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Agencia de noticias - Colegio de la UPB. En los pasillos del Colegio de la UPB no solo se cruzan estudiantes con cuadernos y sueños, sino que también se tejen memorias que atraviesan generaciones. Es el caso de David Toro y Daniel Arizmendi, dos egresados del Colegio de la UPB.
Durante su paso por la institución, ambos compartieron experiencias que marcaron su formación académica y personal. Años después, al pensar en el lugar donde sus hijos crecerían, aprenderían y se prepararían para la vida, no dudaron en volver al mismo punto de partida.
Esta decisión no estuvo basada solo en los recuerdos, sino también en el deseo de que sus hijos construyeran una historia propia, con la misma base y bajo los mismos valores con los que ellos se formaron.
David Toro, papá de Juan Martín del grado Transición, atesora recuerdos que abordan desde 1° hasta 11°. Recuerda con afecto las semanas bolivarianas, integraciones y actividades que vivió.
Siempre soñé con que Juan Martín estudiara en el mismo Colegio que yo, es que no existía otro plan. Reconozco la formación tan balanceada y nutrida que aquí ofrecen, especialmente en valores. Me siento profundamente agradecido con la institución y estoy seguro que no me equivoque al elegirlos”.
Ahora disfruta compartir momentos cotidianos con su hijo dentro del EcoCampus como paseos por los espacios verdes. Cuando lo vio vestido con el uniforme del Colegio, lo describió como un instante cargado de nostalgia, uno de los más hermosos de su paternidad. Espera que Juan Martín mantenga ese sentido de pertenencia y los valores recibidos, y que además los proyecte en su vida con su familia y amigos, para que lleve siempre el nombre de la UPB en alto.
Del otro lado, Juliana Marulanda y Daniel Arizmendi, padres de Salomé, también evocan su paso por la Universidad y el Colegio, respectivamente. Daniel resalta a sus compañeros y profesores como Martín, Bernardo o Carlos Mario, quienes contribuyeron decisivamente en su formación. Juliana valora el EcoCampus como un espacio para conectar con la naturaleza, meditar, leer o investigar.
Afirman que su experiencia fue determinante al matricular a su hija buscaron un espacio donde ella fuera escuchada e importante, y lo encontraron en el Colegio de la UPB.
Desde su visión, los valores cristianos del Colegio sobreviven y la disciplina actual es más flexible. Daniel define el Espíritu Bolivariano como guía en su vida y educación familiar. Ver a su hija recorrer los mismos pasillos le causa una mezcla de emoción y gratitud al brindarle la oportunidad que él tuvo.
Para ellos, la UPB como parte de su historia implica orgullo y responsabilidad de actuar según el ideal bolivariano. Juliana valora que su hija, desde los cinco años, ya se mueve en los espacios del mundo universitario, donde aprende de facultades y se inspira de sus dinámicas.
En definitiva, estos relatos familiares son reflejo del modelo pedagógico del Colegio y la Universidad, que se centra en una formación integral, espiritual e institucionalmente articulada con la familia.
Por: María Camila Serna Cardona - Agencia de Noticias del Colegio de la UPB