Un arquitecto UPB al otro lado del mundo
Agencia de Noticias UPB - Medellín. Una corta estadía en el exterior llevó a Esteban, egresado UPB, a radicarse en China, un país en el que ejerce su profesión desde hace más de seis años.
“Desperté a todos en la casa a la 1:00 a.m. ‘¡me voy, me voy para Beijing!’ y al otro día pensé, ‘¿Beijing?, ¡eso es muy lejos!, pero vámonos a la de Dios’”. Y así empezó la aventura de Esteban Guarín Zapata, un arquitecto de la Universidad Pontificia Bolivariana que vive en China desde el 2011.
Esteban tenía claro que después de estudiar quería pasar una temporada fuera del país, y aunque desde que era adolescente se había interesado por la cultura asiática, en sus planes no estaba China ni la idea de desempeñarse como profesional al otro lado del mundo.
Tenía todo listo para realizar su práctica en Nueva York, sin embargo, un mes antes de viajar le avisaron que no podrían recibirlo. Hizo su práctica en Medellín y como seguía con la idea de pasar una temporada fuera del país, una de sus compañeras de Facultad lo puso en contacto con una oficina de proyectos en Beijing, quienes le informaron que debía saber inglés y tener disponibilidad para quedarse un año como practicante. Ya había realizado la práctica, no tenía resuelto el idioma, el tiempo era más de lo que había planeado, el lugar era demasiado lejos, pero aceptó.
Su llegada al país más poblado del mundo no fue tan agradable. “Cuando llegué allá me choqué, los primeros meses fueron difíciles. Salí del aeropuerto y vi los árboles sin hojas, todo era gris, el frío era horrible; llegué los primeros días de diciembre, nunca había vivido en el exterior, no conocía muchas personas…al mes y medio me quería devolver, pero mis papás me dijeron ‘usted eligió, aguante’”, cuenta este joven arquitecto, quien actualmente agradece a sus papás, pues esa respuesta le permitió adaptarse, asumir el reto profesional e integrarse a una cultura que hoy admira y disfruta.
Se acostumbró a detenerse frente a los chinos que le piden una foto porque se asombran con la particularidad de los extranjeros o “lǎowài”, como los llaman; trabajó en un estudio de diseño arquitectónico con cerca de 12 personas, luego en una empresa con más de 300 compañeros y actualmente trabaja en una compañía alemana que tiene oficinas en diversas partes del mundo. Hoteles, aeropuertos, centros culturales, fábricas, museos, vías, puentes y estaciones de tren bala, son algunos de los proyectos en los cuales ha dejado su sello como arquitecto; ha trabajado con alemanes, japoneses, españoles y, por supuesto, chinos; aprendió mandarín, está estudiando alemán, la mayoría de sus reuniones de trabajo son en inglés y el español “sólo me sirve para llamar a Colombia”, comenta jocosamente.
“La primera empresa a la que llegué en el 2011 ya había tenido dos practicantes de la UPB y les gustaba mucho el talento de los arquitectos de la Universidad”, por eso asegura que ser Bolivariano le abrió las puertas en China. Destaca el liderazgo, los valores y el énfasis en la investigación que le enseñaron en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Pontificia Bolivariana, una Institución de la cual se siente orgulloso porque “nos forman en valores primordiales para estar en sociedad, la formación no se limita a lo que estudiamos formalmente”.
Esa corta estadía que tenía planeada se ha prolongado por más de seis años y aún no habla de volver a Colombia, piensa viajar a Shanghái y, tal vez, algunos proyectos lo lleven a Emiratos Árabes. Estar lejos de su familia y de su país le ha permitido conocerse y saber que es capaz de afrontar muchos retos gracias a la disposición, la eficiencia y el entusiasmo que, según su opinión, caracteriza a los colombianos.
Ser organizado ha sido un factor de éxito: “Al momento de diseñar trato de tener todo lo más organizado posible en cuanto a función, estructura y relación con el entorno”; pero, sin duda, lo que le ha permitido mantenerse en un medio tan competitivo es disfrutar lo que hace, por eso, según su experiencia y aunque le suena a cliché, concluye diciendo: “No tengan miedo, sigan los sueños y, lo más importante, lo que elijan como profesión que sea un hobbie, para que el trabajo no se les vuelva una carga y puedan disfrutar todos los días lo que están haciendo”.
Por Alejandra Carmona Sierra, Agencia de Noticias - Egresados UPB
