Galería Trayectos

Ana Cristina Muñoz Bedoya

Durante la adolescencia, pude encontrar en las expresiones artísticas, una forma de enfrentar la realidad que me parecía tan hostil. Estuve explorando la ilustración por mucho tiempo, para luego pasar por la pintura con diferentes técnicas, hasta llegar finalmente a la cerámica. La que empleo actualmente para realizar piezas tanto utilitarias como decorativas. 

Ana María Vélez Evans

Inicié la pintura cuando estaba en primaria en el colegio, se unió mi gusto por el arte y el amor que siento por los caballos. 

Claudia Elena Villegas Stellyes

Desde que era muy pequeña, en principio me interesé por las fotografías en los paseos familiares cuando con una cámara Minolta comencé a tomar mis primeras fotografías. Claro, la revelada de las fotos era un cuento. Comencé a interesarme por las formas, colores, la maravilla de la luz y su efecto sobre personas, cosas, paisajes, momentos que podían gracias a la magia de la fotografía, plasmarse en una experiencia única y perdurable. 

Claudia Inés Arenas Henao

Desde niña fui educada en un ambiente artístico y manual. Mis padres nos proporcionaron a mis hermanas y a mí cuanto necesitábamos para pintar, dibujar, tejer. Entre hilos y cabuyas moldearon nuestro espíritu a lo "hecho en casa". Lo que uno hace con sus propias manos tiene más de un significado, y por lo tanto tiene más valor. 

Mis primeras obras son un camino recorrido, un aprendizaje valioso, algo maravilloso. A veces las encuentro no tan prolijas, pero son encantadoras. 

Gabriela Estefanía Valencia Galeano

Recordar [en qué punto de mi vida comencé a interesarme por el arte] es vivirlo cada momento, desde siempre. La vena artística en la familia es de siempre. Puedo recordar un momento muy especial, a los 6 años, el mejor regalo de niño Dios que he tenido: la caja edición especial de madera de los 96 lápices de color más hermosos del universo de Prismacolor. Trato de mantenerla con todas las referencias, aunque algunas ya no se consiguen. 

Johnson Garzón Reyes

Cuando era niño, me apasionaba la fotografía, pero no tenía una cámara profesional. Mis padres para fomentar la lectura a mi hermano mayor y a mí, nos suscribieron al Círculo de Lectores y ellos en el año 1980 lanzaron el libro “El Placer de Fotografiar", editado por la Kodak. Lo leí de principio a fin, muchas veces, y en la actualidad lo sigo leyendo. Comprendí mis primeras bases de lo que es “Arte de Ver a Través de una Cámara” y “Comunicar a Través de una Imagen". Posteriormente mis padres me regalaron una cámara Olympus Trip 35. Así inicié. 

Jose Fabio Vélez Mejía

Cuando tenía 12 o 13 años y pertenecía a los Scouts de Colombia, un compañero me enseñó a tallar madera con una navaja. Hacíamos principalmente figuras de animales. 

Al inicio de los años 70 empecé a trabajar la figura humana. 

Al revisitar mis primeras obras veo con sorpresa lo que se podía lograr en condiciones de trabajo muy precarias. No sé si ahora sería capaz de tallar madera solo con una navaja

José Guillermo Ánjel R (Memo Ánjel)

Juan Fernando Mesa

Cuando cursaba el segundo año de primaria en la UPB, por allá en 1942, un profesor de grata recordación, don Alfonso Cifuentes, promovió algunas actividades artísticas entre sus alumnos. Entre ellas, presentación de pequeñas obras de teatro. Los telones para ambientar el escenario los preparamos los estudiantes. Estas actividades fueron despertando mis motivaciones por las artes plásticas. Paralelamente un tío mío tenía una fábrica de potes y jarrones de barro cocido; en contacto con su empresa, me fui familiarizando con la arcilla, y por ello con la cerámica. 

Años después, a mi hermano mayor le enseñaron a revelar fotografías. Él a su vez, replicó en mí su aprendizaje. Nació desde entonces mi afición por la fotografía. 

Mi padre me facilitó el aprendizaje de la pintura. Doña Tulia Gil de Osuna fue mi profesora inicial en pintura al óleo. Posteriormente otras personas contribuyeron a mi formación en estas artes: Eduardo Echeverri, en pintura y acuarela, Gonzalo Restrepo Álvarez y Pablo Guerrero en fotografía, Dorié Acosta en grabado, Miguel Ángel Betancur en escultura… 

Juan Manuel Echavarría Maya

Julián Cardona Arroyave

Desde que tengo memoria he tenido una afinidad por el arte, es especial por los frescos egipcios y las ilustraciones asiáticas. Mi madre solía pintar cuadros cuando yo era un infante y como ella siempre vio ese interés mío como un hobbie saludable, desde muy pequeño estuve en cursos de dibujo, pintura y plástica. En el colegio, siempre tuve una habilidad excepcional en la clase de educación artística debido a tantos años de formación, pero me aburría bastante porque lo que veía a mi alrededor no me parecía un reto o que me motivase creativamente; no fue hasta noveno que mi profesora, Martica, me mostró la posibilidad de escoger el arte como profesión... y efectivamente terminé siendo un Maestro en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia. 

Creo que [el ejercicio de revisitar las primeras obras] innegablemente te muestra tu progreso: te recuerda muy bien dónde empezaste y cuánto ha evolucionado tu técnica, tu mirada, la concepción que tenías de la vida misma ha ido mutando. Creo que, en este momento, aunque quisiera, no sería capaz de hacer algo así; de la misma forma en la que mi yo de primer semestre de la universidad no sería capaz de hacer lo que hago ahora, nunca se creería capaz de lograr tanto, solo. No cambiaría absolutamente nada de lo que está ahí, porque en ese momento, en el tiempo, era como debía ser. 

Luis Fernando Rodríguez Palacio

Desde niño siempre pinté. Luego, estudiando arquitectura me gustó la acuarela, fue una herramienta apoyada en la perspectiva para mostrar mis ideas del proyecto que estaba desarrollando, y ya en mi vida profesional, estas técnicas las adopté como metodología de trabajo para tener una comunicación directa con los clientes. 

Al revisitar mis primeras obras percibo una evolución y un progreso en la técnica. Siento alegría al ver cómo he mejorado.