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El 15 de mayo se celebra el Día Internacional de la Familia, este surge bajo un marco legal que tiene como objetivo proveer la protección integral de la familia resaltando su papel y su importancia para el desarrollo de la sociedad. Es entonces, a partir de la Ley 1361 de 2009 que los entes territoriales crean políticas públicas de protección a la familia.
Para el Colegio de la UPB celebrar la familia es importante, pues son quienes están al tanto de completar en conjunto el proceso académico de los estudiantes y brindan las primeras bases personales dentro de los niños, no en vano se afirma que “todo empieza desde casa”.
Al respecto, Catalina María Velilla Rojas, trabajadora social del Colegio de la UPB, afirmó “Queremos hacer un reconocimiento al trabajo mancomunado que se viene haciendo entre Colegio-Familia y que, finalmente, lo que está reflejando es la corresponsabilidad a la que estamos llamados: trabajar por un proyecto único que es la formación del ser”.
La pandemia a causa del COVID-19 hizo posible un nuevo encuentro entre hogares y salones de clase; padres de familia y docentes; por primera vez el hogar y el segundo hogar de los estudiantes convivió entrelazado, convirtiéndose en una situación a la que todos debían adaptarse.
Es así, como Colegio y familias tuvieron que unirse aún más, apoyarse el uno en el otro en busca de un mismo objetivo: el bienestar de los estudiantes, su crecimiento personal y académico. Ana María Garzón Montoya, docente de Marinilla, quien además es madre contó cómo fue este proceso para ella y su familia:
“Hemos observado un proceso de maduración un poco más acelerado en nuestros hijos, ya que han demostrado más independencia en actividades como el manejo de horario, la responsabilidad de asumirse dentro de una plataforma virtual, la responsabilidad de cumplir con las asignaciones de cada área y los tiempos de entrega. Y nosotros como padres, nos hemos visto enfrentados a un rol más activo en el proceso escolar y en el acompañamiento de nuestros hijos”.
No es un secreto que la pandemia hizo del núcleo familiar la compañía más frecuente, y la convivencia constante no es un proceso fácil de mantener en bueno términos; sin embargo, las familias bolivarianas han encontrado la forma de hacer de este tiempo un espacio de encuentro y reconocimiento familiar, aprendiendo del otro y construyendo una relación más fuerte dentro del hogar.
Se hace evidente la conexión entre colegio y familia dentro del proceso de desarrollo de los niños y niñas, dentro de esta relación, Ana María Garzón resaltó
“Para nosotros como familia ser bolivarianos significa encontrarnos vinculados a un lazo fraternal donde aparte de encontrar una institución educativa y una formación integral para nuestros hijos hemos encontrado esa segunda familia que nos ha brindado calidez humana y grandes valores desde el humanismo Cristiano, lo que nos concede cada día un corazón más agradecido por pertenecer a nuestra segunda familia, mi familia UPB y sentirme Orgullosamente UPB”.
En conclusión, el Colegio es una extensión de la familia, como lo manifestó la familia Arango Vásquez al expresar “Tenemos el espíritu bolivariano muy arraigado, muy en nosotros, confiamos plenamente en Bolivariana, por eso tenemos nuestros hijos allí y promulgamos a viva voz la felicidad que tenemos de pertenecer al Colegio y la Universidad, siendo bolivarianos en cualquier ámbito en el que nos encontremos”.
Valentina Cuervo Cortés, Agencia de Noticias del Colegio de la UPB.