Campus de UPB Laureles opera como un generador de energía

Disponible en:Medellín6 jul. 2016

La UPB, con la microrred inteligente, tiene dos visiones. Una interna para mejorar la eficiencia energética en el campus y ser reconocidos como una universidad verde que trabaja por la sostenibilidad. Para esto tienen otro proyecto asociado a la microrred que se llama UPB Sostenible que trabaja con el manejo del agua y residuos sólidos y otro que tiene que ver con el cambio de luminarias por LED.

Hacia afuera buscan ampliar la microrred y pensar en proyectos de ciudad como el distrito de Ciencia y Tecnología y el relleno sanitario de Pradera para usar el gas que produce en energía. En el campus de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB, de Medellín, no se desperdicia hoy un rayo del sol, una oleada de viento o un solo gramo de residuos orgánicos, gracias a una microrred inteligente, ideada por un equipo de científicos del claustro. Con el fin de brindar ideas que impacten positivamente a la comunidad, varios investigadores consolidaron un concepto de una ciudad inteligente, en el que convirtieron las dependencias universitarias del barrio Laureles, occidente de Medellín, en laboratorios para el aprovechamiento de energías renovables no convencionales como la eólica, solar y biomasa.

En tal sentido, se conformó un grupo técnico y humano en el cual participan empresas, centros de estudio y expertos del Estado para facilitar la formación de investigadores en el campo de energías alternativas y la conformación de ciudades inteligentes.

El proyecto también propone un punto de referencia para la adaptación de estas energías a escala de ciudad, país y espacios universitarios con el sello de una ciencia aplicada a propuestas ambientalmente amigables.

El ingeniero eléctrico y profesor de la universidad, Idi Amin Isaac Millán, explicó que la filosofía de la microrred inteligente es el aprovechamiento óptimo de múltiples recursos, tanto de generación como de almacenamiento y uso eficiente de energías, todo controlado a través de un centro de monitoreo y cómputo, que actualmente funciona en el primer piso del bloque seis del campus de la UPB.

Destacó que esta microrred, que tiene hoy la universidad, es el prototipo de una ciudad inteligente en miniatura con un espacio controlado donde se da rienda suelta a la investigación y se prueban tecnologías para después llevarlas a las zonas urbanas, a las regiones y a todo el país, pero probadas desde la academia.
Recordó que el proyecto se inició hace tres años y en el momento están culminado la primera fase y montando la segunda. Energía solar fotovoltaica

En la primera fase tuvieron dos componentes: técnico e investigativo.
En desarrollo de esta fase ya obtuvieron energía solar fotovoltaica, gracias a tres generadores solares que instalaron en diferentes edificaciones del campus; un biodigestor que convierte losresiduos orgánicos de las cafeterías y de poda de las zonas verdes en bioenergía (gas) para cocinar y producir energía, un vehículo eléctrico y dos circuitos de iluminación LED que ahorran más del 50 por ciento de la energía con respecto a las luminarias convencionales.

Además desde este centro se maneja una estación meteorológica que cuenta con sensores, que están asociados con la radiación solar, la velocidad de los vientos en ese sector de Medellín, la temperatura, la humedad y las precipitaciones.
Soluciones energéticas
El proyecto tiene varias dimensiones que apuntan a generar distintas soluciones energéticas, tanto en el campo como en la zona urbana.

En las ciudades se busca cómo probar tecnologías, cómo realizar desarrollos propios, cómo adaptar la tecnología que viene de afuera (energía de las empresas de servicios públicos) con miras a lograr una mayor eficiencia de la luz eléctrica, luego el agua y los residuos sólidos, como los que generan gas en los rellenos sanitarios.

El profesional indicó que Colombia tiene dos millones de habitantes en zonas rurales sin acceso a la energía eléctrica y 8 millones con acceso parcial.
Entonces, allí, recomendó Isaac Millán, la solución puede ser una microrred para llevar energía a zonas alejadas sin la necesidad de extender largas redes de conducción que hoy en muchos casos no son viables, ni ambiental ni económicamente.
En consecuencia, anotó, el concepto microrred es la integración de varios recursos para hacerlos eficientes.

Entonces, especificó el profesional, si un día hubo poca luz solar se puede recurrir al fuerte viento y así se genera energía eólica, pero si ello no ocurre y hubo muchos residuos orgánicos, entonces se recurre al gas para mover plantas y así siempre habrá energía disponible.

