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Miguel Ángel: valentía, recuperación y fe

Disponible en:Medellín26 jul. 2024

Agencia de Noticias - Colegio de la UPB. Miguel Ángel Arroyave Giraldo es estudiante del Colegio de la UPB y a sus 11 años se recupera de un trasplante de corazón.

El camino no fue fácil, desde octubre del año pasado, Miguel Ángel luchó contra una enfermedad que puso en riesgo su vida. Después de una “fuerte gripa”, según declaraciones de su madre Verónica Arroyave Giraldo, se empezaron a descubrir diferentes afectaciones en su cuerpo, entre esas, un trombo en el ventrículo izquierdo (cámara de bombeo) de su corazón. La única esperanza era un trasplante.

 
Miguel Ángel

Su valentía y la fe inquebrantable de su madre los llevaron a enfrentar cada día con determinación y esperanza. "Es más tuyo que mío, Señor", dijo Verónica, encomendando la salud de su hijo.

Después de meses de incertidumbre y cuidados intensivos, el milagro llegó el 16 de enero de 2024. Miguel Ángel recibió un nuevo corazón, un regalo que devolvió la paz a su familia y renovó la esperanza de su madre.

Nace un emprendimiento

En medio de la adversidad, la vida muestra el poder de la resiliencia y la creatividad. Verónica Arroyave Giraldo nunca imaginó que las arepas de queso que solía hacer para su hijo se convertirían en un símbolo de esperanza y fortaleza.

Yo siempre le inculqué a Miguel Ángel que fuera independiente, que pensara más allá de las cosas", recuerda Verónica. Su hijo siempre mostró una creatividad innata, la cual se reflejó en un momento crucial cuando estuvo hospitalizado. Ante la incertidumbre de su estado de salud, Miguel Ángel decidió que no podía quedarse sin hacer nada. "Mami, yo algo te tengo que dejar", dijo Miguel. Así nació la idea de vender las arepas que disfrutaban juntos.
 
Miguel Ángel hablando

Desde ese momento, Verónica se convirtió en el motor detrás de Arepas de Corazón “Sabor que llega al alma”, un emprendimiento que no solo los ayudó a mantenerse económicamente durante esta situación, sino que también los entretuvo mientras estaban en el hospital.

La comunidad educativa del Colegio de la UPB apoyó esta iniciativa de Miguel Ángel.

“Con el apoyo del Colegio de la UPB estamos muy agradecidos. Nos sentimos muy acogidos por la familia UPB porque son una familia para nosotros, siempre estuvieron muy pendientes sobre cómo está Miguel Ángel, y si lo podían visitar. Definitivamente el apoyo fue mucho y muy completo”, comentó Verónica.

Recientemente, Miguel Ángel volvió a su Colegio y en medio de la eucaristía de inicio de semestre les llevó un mensaje a sus compañeros y profesores: “Está bien llorar, pero nunca darse por vencido”.                                                                                              Ahora, se está recuperando para regresar a clases en el 2025 y reunirse con sus amigos.
 
Miguel con su madre y abuela

Su historia es un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor, la fe y la creatividad pueden iluminar el camino hacia la recuperación y la renovación.

Por: Manuela Arboleda Ríos - Agencia de Noticias del Colegio de la UPB  

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