Deporte en la infancia para favorecer el desarrollo íntegro

La actividad física es positiva y fundamental para la salud en la etapa de desarrollo de los niños y niñas, aportando beneficios para el resto de sus vidas; sin embargo, en un mundo en el que las dinámicas de las nuevas generaciones tienden al sedentarismo, las consolas, los teléfonos móviles y la amplia oferta televisiva, hace que niños y niñas sacrifiquen el deporte por cualquiera de estas actividades. La ausencia prolongada de ejercicio puede generar problemas de salud como el sobrepeso o la obesidad, cuyas consecuencias pueden tener impacto de por vida.

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud “en el mundo el 80% de los niños y niñas y adolescentes no hacen el suficiente ejercicio diario”, lo que puede poner en riesgo su salud física y emocional. Por tal motivo, es indispensable potenciar actividades deportivas para disminuir el sedentarismo y favorecer el desarrollo íntegro en la niñez.

Promover el deporte en la infancia impactará positivamente a largo plazo la vida de quienes lo practiquen, según la docente de educación física, Yady Milena Guarín Rendón, permite la adquisición de “hábitos de vida saludables, se fortalecen los diferentes sistemas corporales como el cardiorrespiratorio, el óseo y el muscular; también, fomenta el aprovechamiento del tiempo libre, la socialización y la disciplina, en cuanto al seguimiento de instrucciones, el cumplimiento de normas y el  juego limpio a temprana edad”.

El deporte contribuye al correcto desarrollo de los huesos y músculos, sistema inmune, cardiovascular y digestivo. Además, un infante que crece con el hábito de la actividad física y el deporte es una persona que se integra más socialmente y adquiere unos valores y aptitudes fundamentales como la obediencia, formas de combatir el estrés, estimulación de la higiene, creación y regulación de hábitos sanos, desarrollo por el placer del movimiento y refuerzo la autoestima.

El movimiento continuo genera rasgos de comportamiento positivos en los menores, “en el aspecto socio-emocional, les brinda sensación de bienestar físico y mental, mejora su estado de ánimo, se convierte en una buena herramienta para canalizar las emociones negativas, además, de favorecer las relaciones sociales y el trabajo en equipo. La práctica del deporte en los niños fomenta valores positivos: respeto de las normas, espíritu de  superación, mejora de la autoestima y favorece la autonomía”, manifestó Diana Patricia Restrepo, psicóloga del Colegio.

Los expertos recomiendan hacer ejercicio todos los días y en la elección del deporte o actividad física de los menores, recomiendan tener en cuenta la edad y sus preferencias. En los más pequeños las actividades más apropiadas son las que mezclan la diversión con el desarrollo de su psicomotricidad, equilibrio y coordinación. Cuando se acercan a la adolescencia empiezan a desarrollar cualidades físicas más específicas y pueden comenzar con entrenamientos más especializados, es importante que los niños se encuentren a gusto y que el deporte que practiquen los haga sentirse mejor.

La llegada de la Covid-19 ha hecho que los deportistas se adapten a nuevos escenarios para la práctica de sus actividades, la estudiante Isabel Rendón Agudelo, deportista de Gimnasia artística, por ejemplo, ha realizado sus prácticas por medio de clases virtuales y ha adoptado un plan de trabajo con su familia en el que divide sus actividades diarias entre “tiempo al estudio y a las prácticas de gimnasia por internet. Los días que no tengo entrenamiento, igual me ejercito practicando los nuevos movimientos para mantenerme activa en el deporte”. Afirmó Isabel.

También, el Colegio de la Universidad Pontificia integra de forma curricular y extracurricular espacios para la actividad física y el deporte de toda su comunidad educativa, brindándole así, la oportunidad de mejorar las condiciones de calidad de vida y promoción de sus talentos y habilidades a todos los estudiantes y comunidad en general.

Agencia de Noticias del Colegio de la UPB