Agencia de Noticias UPB - Medellín. Por años el desempleo ha sido una de las mayores preocupaciones de la sociedad colombiana. Según una encuesta realizada por la Misión de Observación Electoral –MOE-, en el año 2011, la falta de oportunidades y de perspectivas de empleo, eran dos de los temas que más le preocupaba a la gente al momento de elegir en las urnas, por encima de la guerra y la corrupción.
A este panorama desmotivador se le suman múltiples problemas de inclusión laboral que particularmente afectan a los grupos especialmente vulnerables protegidos por la ley, agregando la improvisación de algunas empresas en acomodar a empleados con alguna condición especial, como mujeres en estado de gestación y lactancia o trabajadores con afectaciones en salud.
Según lo indica el profesor Enán Arrieta Burgos, de la Facultad de Derecho de la UPB, grupos poblacionales que por décadas han sido excluidos del derecho al trabajo, pueden verse beneficiados con garantías de estabilidad en el empleo. Sin embargo, la legislación ha ido adaptándose a los vertiginosos cambios que hay entre la sociedad del presente y la que fue testigo de la Constitución de 1991.
La tensión se cierne frente a una realidad que enfrentan las empresas y el Estado. Los empleados en condición de debilidad manifiesta, que además pertenecen a poblaciones protegidas por la ley, gozan de una estabilidad laboral reforzada. Este es el asunto más sensible en las relaciones laborales contemporáneas, el cual permanentemente es objeto de discordia.
La condición de debilidad manifiesta por razones de salud es un asunto de suprema importancia, pues las mismas cifras de competitividad de una ciudad se miden también por el número y el tipo de enfermedad que aqueja a los trabajadores. Túnel del carpo, dolencias musculares y hasta pérdida total o parcial de alguno de los sentidos o miembros, son patologías o situaciones comunes adquiridas en el trabajo.
“Los empleados que son de un grupo protegido por la ley, incluidos aquellos en condición de debilidad manifiesta, no pueden ser desvinculados de la misma forma como ocurre con quienes no se encuentran en esta condición. El proceso, dependiendo del caso, puede requerir una autorización por vía judicial o administrativa, ambas sometidas a una larga espera. Se puede decir que, mientras que la mayoría de trabajadores son titulares de una estabilidad laboral relativa, aquellos que se encuentran en condición de debilidad manifiesta cuentan con una protección reforzada, que los protege frente a despidos no justificados y debidamente autorizados”, expresa Arrieta.
Sobre este tema, el docente cuenta que los derechos que progresivamente se le han reconocido a la clase trabajadora han puesto el dedo en la llaga en la clásica disputa, dado que, a mayor número de empleados con condiciones especiales, el empleador debe sortear la productividad de su compañía.
Es por esto que con el acompañamiento de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia -ANDI, Enán ha participado en diferentes eventos en Bogotá, Cali, Medellín y Cartagena, este último con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo –OIT-: “Estos escenarios buscan promover la paz a través de la justicia en las relaciones económicas. Se trata de buscar un punto de equilibrio entre los diferentes actores productivos: empresarios, trabajadores y Estado”.
A finales del pasado mes de marzo, el docente presentó una ponencia ante el Comité de Seguridad y Salud en el Trabajo de la ANDI, abordando el desarrollo de la estabilidad laboral reforzada en la jurisprudencia de la Corte Constitucional colombiana, desde 1992 hasta nuestros días.
Y es que las estimaciones del organismo multilateral son desalentadoras. Para 2025, las economías de América Latina podrían verse envueltas en una grave crisis si no se generan acciones desde el presente. Tomando en cuenta el argumento de Enán, la actual crisis de la salud genera un panorama incierto en políticas públicas que articulen el bienestar del trabajador y la rentabilidad de las compañías.
“Por ejemplo, una industria de cultivos puede tener casi el 20 % de sus trabajadores en debilidad manifiesta, a quienes no puede desvincular, pero tampoco el sistema de seguridad social les brinda respuesta. Por su condición de salud, estas personas no pueden seguir prestando el mismo trabajo. Entonces las empresas crean cargos ociosos que no les reportan rentabilidad ni le permiten al trabajador aprovechar sus capacidades”.
La estabilidad laboral reforzada, que promueve el empleo decente en la sociedad, es un tema que seguirá discutiéndose. Aunque su mayor pasión es el área constitucional y la sociología jurídica, Enán considera que el derecho laboral puede nutrirse y permitir el equilibrio con otros saberes, mientras espera que se concreten políticas públicas que atraigan e incentiven la generación de empleo, la garantía de los derechos del trabajador y el futuro del país.
Por Jorge Andrés Jaramillo - Agencia de Noticias UPB
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