La relación entre la ciencia y la religión ha sido compleja y dinámica a lo largo de la historia. A veces han coexistido en armonía, mientras que en otras ocasiones se han declarado en conflicto abierto. Como resultado de esta relación se han dado lugar a momentos fascinantes que han marcado el desarrollo de la humanidad. Su convivencia protagoniza un debate y el estudio que ha marcado el mejoramiento de las condiciones de vida de los individuos, buscando el crecimiento de las sociedades y culturas.
La ciencia y la religión han tratado de responder a grandes preguntas como el origen del universo, el sentido de la vida y también, el lugar del ser humano en el cosmos. La visión religiosa proporcionaba las bases para poder comprender el mundo, mientras que la ciencia desafiaba estas creencias a fin de invalidarlas. En este artículo conocerás los orígenes, relación y características a lo largo de la historia.
Sus orígenes se remontan en las primeras sociedades humanas que marcaron los comienzos de la evolución de ciudades de forma interconectada, aunque con diferentes enfoques y tendencias en la mitología, narrativas religiosas, el pensamiento racional- científico, practicas de rituales o cultos y conocimientos prácticos que demandaba la época.
Entre las más importantes están:
Este período fue considerado de predominio religioso en el continente europeo, la iglesia católica se convirtió en una poderosa institución que controlaba el acceso al conocimiento, es por ello, que la ciencia se vio relegada a un segundo plano; limitándose a confirmar las doctrinas religiosas. Sin embargo, a pesar de los enfrentamientos, también se encontraban puntos de diálogos y colaboración entre ambas.
Roger Bacon, Alberto Magno y Teilhard de Chardin, fueron figuras que buscaron puntos de encuentro en la ciencia y la religión durante la época del gran cambio y desarrollo en Europa que sentó las bases de la modernidad en la política, cultura, ciencia, economía y religión.
En la actualidad, son cada vez más las voces que abogan por un diálogo constructivo entre ciencia y religión, reconociendo sus aportes específicos y buscando sinergias para abordar los grandes desafíos de la humanidad. Sin embargo, algunos pensadores como los anteriormente enunciados comenzaron a desafiar este dogma, sentando las bases para el Renacimiento.
El Renacimiento y la Revolución Científica marcaron un punto de inflexión en la relación entre ciencia y religión. Figuras como Galileo Galilei, Johannes Kepler y Nicolás Copérnico desafiaron las ideas tradicionales sobre el universo, lo que generó controversias y enfrentamientos con la Iglesia. Por su parte, la ciencia se consolidó como un método de conocimiento independiente, basado en la observación y la experimentación.
Fue un período de transformación cultural e intelectual en Europa que se extendió desde el siglo XIV hasta el XVI. La ciencia durante este tiempo se caracterizó por el empirismo, la racionalización, el heliocentrismo, los avances en anatomía y el nacimiento del método científico.
La religión se destacó por valorar la conducta humanista y la reforma protestante, liderada por Martín Lutero, quien desafío la autoridad de la iglesia católica y propuso una interpretación individual de la Biblia.
Durante este tiempo, se produjo un renovado interés por la cultura clásica grecorromana, lo que impulsó un cambio en la forma de pensar sobre el mundo. La ciencia y la religión, dos áreas que hasta entonces habían estado estrechamente ligadas, experimentaron cambios significativos que redefinieron su relación.
Los siglos XIX y XX fueron períodos de avances significativos en las diversas disciplinas científicas como la teoría de la evolución de Darwin y la teoría de la relatividad de Einstein, desafiando las creencias religiosas tradicionales como el teísmo evolutivo.
En la actualidad, la relación entre ciencia y religión sigue siendo compleja y diversa. Algunas personas creen que son dos ámbitos irreconciliables, mientras que otras buscan puntos de encuentro y diálogo. La ciencia continúa explorando los misterios del universo, mientras que la religión ofrece respuestas a las preguntas sobre el sentido de la vida y la trascendencia.
Hoy en día, en la cosmovisión religiosa, el Papa Francisco suscita a diálogos con la comunidad científica, donde atribuye la importancia a la ciencia para abordar los desafíos del mundo actual. Por otra parte, la iniciativa de colaboración internacional, El Proyecto Genoma Humano, determinaba el mapeo y entendimiento completo de todos los genes de los seres humanos. A su vez, la pandemia del COVID-19, evidenció la importancia de la cooperación entre la ciencia, la religión y otras áreas para enfrentar las crisis globales.
En este sentido, la relación entre ciencia y religión en el siglo XXI continúa siendo un escenario complejo y fascinante, con momentos de armonía y tensión, a medida que ambos campos exploran los misterios del universo y el lugar del ser humano en él.
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