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La educación inclusiva fue mencionada por primera vez por la UNESCO en los 90´, definiéndola como “educación para todos”; no obstante, en Colombia fue hasta el 29 de agosto de 2017 que fue expedido el decreto 1421 por el cual se reglamenta en el marco de la educación inclusiva la atención educativa a la población con discapacidad.
En el presente año, como consecuencia de los cambios que ha enfrentado la educación en la adaptación a la virtualidad, este tema ha recobrado fuerza, incluso, en la evolución del concepto, ha llegado a contemplarse como algo más que un espacio, centrándose en brindar las mismas oportunidades a todos los estudiantes, reconociendo sus cualidades y haciendo de las diferencias oportunidades para aprender.
La inclusión en la educación va más allá de preocuparse por los estudiantes con necesidades educativas especiales, va encaminada a atender las diversidades de niños, adolescentes y jóvenes con condiciones sociales, económicas y culturales diferentes, buscando transformar incluso la realidad de la población rural, de brindar herramientas (energía eléctrica, internet, computador) para permitir la educación a distancia que inevitablemente se ha fortalecido en el 2020. La educación inclusiva encuentra estrategias de educación para quienes tienen dificultades con el aprendizaje del sistema tradicional.
“Dada la emergencia sanitaria, se tiene como reto generar y articular experiencias de aprendizaje significativo desde la virtualidad, el Colegio de la UPB emprende un nuevo camino para el acompañamiento a los estudiantes desde procesos pedagógicos adecuados para ambientes virtuales, que implican unas adecuaciones curriculares, que favorezcan la comunicación, la participación y el aprendizaje incluyente donde el elemento fundamental sea la comprensión de las condiciones emocionales que están atravesando los estudiantes durante este aislamiento”, manifestó el comité de inclusión del Colegio de la UPB.
En este sentido, no se trata solamente de adaptar las diferencias al modelo educativo actual, es decir, no es solo un problema de adaptabilidad, sino que se favorece un espacio de intercambio que fomente el diálogo y la comunicación, convirtiéndose en un trabajo de todos los actores involucrados en el proceso.
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“En el 2019 el comité organizó las políticas de inclusión para el Colegio, las cuales contemplan la ruta de inclusión que pretende indicar estrategias metodológicas, didácticas y evaluativas para el acompañamiento a los estudiantes que tienen necesidades educativas especiales determinadas por un especialista, el comité a través de toda la Ruta de Atención Integral busca generar adecuaciones curriculares, estas pueden ser del orden de un PIAR (Plan Individual de Ajustes Razonables), o hacer un ajuste razonable dependiendo las condiciones particulares del estudiante”, explicó Nolber Trujillo Osorio, director académico.
Adicionalmente, la institución promueve y desarrolla estrategias que vinculen a los acudientes buscando, según el comité de inclusión, “establecer una alianza de corresponsabilidad con las familias, para brindarles el apoyo necesario en el proceso académico y formativo de los estudiantes, a través de los diferentes medios que se tiene como institución, para favorecer los diálogos permanentes y las orientaciones claves que beneficien los procesos. Además acompañar e incluir a los docentes que desde sus casas están generando aprendizajes para la virtualidad buscando motivar, conectar y fortalecer las competencias de sus estudiantes”.
El Colegio de la UPB, como institución que implementa y fortalece el ejercicio de los derechos humanos, de las relaciones sociales y de la construcción ciudadana, le apuesta a la educación inclusiva como una herramienta que permite la equidad acogiendo a los estudiantes, docentes y padres de familia en pro de facilitar el aprendizaje de todos como comunidad.
Agencia de Noticias del Colegio de la UPB