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“En un mundo que podemos llamar ‘huérfano’, en este mundo que sufre la crisis de una gran orfandad, nuestra ayuda es decir: ‘¡mira a María, tu Madre!’”.
Papa Francisco
En la Iglesia Católica profesar el amor a María toma un significado de gran valor, considerando que ella es la madre de Dios, de la Iglesia y de todos los feligreses. En este sentido, la conmemoración a su mensaje se remonta al siglo XVII, cuando se declaró por parte de la Orden Eclesiástica dedicarle el mes de mayo como reconocimiento a su labor intercesora.
El Capellán de Bachillerato, Juan Camilo Restrepo Tamayo comentó que el Colegio busca una formación integral para la transformación social y humana, mencionando que es primordial enseñar no solo desde los conocimientos académicos, sino también inculcar principios y valores, por ello, mostrar y presentar con sencillez, claridad y con vigencia la figura de Santa María, ayuda a trascender las dinámicas educativas.
La escucha, el servicio, la entrega, la alegría, la disposición, la confianza y el perdón, son valores que se profesan con esta imagen y que son de gran importancia para alcanzar los objetivos del Colegio. María es ejemplo de una mujer integral, que ayuda a generar conciencia de fe y formación en los estudiantes”, añadió el Padre.
El amor Mariano se articula con las dinámicas institucionales del Colegio de la UPB por su carácter católico, confesional y abierto a otras manifestaciones religiosas. Aquí se tiene como precedente que si Dios eligió a María para ser la madre de Jesús, es porque ella demostró grandes virtudes en medio de su sencillez y se convierten en valores que están condexados en el Espíritu Bolivariano y que buscan formar una comunidad educativa que quiera imitar a Jesús y a su madre en sus maneras de ayudar al mundo.
El Colegio de la UPB en pro de enaltecer el Humanismo Cristiano y la evangelización de la cultura, viene desarrollando actividades que tienen como objetivo dar a conocer el mensaje que Dios quiso transmitir por intermedio de María. Con altares institucionales y grupales, en los que hace presencia la imagen que se tiene de la Virgen y en los cuales destacan las flores y las velas como ofrendas de amor hacia ella, se crea un espacio de unión grupal en torno al mensaje de la presencia divina; y las celebraciones comunitarias, en las cuales se busca engrandecer el nombre de la madre de Dios.
Como parte de las estrategias para difundir este mensaje, en cada jornada, al final e inicio de la misma, suena el Ángelus, como una sublime plegaria que permite recordar la anunciación del Arcángel en Nazareth y el misterio de la Encarnación del Verbo en las entrañas de una mujer.
La agencia de noticias católica, Aciprensa, afirmó que la tradición logró su extensión mundial en el siglo XIX y en su inicio fue vista como la oportunidad de darle un lugar especial a María. Antes, en el siglo XII, se realizaba el Tricesimum o la devoción de treinta días a María que con el paso del tiempo se fue transformando en fechas y en modos de realizarse, hasta llegar a la práctica que hoy en día se realiza.
Conocido como el Mes Mariano, mayo se convierte en la temporada especial de celebración a la mujer por excelencia de la Iglesia Católica; una mujer que con sus valores y cualidades acompañó, escuchó y aconsejó cuando debía al Pastor de hombres, Jesucristo. Esta declaración de fe a la madre de Dios se realiza no por la larga data que posee en la Iglesia o por las gracias especiales que se pueden obtener mediante la devoción a ella, sino, exaltando que María es la madre de la humanidad y es quien se preocupa e intercede por sus hijos en el cielo.
El Ángelus, por su parte, es una oración que representa el saludo del Ángel Gabriel al anunciar el nacimiento de Jesús y que según la Diócesis de Canarias, en España, inició su difusión gracias al Papa Juan XXIII, quien comenzó a rezarlo en la Plaza de San Pedro los domingos y días festivos antes de cada bendición con el fin de transmitir el mensaje de amor que María tiene por el mundo.
Por: José Luis Tapias Ferrer, Agencia de Noticias Colegio de la UPB
Corrección de estilo: Camilo Zapata Mesa, Comunicador Social del Colegio de la UPB