Agencia de Noticias UPB - Medellín. Existen algunas personas que tienen la idea de asistir a la Universidad con el fin de obtener un título profesional. Eso está bien, por lo menos en principio, pero cuál es el porcentaje que determina el número de jóvenes amantes de la investigación. Quizás sea alto, o tal vez represente una fracción menor. Todo depende de los intereses que tienen muchos estudiantes a la hora de darle un plus a sus vidas.
Quienes deciden aventurarse, encuentran en muchas universidades, como en la UPB, los semilleros de investigación. De los 141 semilleros que posee la institución en el ámbito nacional, 71 se localizan en la sede Medellín. Estos espacios aseguran el futuro del país, pues el nuevo conocimiento le permite a Colombia una mayor competitividad.
Los semilleros abren el mundo y lo ponen al alcance de quienes desean participar. Con un proceso que inicia en las aulas, y pasa por la necesidad de comprender el contexto en un escenario determinado, un estudiante que participa activamente puede, fácilmente, convertirse en ponente o expositor en alguna feria nacional o internacional, inclusive, tener la coautoría de un texto en una de las más importantes revistas científicas del mundo.
El Centro de Investigación para el Desarrollo y la Innovación - CIDI, como promotor de la investigación en la UPB, es la dependencia encargada de apoyar a quienes hacen de la ciencia un proyecto de vida. Existen muchos apoyos y beneficios pensados para que más estudiantes participen y adquieran las experiencias y habilidades necesarias que los diferenciarán de los demás profesionales.
“Los semilleros son el primer eslabón de la ruta básica de formación. Muchos participan en macroproyectos que necesitan tal profundidad de desarrollo, que facilitan la preparación en postgrado para sus investigadores. En la U existe el programa de Becas de Formación Investigativa, las cuales financian hasta el 100 % de la matrícula”, explicó Luz Mery Herrera, líder del programa de Formación Investigativa del CIDI.
Otros beneficios son, por ejemplo, la matrícula preferente, es decir, si un estudiante es miembro de un semillero podrá matricular sus cursos antes que todos los demás. El CIDI, además, brinda ayudas para viajes y manutención a personas que tengan proyectos radicados y necesiten presentarlos en eventos por fuera de las ciudades donde tiene sedes la UPB; también con la impresión de folletos a través del Programa de Divulgación Científica. Además RedCOLSI, fundación que agrupa a los semilleros de todo el país, brinda capacitación gratuita y acompañamiento a los estudiantes.
Beneficios de ser parte de un semillero:
1) Matrícula preferente
2) Acceso a becas
3) Participación en eventos nacionales e internacionales
4) Experiencia en temas de investigación
5) Mejores oportunidades de empleo
Todas las escuelas de la Universidad, incluido el Colegio, tienen por los menos un semillero de investigación. La experiencia de formarse en un aprendizaje basado en proyectos, instruye en la identificación de problemas con el objeto de brindar respuestas y soluciones.
Al respecto opinó Luz Mery, quien es la persona encargada de coordinar los distintos semilleros: “Son grupos compuestos por estudiantes y un docente como mínimo, todos de cualquier programa académico. Es un laboratorio que crea las condiciones para que nuevos estudiantes, en su momento, desarrollen nuevo conocimiento”.
Ser parte de un semillero de investigación es muy sencillo. Los interesados no necesitan inscribirse, matricularse o realizar algún pago. Todo lo que tienen que hacer es validar en sus facultades, con los docentes en clase, o con el Programa de Formación Investigativa en el CIDI, cuáles semilleros existen y qué temas abordan. De esa forma, el estudiante podrá comunicarse con el docente que coordina el semillero, exponiendo los intereses que tiene en investigación.
La disposición de aquellos que sueñan un futuro en el mundo investigativo, tienen muchas puertas a su disposición. Las universidades, el Estado, las ONG, y hasta gobiernos extranjeros, financian anualmente las iniciativas de miles de jóvenes en el país. Hay quienes quieren contribuir con el mejoramiento de los procesos en alguna organización, u observadores que analizan el contexto de un individuo frente a un colectivo determinado. Existen las necesidades y entre ellas la de tener profesionales con habilidades en temas científicos, un factor diferenciador que brinda la UPB.
Libardo Andrés Giraldo es estudiante de séptimo semestre de Trabajo Social. Al igual que sus compañeros, Sara Correa Garcés y William Fernando González, cursó el Seminario de Investigación, materia donde se inculca el amor por la ciencia: “Tuve la fortuna de dar con la docente Natalia Salinas. Ella siempre está dispuesta a explicar y resolver todas las dudas que se me generan en este proceso formativo”, comentó Libardo, a lo que agregó Sara: “Me ha gustado tanto esta experiencia, y más por ver que todo se hace en equipo, que convencí a Libardo y hoy tenemos muchos conocimientos y experiencias enriquecedoras”.
Al igual que Sara, William inició su proceso formativo en investigación. Su discapacidad visual no fue impedimento para aprender: “No soy perfecto en el contexto técnico, pero he aprendido mucho sobre las metodologías y los antecedentes en un proyecto”.
El miedo es un sentimiento que hasta los mismos estudiantes de Trabajo Social reconocieron, es ineludible e inevitable. Sin embargo, la idea de pensar en qué tipo de profesional quería ser, llevó a Sara a cambiar sus paradigmas. El semillero de la profesora Diana la transformó en una estudiante que busca innovar y generar impacto en una comunidad.
“Antes tenía miedo porque no me gustaba la lectura. Cuando ingresé a mi pregrado me dije: 'debo demostrar que soy capaz y que puedo contribuir algo a este mundo a través de la investigación', y ahora puedo dar fe de ese cambio. Con el subgrupo al que pertenezco, he ido construyendo las bases y logramos sacar adelante la primera fase de un proyecto titulado “Gestión Cultural y Construcción de Ciudadanía” el cual adelantamos en Moravia”, dijo Sara.
Ahora, este joven en compañía de Sombra, su perro lazarillo, adelanta en compañía de otros estudiantes, un proyecto de experiencias de académicos con discapacidad visual, como parte de uno macro sobre biblioteca inclusiva. William, al igual que muchos más, tendrá la posibilidad de continuar con más fases, lo que le podría facilitar el acceso a un postgrado gracias al empeño que le pone a la investigación.
Finalmente, estos futuros trabajadores sociales seguirán fieles a los principios de su profesión, y para lograrlo, el aprendizaje basado en proyectos que se les instruye en los semilleros les permitirá acceder a mejores oportunidades laborales en el futuro. El precedente lo construyen en la UPB y su futuro quizás esté en la investigación aplicada en importantes compañías o gobiernos, o en las aulas dedicados a la transferencia de conocimientos y experiencias.
Por Jorge Andrés Jaramillo - Agencia de Noticias UPB
Conoce lo que opinan algunos estudiantes:
“Uno no debe quedarse con lo que los profesores asignan. Hay que ir más allá por un mejor futuro”.
“Los semilleros complementan lo que uno ve en el aula. Da presaberes y permite acceder a mejores oportunidades”.
“Me han hablado mucho de los semilleros y creo que podrían ser muy beneficiosos para mi formación profesional”.
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