Diálogo interreligioso

Disponible en: Medellín

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Presentación

En nombre de Dios y en nombre de las religiones se han cometido crímenes atroces contra la humanidad. Incluso en nombre de Dios hemos asistido a grandes divisiones entre los hombres. Dios ha sido, en muchos casos, motivo de contradicciones y exclusiones de hombres y mujeres. “Desde la religión y en defensa de la religión, los cristianos han predicado la guerra, la tortura, la privación de la libertad para los seres humanos, y también la muerte. Por eso hoy es perfectamente posible la existencia de grupos sociales que son, al mismo tiempo, profundamente religiosos y violentamente insolidarios, o incluso opresores y hasta violentos. Porque la religión ‘legitima’ a los dictadores, a los tiranos, a los políticos y gobernantes incluso cuando toman decisiones turbias e inhumanas...

Un diálogo entre las religiones debe apostar necesariamente por el hombre. Si llegamos a acuerdos significativos en términos de lo humano es muy probable que ganemos cosas de gran alcance para la humanidad. Los postulados básicos de la reflexión en torno al hombre deben estar siempre en términos de lo que humaniza más al hombre; qué lo acerca más a los otros hombres, esto es, qué lo hace mejor; no se trata de mejor en términos morales o desde una perspectiva particular, sino en tanto género humano. Existen coincidencias en el terreno de lo mejor para el hombre. “El hombre ha de ser más de lo que es: ha de ser más humano. Es bueno para el hombre lo que lo preserva, fomenta y realiza su humanidad, y todo aquello de una forma totalmente nueva. El hombre ha de explotar su potencial humano, en aras de una sociedad y un ecosistema intacto, cambiando básicamente su rumbo de actuación. Su humanidad en potencia es muy superior a su humanidad en acto”.

No hay nadie, ninguna religión, que no quiera un hombre más digno, un hombre con mejores condiciones de vida, un hombre con más posibilidades de realización. En el ámbito de las religiones, todas apuestan por un hombre más humano, más  solidario, más atento a los sufrimientos del otro, menos indiferente frente a las dificultades y debilidades del otro. “Incluso los seres humanos que no creen en Dios encuentran su vida en el mundo llena de sentido y se esfuerzan por un mundo mejor y más humano”; también “creyentes y no creyentes están, por lo general, de acuerdo en que todo lo que existe en la tierra se ha de ordenar hacia el hombre como hacia su centro y culminación”. No sólo en un ambiente religioso, en nuestros días son muchos los hombres seculares cuyo proyecto moral concierne a la dignidad del hombre en cuanto tal. Este podría ser un elemento importante para el diálogo entre las grandes religiones del mundo. Es posible llegar a acuerdos concretos y significativos si se tiene en la mira problemas más comunes, preocupaciones similares, si existe un norte hacia dónde dirigir los esfuerzos y preocupaciones; preocupaciones que vinculan a toda la humanidad.

Objetivos

• Interpretar los contextos actuales del diálogo interreligioso mediante un análisis de los factores que lo hacen posible para proponer como criterio indispensable de encuentro entre las religiones el ser humano.
• Identificar los elementos constitutivos del diálogo interreligioso  y los nuevos escenarios de su desarrollo
• Analizar los factores presentes en el encuentro entre las religiones  y su incidencia en la posibilidad del diálogo.
• Proponer como criterio indispensable para el diálogo interreligioso el ser humano    

Dirigido a

Público general interesado en el tema.

Duración o Intensidad

16 horas

Lugar

UPB Sede Laureles 

Contenido

• El fénomeno religioso.
• Un diálogo necesario.
• Criterios para el diálogo.
• Tradiciones para el mundo.
• Unidad y multiplicidad.

Observaciones

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