Esta fecha se celebra cada año desde 1967, con el objetivo de darle un espacio de reflexión al mundo acerca de la importancia de la alfabetización como un factor de dignidad, derechos humanos y de avances en la agenda de alfabetización con miras a una sociedad más instruida. A pesar de los logros alcanzados, los desafíos persisten, ya que, según la UNESCO: “773 millones de adultos en el mundo no poseen, hoy en día, las competencias básicas en lectoescritura”.
La Rae define la palabra “alfabetizar” como la acción de enseñar a alguien a leer y escribir, en su defecto, las personas que no adquieran este conocimiento serán nombradas como analfabetas.
“Este día en el 2020 hará hincapié en la enseñanza de la alfabetización y el aprendizaje durante la crisis de la COVID-19 y más allá subrayando el papel desempeñado por los docentes y la evolución de las pedagogías. El tema hará hincapié en el aprendizaje de la lectoescritura desde la perspectiva del aprendizaje a lo largo de toda la vida y se centrará fundamentalmente en los jóvenes y adultos”, manifestó la Organización de las Naciones Unidas.
Claramente, la propuesta en trabajar de forma más ardua en la enseñanza de la lectoescritura en la población adulta, radica en la alta cifra de analfabetismo que esta tiene en las personas de edad avanzada alrededor del mundo, aunque esta cifra para las actuales generaciones ha disminuido gracias a las alternativas de escenarios de educación se sugiere seguir apoyando minuciosamente estas habilidades que permiten una mejor calidad de vida en la sociedad.
En un principio, en este día solo se evaluaba la cantidad de personas que sabían leer y escribir, dentro del territorio nacional de cada país. A partir del año 2017, también se sumó la alfabetización digital, que no es otra cosa que la capacidad que tienen las personas para entender y usar de forma provechosa las nuevas tecnologías comunicacionales.
La alfabetización nos ayuda a ser más autosuficientes y eleva nuestras competencias dentro del mercado laboral o la economía en general. Una persona que cuente con las capacidades básicas de leer, escribir e interpretar y que, además, sepa dar buen uso a la tecnología con el fin de alcanzar un propósito determinado, puede lograr su independencia económica y ser altamente competitiva dentro de la realidad actual.
Por eso, este día brinda la posibilidad de analizar el papel de los docentes, así como las políticas, los sistemas, la gobernanza y las medidas eficaces capaces de apoyar a los educadores y el aprendizaje, con el objetivo de buscar soluciones para que cada día los roles de alfabetizador y alfabetizado sean más populares y apreciados.
“Desde pequeño supe que mi imaginación siempre me llevaría a mundos extraordinarios, lo que nunca pensé era que el compañero de mis grandes aventuras serían los libros; gracias a ellos viajo a lugares fantásticos, aprendo cosas que no conocía, me transformo en el protagonista y algunas de las palabras nuevas que aprendo, muchas veces impresionan a mi familia. Mi otra compañera de aventura es la escritura; me ha enseñado a tener nueva memoria, a ser organizado y ser coherente cuando hago mis tareas y las cartas a mis abuelos, y a mi papá que está lejos. ¡La lectura y la escritura, sí que cambiaron mi vida!”, dijo Emiliano Said Lotero de 3°12.
El Colegio de la UPB, comprometido con las habilidades que les permiten a los estudiantes un mejor desempeño social, cultural e individual, realizará para la celebración de esta fecha, en conjunto con las Bibliotecas Escolares por medio de la plataforma Teams, una charla con Nathalia Castañeda Aponte, directora pedagógica y editora de Enlace Editorial.
De esta forma, la institución bolivariana aporta su grano de arena al objetivo principal de la ONU con la creación de la Agenda 2030, que es conseguir que cada país del mundo pueda garantizar su propio desarrollo, ya que al disminuir tanto el analfabetismo lingüístico como el digital, se le brinda las herramientas necesarias a los seres humanos para que logren una mejor calidad de vida.
Agencia de Noticias de la UPB