El ingeniero Gabriel Jaime López manifestó que el concepto microrred es muy importante porque como tiene tantos sensores involucrados hace que el sistema sea inteligente y optimice el uso de los recursos que podrían ser fotovoltaicos (energía solar), eólicos y biomasa (gas metano) e, incluso, se puede incluir la parte hídrica o térmica.

“El problema de hoy, cuando en el país se habla de apagones y racionamientos por el fenómeno de El Niño se debe a que la matriz energética de Colombia no es diversa y dependemos en muy alto porcentaje de la generación de energía de centrales hidroeléctricas y al secarse el agua por las fuertes sequías, estas dejan de funcionar. Para el caso de las ciudades, una microrred inteligente como la que hoy tiene la UPB se puede pensar para proyectos como Medellín Innovacion y el Distrito de Ciencia, Tecnología e Innovación que se está proponiendo para el norte de la ciudad, en los alrededores de la Universidad de Antioquia, con sistemas interconectados de transportes eléctricos y edificios sostenibles inteligentes.
Su aplicación también se puede extender a otros proyectos como la ciudadela que se construye en los barrios Naranjal y Arrabal, en el occidente de Medellín. Más acción, menos papel

Los ingenieros involucrados en la microrred de UPB afirmaron que quieren ser un laboratorio vivo para ver si las tecnologías funcionan o no en ambientes reales con investigaciones aplicadas a soluciones de problemas de ciudad y de país, dejando atrás la costumbre de dejar los trabajos solo en el papel en un armario o en los estantes de una biblioteca.

A una pregunta si es muy costoso montar una micorred como esta, los ingenieros reconocieron que sí lo es, pero, advirtieron que es mucho más caro el uso de las plantas diésel y tirar líneas de transmisión de energía en el caso de la electrificación en zonas muy apartadas.

La microrred, comentaron, es capaz de funcionar aislada del sistema eléctrico y una de las ventajas es que en el mundo del uso de la energía solar se ha ido extendiendo y esto ha hecho que se reduzcan los costos de su generación y almacenamiento.
Los profesionales destacaron la nuevas regulaciones del Estado el cual expidió la Ley 1715, pero que está aún sin reglamentar, que permitirá la instalación de paneles solares, tener baterías residenciales que ya están produciendo empresas de Estados Unidos, usar iluminación LED y medidores inteligentes que redundarán en el eficiencia del uso de la energía, en un menor costo y en el ahorro de emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero como el CO2.

“Para nosotros, para los ciudadanos de a pie por la forma como se instalará la energía en la casa no será, por ahora, tan notorio el ahorro como para una empresa, almacenes de grandes superficies o gigantescas bodegas que podrán instalar 500 o 600 kilovatios de energía solar”, relataron.

Los profesionales también destacaron que estos sistemas solucionarían un problema de salud, porque se evitaría la quema de madera, lo que reduciría el cáncer de pulmón en las zonas campesinas, la tala de los bosques y las emisiones de CO2 que genera la combustión de la leña.

El ingeniero Andrés Eusse quien tiene una maestría en transmisión y distribución de energía eléctrica, agregó que en la actualidad en el campus de la UPB generan 30 kilovatios de energía solar y en los próximos dos meses esperan instalar otros 20 lo que quiere decir que en el transcurso de este semestre contarán con 50 kilovatios.
Detalló que esta es una minucia para el consumo de la universidad que hoy está de 2,5 a 3 megavatios de energía al día y el sistema solar entrega solo el 2 por ciento, pero el objetivo es tener el 25 por ciento de ahorro, gracias a la microrred. Otro proyecto, dijo, es cambiar todas las luminarias de la Universidad al sistema LED.

Esta idea será llevada a otros campus de UPB, en Marinilla donde tienen un colegio, Montería, Palmira y Bucaramanga.
El ingeniero López alertó que con estos sistemas no se busca que entidades como la Universidad dejen de depender de las redes de las empresas de servicios públicos como EPM pero sí servirán de respaldo cuando se presenten fenómenos de sequía o se presenten problemas.
Donde sí tienen que instalarlas es en las zonas rurales donde sea imposible tirar redes y los mismos campesinos pueden generar y almacenar su propia energía.

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