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Los sonidos que revelan talentos en el Colegio de la UPB

Disponible en:Medellín1 sep. 2025

Agencia de noticias - Colegio de la UPB. En los pasillos del Colegio de la UPB la música se convierte en un lenguaje que une y que permite decir lo que a veces las palabras no logran expresar. Allí, algunos estudiantes han encontrado en la voz y en los instrumentos una manera de compartir con la comunidad educativa lo que sienten y lo que sueñan.

En estos espacios se escucha el acordeón de Isabella Pérez, que evoca ritmos cargados de memoria y cercanía. Su interpretación se mezcla con la voz de Matías Gaviria, quien ha hecho del canto un medio para darle vida a cada melodía. A su lado, Emilio Restrepo que encuentra en el piano un espacio para crear y soñar, mostrando cómo la música se convierte en un trabajo colectivo y especial.

 
Isabella Pérez en el acordeón

Isabella Pérez en el acordeón

 
Es el caso de Isabella Pérez, la música es una compañía constante: le ayuda a relajarse, a concentrarse y también a alegrarse cuando está triste. Su instrumento lo describe como un promotor de alegría y sentimiento, además de ser muy interesante, porque dependiendo de cómo lo toque o a que canción acompañe, puede expresar una gran variedad de emociones.

Isabella recuerda con cariño la canción Relicario de besos, una de sus melodías favoritas, porque le transmite mucha energía y desde que la aprendió a tocar ha creado con ella recuerdos especiales. Aunque reconoce que lo más difícil de presentarse es controlar los nervios y mantener la disciplina en la práctica. También asegura que lo más bonito es sentir la emoción de que todo salió bien y poder compartirlo con los demás. Por eso, sueña con seguir aprendiendo, tocar mejor y, en un futuro, enseñar a otros lo que sabe.

A quienes aún sienten miedo de mostrar su talento Isabella les dice: “que se animen a cumplir sus sueños, que no tengan miedo de mostrar lo que saben, porque su talento es muy valioso y hará la diferencia”.

Emilio, por su parte, dice que compartir su talento significa hacer felices a otras personas, porque siente que la música puede levantar el ánimo hasta en los momentos más difíciles. Reconoce la exigencia que conlleva tocar piano, la concentración que se necesita, sobre todo al improvisar, y considera que ese reto es lo que le permite crecer como músico.
 
Emilio Restrepo en el piano

Emilio Restrepo en el piano

Recuerdo con mucho cariño mi primera presentación en la Inauguración de los Juegos Interclases, cuando me invadieron los nervios y estuve asustado, lo primero que recibí de mis compañeros y de Rodrigo Bolívar, nuestro director, fueron mensajes de apoyo de sus compañeros que me motivaron a seguir adelante con la presentación y con mi pasión”, dijo Emilio.

En cada ensayo y presentación estos chicos cruzan historias distintas que terminan encontrándose en la misma melodía. Lo que para unos comenzó como un pasatiempo y para otros como un sueño de infancia, hoy se convierte en un punto de encuentro donde la disciplina y la pasión le dan forma a la música.

 
Matías Gaviria y el canto

Matías Gaviria y el canto

Matías deja claro que la música es lo más importante en su vida y busca mejorar constantemente. Sueña con ser un artista reconocido, crear sus propias canciones y compartirlas con un público más amplio. Entre sus recuerdos está la canción La nave del olvido de José José, que escuchaba junto a su abuela y que se ha convertido en un himno personal que lo ha acompañado en varias presentaciones.

“Una experiencia que siempre cuento es que en ocasiones he olvidado la letra en medio de un show y, con toda la tranquilidad, he improvisado inventándome esa parte de la canción, siento que me ha permitido disfrutar aún más el escenario junto a mis compañeros”, comenta.

El Grupo Ensamble se ha convertido en un espacio donde los estudiantes no solo muestran su talento, sino que también se acompañan y motivan entre sí. Emilio asegura que compartir su música significa poder alegrar a quienes lo escuchan, Matías cuenta que ha ayudado a varios compañeros a perder el miedo de cantar y que siempre anima a quienes aún no se atreven a mostrar lo que saben hacer. Emilio aconseja a quienes guardan un talento oculto que no teman y que se den la oportunidad de intentarlo, porque en ese proceso también se descubren nuevas facetas de sí mismos.

Desde la dirección musical, Rodrigo Bolívar observa el crecimiento de los jóvenes con atención. Señala que lo sorprende la calidad con la que interpretan a tan corta edad y la responsabilidad con la que asumen cada ensayo y presentación. Deja claro que la disciplina, la constancia y la pasión son claves en la formación artística y que su labor consiste en acompañar el descubrimiento de talentos individuales dentro del grupo.
 
Rodrigo Bolivar, director Grupo Ensamble

Rodrigo Bolivar, director Grupo Ensamble

Para él, ver cómo la música se convierte en un lenguaje propio de los estudiantes es la confirmación de un proceso que no solo fortalece el ámbito artístico, sino también el carácter y los proyectos de vida.

En cada ensayo y presentación, la música en el Colegio de la UPB se convierte en un espacio para compartir, aprender y crecer en comunidad. Los talentos de los estudiantes encuentran allí un lugar para hacerse visibles y mostrar que el arte, cuando se cultiva colectivamente, abre caminos de expresión y encuentro.

 

Por: María Camila Serna Cardona - Agencia de Noticias del Colegio de la UPB

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