El planeta tierra, ¿una causa perdida?

Disponible en:Medellín24 oct. 2016

“La gran disyuntiva” y “Adiós a la biodiversidad” fueron conferencias al estilo TED que se realizaron en el LinkLab, laboratorio creativo de la Universidad Pontificia Bolivariana, dirigidas por el biólogo marino, geógrafo entusiasta y tragediante, Juan Camilo Jaramillo.

Las dos conferencias abordaron problemáticas actuales difíciles de ignorar,  como lo son la crisis ambiental y la extinción masiva de especies de fauna y flora. Estos dos temas se presentaron, explicaron y analizaron teniendo en cuenta las situaciones históricas que ha atravesado el planeta tierra y las que vive actualmente.

A continuación, Juan Camilo Jaramillo nos cuenta su punto de vista sobre el papel del ser humano en las problemáticas ambientales.

-¿Qué generó que usted se interesara por temas ambientales y enfocará su carrera en exponer estas problemáticas?

Siempre fui hipersensible a mi entorno, sobre todo el entorno natural: árboles, rocas, insectos, plantas, pájaros, la nieve, el paisaje… en fin, todo lo natural. Tuve la suerte de tener unos padres que aman la naturaleza y la respetan. Yo simplemente he llevado a otro nivel ese respeto y amor que me inculcaron por la naturaleza, que es la ciencia, el entendimiento científico del ecosistema global.

Así que desde chico me han preocupado y por eso y decidí estudiar biología marina, donde obviamente el interés se convirtió en un estilo de vida, una carrera, una forma de pensar y entender la realidad en la que vivimos.

-¿Por qué al hablar de crisis ambiental usted hace una relación con la gran disyuntiva?

La crisis ambiental es precisamente eso: una disyuntiva, una gran disyuntiva. La naturaleza nos obliga a poner dos cosas en la balanza. Primero, nuestro progreso, prosperidad y bienestar, y segundo, la vida e integridad del ecosistema que nos brinda todo lo anterior. Entre mejor le va a los humanos, peor le va a la naturaleza, eso es una realidad histórica. En algún punto hay que entender eso, sino, la naturaleza misma colapsará a nuestro alrededor y con ella nosotros, así que ahí  está la disyuntiva, y la paradoja. Es verdad que todo tiene un costo, pero en este caso el costo de nuestra comodidad y progreso es demasiado alto. Por otro lado, todo tiene límites y eso incluye al planeta, así que esos límites no se pueden sobrepasar sin consecuencias. No puede haber crecimiento y prosperidad infinitos en un ecosistema global frágil y finito.

 
El planeta tierra, ¿una causa perdida?

-Desde su experiencia, ¿qué soluciones propone o sugiere para subsanar la crisis ambiental

Las soluciones siempre han existido, incluso desde que la humanidad 'descubrió', a principios de los años 70, que la civilización estaba amenazando seriamente la salud ambiental del planeta. Todos los problemas tienen solución, pero solamente si hay voluntad y consenso. Y eso es lo que ha faltado en estos 40 años, que se han perdido en retórica alrededor de si es o no verdad que nuestro impacto es tan dramático - ¡que lo es!-, así que lo único que se me ocurre proponer a estas alturas es: voluntad y consenso para poder todos unidos, actuar y evitar la tragedia. La peor acción en este caso es la inacción, que es lo que por cuatro décadas ha sido la norma internacional, con contadas excepciones.

-¿Qué factores han contribuido a que le diga adiós a la biodiversidad?

En términos generales son cinco grandes causas las que tienen el ecosistema terrestre en problemas: el cambio climático, la pérdida de hábitats, las especies invasoras, la sobreexplotación de especies y las llamadas entidades nuevas, que básicamente significa “polución”. Sin embargo, es claro que es el comportamiento humano el vector de todos factores anteriores, así que la biodiversidad es simplemente una víctima de nuestro comportamiento. 

-¿Considera usted que se deben prohibir prácticas que están avaladas culturalmente y que atentan contra la biodiversidad del planeta?

A mí no me gusta prohibir nada. No creo que sea la solución. La mayoría de las personas no entendería las razones de todos modos. La solución para eso es educar. Desafortunadamente la cultura, las tradiciones y la religión están muy fuertemente incrustadas dentro de la forma de comportarse de la especie humana. El comportamiento es lo que precisamente nos tiene en problemas. De manera que, si de prohibir se tratara, habría que prohibir esencialmente el derecho de las personas a ser personas y eso es imposible. Esto nos pone en una encrucijada que rápidamente se revelará cuando alcancemos otros mil quinientos millones de personas en la tierra y seamos 9 mil millones. Eso pasará en menos de tres décadas y seguramente, por física necesidad, esas costumbres culturales tendrán que desaparecer. Esperemos que no sea demasiado poco, demasiado tarde.

 
El planeta tierra, ¿una causa perdida?

-¿Cree usted que es necesario cambiar el sistema económico e industrial para asegurar la sostenibilidad del planeta?

Es probable que ningún sistema económico sea 'sostenible'. Cada vez es más claro para los expertos en la ecología humana, que la civilización es intrínsecamente insostenible y por eso siempre tiende a colapsar. Lo que es insostenible es realmente la 'prosperidad' de una civilización. No importa qué sistema económico la provea. Es una cuestión termodinámica. Antes del descubrimiento de los combustibles fósiles, una persona tenía acceso únicamente a la energía de los alimentos que consumía y tal vez a la energía de sus animales. Luego del carbón y el petróleo una persona tuvo acceso a mucha más energía. Un humano promedio usa hoy 20 o 30 veces más energía que hace 200 años. Y la energía proviene de recursos finitos, que al usarlos para mejorar nuestro desarrollo destruyen el mismo ecosistema de donde se extraen y, desafortunadamente, allí donde vivimos. Algunos científicos creen que dejamos de ser sostenibles desde la invención de la agricultura, otros desde la revolución industrial, pero todos coinciden en que a principios del siglo XXI el planeta ha sobrepasado su capacidad de carga hasta en un 70%.

-¿Por qué la civilización es insostenible?

Porque requiere de enormes cantidades de energía para funcionar. Si hace 200 años no hubiéramos descubierto el petróleo, la civilización moderna no se habría desarrollado y hubiéramos continuado en la era pre-industrial, sin automóviles, aviones, televisores o internet, creciendo lentamente y usando el resto de los recursos planetarios de manera más lenta. Quizás más tarde se hubiera descubierto el potencial de la electricidad y ésta por si sola nos hubiera puesto en un camino menos destructivo. Pero descubrimos esa energía barata como el petróleo y el carbón, disponible globalmente, fáciles de extraer y que son ahora la causa principal del cambio climático. Eso nos hace ahora insostenibles, no localmente como innumerables civilizaciones anteriores que colapsaron por sobre–consumir sus recursos, sino globalmente, lo cual es bastante preocupante.

-Finalmente, ¿considera que la tierra es una causa perdida, en vía de extinción?

La tierra no, o sea, el planeta no está en peligro. En los 4 mil millones de años de historia geológica de la tierra, ésta ha pasado por momentos muy difíciles, grandes extinciones y cataclismos, y de todos se ha repuesto, la vida ha resurgido y la biodiversidad aumentado hasta la siguiente extinción masiva. El planeta está a salvo, lo que está en peligro es nuestra supervivencia en él. Eso es lo que debería realmente importarnos. Sobre todo porque son las próximas generaciones las que tendrán que pagar los platos rotos de todas las generaciones anteriores, y eso no es para nada justo.

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