La huella hídrica: algo en qué pensar para esta temporada seca

Se acerca la temporada seca y es común empezar a preguntarse qué se puede hacer para disminuir los impactos negativos que esto pueda traer. Entre las opciones está almacenar agua, monitorear los bosques y protegerse del sol. Sin embargo, estas acciones solo son temporales.

Actualmente es necesario cambiar hábitos de forma permanente. Un consumo responsable y consciente traerá mayores beneficios para todos. Conocer la huella hídrica de lo que comemos y compramos nos llevará a preguntarnos qué es verdaderamente indispensable y qué podemos evitar o disminuir.

¿Qué es la huella hídrica?

 

Detrás de cada producto o alimento que compramos se gastó cierta cantidad de agua para producirlo. La huella hídrica mide entonces el volumen consumido, que se evaporó o contaminó a lo largo de la cadena de suministro. Así, no solo importa el uso directamente de este elemento, sino el estilo de vida que se lleva.

La huella hídrica tiene tres categorías: Huella azul (volumen extraído de un cuerpo de agua y evaporada en el proceso), huella verde (volumen de agua lluvia  en la vegetación) y huella gris (cantidad de agua contaminada).

Cualquiera la puede calcular, desde individuos hasta empresas, ciudades o naciones. Gracias al interés de diferentes personas y colectivos por crear consciencia, cada vez es más fácil calcular la huella propia. Entonces, ¿estás preparado?