El abogado de los habitantes de calle

Disponible en:Medellín10 nov. 2022

Desde la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana, el abogado Holmedo Peláez Grisales, a través de una investigación, cuyo componente metodológico más importante fue el trabajo etnográfico, develó cómo en Medellín no se garantiza el derecho a la especial protección a los habitantes de calle.

En Colombia, se busca ofrecer una protección diferenciada a aquellos que son sujetos de una desigualdad estructural, es decir, desde las leyes existen fórmulas para proveer igualdad material a quienes son excluidos, discriminados o que presentan una debilidad manifiesta en lo físico, psicológico, económico o social. Sin embargo, esto no siempre se cumple en la realidad, como se da cuenta en los hallazgos de la investigación doctoral titulada Estudio sociojurídico crítico del derecho a la especial protección aplicado al caso de los habitantes de calle del río Medellín en Colombia.

Desde varios enfoques teóricos, como el positivista, hay una desconexión entre justicia y derecho. Esa perspectiva es la que impera, especialmente, con el derecho a la especial protección pues, aunque existe la norma, esta no es justa con los habitantes de calle. Como afirma Peláez Grisales, “no hay protección, en tanto no hay reconocimiento, ni identificación del contenido real de ese derecho”.

“El Derecho es injusto frente a los habitantes de calle quienes se sienten, incluso, más protegidos por los grupos al margen de la ley”, Peláez Grisales.

Por ejemplo, en Medellín, para dar cumplimiento a esta ley se han creado programas excluyentes de atención al habitante de calle, en los cuales la protección que se brinda, como lo afirma este PhD en Derecho, “se parece más a la de una política carcelaria, dirigida al delincuente”, ya que se caracteriza por ser intramural (en la que el sujeto tiene que aceptar recluirse) y no se da en las calles; además, se brinda solo a algunos con un perfil muy sesgado: quienes sean drogadictos y que estén en las peores condiciones.

Lo anterior deja, según el experto, a muchas personas fuera de la protección de esa institucionalidad porque esta no considera que un habitante de calle es cualquiera que, precisamente y como dice la ley, hace de la calle su lugar para habitar. De esta manera, este derecho produce unos efectos distintos a los que dice proteger: en la mayoría de los casos, como él mismo atestiguó a través de la observación participante, las autoridades intervienen de manera abusiva y violenta a esta población, lo cual genera estigmatización frente a ellos y más exclusión.

 
Holmedo Peláez Grisales hace parte del Grupo de Investigaciones en Derecho

Holmedo Peláez Grisales hace parte del Grupo de Investigaciones en Derecho

 

Acercarse a los más vulnerables

“Al habitante de calle no se le aborda desde el escritorio, hay que vivir la experiencia, ponerse en su posición, para comprender su realidad”, dice Holmedo Peláez Grisales quien, para realizar esta investigación que duró cerca de cinco años, estuvo visitando los lugares donde más confluían los habitantes de calle en Medellín: la Avenida de Greiff, la Plazuela de Zea, los alrededores de la Minorista y los márgenes del río Medellín, en donde vio las condiciones inhumanas en las que viven estas personas quienes sienten miedo del otro y una legítima desconfianza hacia las instituciones, debido a que estas las obligan a desplazarse y esconderse todo el tiempo.

“Ningún funcionario garantiza la protección, hay una falta de eficacia de la labor de la Personería, la Defensoría del Pueblo y otras autoridades que solo hacen presencia pasiva donde está el habitante de calle”. Peláez Grisales.

Teniendo en cuenta esto, el investigador comenzó su trabajo etnográfico, haciendo un mapeo del lugar, reconociendo las reglas, las jerarquías, las maneras en que se da la comunicación y, en general, cuáles eran sus dinámicas diarias. Gracias a esta información y a su presencia constante, se fue generando la confianza necesaria para acercarse a conversar con ellos, demostrándoles que no era un infiltrado o alguien que les iba a generar más riesgo, sino una persona que realmente se interesaba por ellos.

 
Holmedo, el abogado de los habitantes de calle

Hay que decir que esta investigación se preocupaba por el individuo, es decir, de dónde viene cada uno, cómo llegó a donde está, qué le ha tocado vivir y cómo es su situación. Conocer estas historias de vida fue uno de los grandes logros de este abogado. “Para ellos es muy importante contar su historia, sentirse reconocidos; ellos me dieron la autorización para participar del proyecto y fueron replicando lo que yo estaba haciendo.  Así, de uno en uno se fueron acercando, e incluso se interesaron por mi historia”, relata Peláez Grisales.

 
Diarios de campo de la investigación

Diarios de campo de la investigación

 
Diarios de campo de la investigación

Diarios de campo de la investigación

Con la relación que se estableció, Peláez Grisales se convirtió en el “abogado de los habitantes de calle” debido a que él no solo les habló sobre la investigación y su profesión, sino también de la posibilidad de luchar juntos para que el municipio replanteara su atención y relación con los habitantes de calle.  La idea de este abogado era que el Estado, junto con ellos, pudieran construir una nueva política pública, con un contenido jurídico real.

De este modo, el profesor Holmedo motivó a los habitantes de calle a que, por una vez, acudieran a la justicia para que el derecho a la especial protección les fuera reconocido. Ellos accedieron y presentaron una acción de tutela ante la Corte Constitucional colombiana, la cual no fue seleccionada para ser atendida. “El habitante de calle encuentra muchas barreras para su protección y más para estos sujetos que están en debilidad manifiesta; cuando un organismo como la Corte debería ser accesible para todos, especialmente, para los más desamparados”, afirma el investigador.

La justicia les falló y les sigue fallando”, concluye el Pelaez Grisales, quien a pesar de todos los obstáculos que vivieron, las dificultades de la burocracia y la negativa frente a la tutela, destaca la importancia de seguir trabajando con esta población que necesita ser escuchada y que puede empoderarse para realizar acciones que impacten sus realidades.

El Grupo de Investigaciones en Derecho está clasificado como A1 ante Minciencias.

 

Consulta el documento de la  investigación

 

Por: Carolina Campuzano Baena - Equipo de Divulgación Científica y Comunicaciones. Agencia de Noticias UPB.

Fotos: Divulgación Científica y Comunicaciones

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