma de mirar. Así expresó el estudiante su experiencia como un daltónico apasionado por la pintura:
“Ser daltónico me parece un poco curioso por el medio en el que me muevo. Hace poco para un trabajo que realicé, una señora me pidió un pájaro amarillo y yo inconscientemente, lo hice verde. Esa obra me quedó muy buena, yo creo que el daltonismo se refleja mucho en mi obra, hay algunas piezas que yo las pinto como las veo y otras en las que sí le debo prestar más atención a los colores que estoy utilizando y fijarme mucho en el nombre”.
Actualmente, Tomás tiene 15 años, ha presentado específicamente esta obra ya en dos exposiciones anteriormente. En un café bar de Rionegro llamado “La Verbena”, que representó su primera exposición individual. Y, luego, una exposición colectiva que se dispuso en un café llamado “Texturas y Armonías”, esta fue con los compañeros de “Alas de Mariposa”.
Aquí puedes seguir el trabajo de Tomás
Además, hizo parte de la III Bienal de Arte en El Santuario, Antioquia, con otra de sus obras titulada “Se voltió la arepa”. Debido a la calidad de su trabajo, Tomás comercializa sus obras; originales de su propia autoría, piezas realizadas en clase y pinturas bajo encargo, siguiendo las exigencias de las personas que confían en su trabajo.
Valentina Cuervo Cortés, Agencia de Noticias del Colegio de la UPB