Innovacampus, una apuesta por la transformación de ciudad

Es el caso de una ciudad como Medellín, la segunda urbe de Colombia en número de habitantes, que pasó de un oscuro pasado marcado por la violencia, producto de la visión del mundo que brinda hasta estos días el narcotráfico, y el presente donde abundan los halagos de foráneos cuando la visitan y conocen el proceso de cambio que le permite ser un ejemplo en el país de progreso sostenible.

Ideas como poner un cable aéreo (muy utilizado como sistema de transporte en sitios turísticos) para favorecer la movilidad en los barrios ubicados en las laderas del Valle de Aburrá, o construir unas escaleras eléctricas para que las personas de las empinadas calles del 20 de Julio puedan llegar desde San Javier hasta sus casas, son razones para creer que en términos de movilidad, Medellín transformó la visión de sus habitantes. En otras palabras, esto es lo que mucho llamarían, innovación.

Pero, ¿qué es realmente la innovación? Y en términos académicos ¿cómo la Universidad Pontificia Bolivariana podría hacer también suya este término que le cambió el rumbo a la metrópoli donde se encuentra su sede principal? Muchos son los ángulos desde donde se puede tratar el tema, pero la innovación va mucho más allá de pensar que realmente es meritorio utilizar el término al azar.

Martha Sofía Prada, directora de innovación de la UPB, viene adelantando el proceso de acoplar el término innovación, a lo académico, en lo que han denominado como Innovacampus, un proyecto propuesto por Ruta N, corporación de ámbito público que le apuesta a la ciencia y a la tecnología con el valor agregado de la innovación, y que ahora quiere vincular a las instituciones formadoras de talento humano en la ciudad, para que hagan suyo el término. “Innovacampus es un proyecto que surge en el marco del trabajo con Ruta N quien es el líder del proyecto. Ellos vienen trabajando con 19 universidades de la ciudad. Es algo muy ambicioso y creemos desde la UPB es posible lograr traer la innovación”, aseguró Martha.

Para la directora de innovación, esta palabra que la acompaña en su día a día tiene un significado que lo condiciona si se cumplen las etapas de generación del conocimiento: “El conocimiento aplicado de manera novedosa se vuelve innovación si sale al mercado e impacta. Es decir, hay innovación cuando hay beneficio y transformación”.

Sin embargo,  es imprescindible que la innovación, entendida desde lo académico, no caiga en ambigüedad suponiendo el reto que esto implica, pues, según la misma Martha, aunque la palabra se ha venido utilizando en los entornos corporativos, tiene aplicabilidad y campo de acción en una institución de educación superior dedicada a la docencia y a la investigación: “En las empresas se trabaja la innovación de productos y procesos, por ejemplo, una empresa de cárnicos implementa un sistema de producción que mejora su rentabilidad. Por otro lado, pensar en la innovación en el entorno académico implica un cambio en el horizonte de significación, esto quiere decir, cambiar el concepto de producto o manufactura, por algo más pedagógico e intangible”.

Pero esto conlleva un reto muy grande para las instituciones de educación superior en la ciudad. El país se trazó la meta de convertirse en un Estado miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, conocido por sus siglas como OCDE, del cual Colombia vio dilatado el proceso de ingreso por mucho tiempo. Una de las razones por las cuales no podía ingresar, se debió a un diagnóstico realizado por pares internacionales, quienes encontraron que en términos de mercado laboral, el talento humano de ciudades como Medellín estaba rajado en cuanto a la preparación para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación –CTI.

Desde el año 2012, la UPB hace una apuesta por un nuevo modelo de universidad. Según Martha, en el mundo se realizó una caracterización de las instituciones en su qué hacer, y se encontró que muchas se concebían como centros de estudios en docencia y en investigación: “La UPB hizo una reflexión interna y decidió que debía convertirse en una universidad de docencia con investigación e innovación”, agregó Martha.

¿Qué implica ser una universidad innovadora? Implica que la UPB centrará sus estrategias en la permanencia y en la preparación para las pruebas de medición de la educación superior, en el fortalecimiento de la formación y producción científica y en un currículo que permita al estudiante enfrentarse con el entorno real.

Desde el proyecto Innovacampus, la idea es demostrar y poner en práctica acciones concretas para demostrar y evidenciar que en Medellín hay un proceso para hacer explícita desde la educación una apropiación innovadora.