Agencia de Noticias UPB - Medellín. La Biblioteca Central adelanta labores de identificación, catalogación y registro de su colección arqueológica, que cuenta con más de 300 piezas.
El proceso se realiza de la mano de expertos de la Corporación de SIPAH, una entidad dedicada a la investigación, gestión y promoción de los valores socio-culturales y del entorno natural en las áreas de la Antropología, Arqueología, Licenciaturas, Ciencias Sociales e Historia, entre otras.
Este grupo de profesionales se encuentra realizando una primera etapa donde se adelanta un proceso de documentación, catalogación y registro arqueológico y jurídico.
La colección cuenta con nueve grandes complejos culturales los cuales comprenden las regiones de Nariño, Bajo Cauca, Bajo Magdalena, Magdalena medio, Sinú, Cauca Medio, Calima, La Sierra Nevada y Tumaco.
Este conjunto de piezas históricas datan entre 2200 y 500 años de antigüedad y se encuentran desde figuras, ollas, copas ceremoniales, ánforas hasta urnas cinerarias con los restos fúnebres de personas de aquella época.
Todos los objetos arqueológicos son de vital importancia porque permiten conocer información de los antepasados, el lugar que habitaban, la cultura a la que pertenecían, las formas en que vivían, para qué utilizaban determinados objetos, entre otros.
La compilación de piezas históricas que se tienen en la UPB son un resultado de la unión de las piezas que se tenían en el museo del Colegio, aproximadamente hace 74 años y de otras que donaron, en el año 2019, Luz Marina y Ángela Trujillo Arango a la Universidad; estas hermanas compraban los objetos a guaqueros y , por motivo de su mudanza, decidieron cederla.
El patrimonio arqueológico les pertenece a todos. Es por esto que la Universidad, al ser la poseedora de esta colección, tiene la responsabilidad de cuidarla, conservarla, protegerla y divulgarla.
El proceso de registro que se está llevando a cabo debe ser avalado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).
Para este, primero, se debe hacer la marcación correspondiente de cada pieza (rotulación), en la cual se le asigna un número único para ingresar en la ficha clínica.
Por lo tanto, estas facilitan la construcción de los expedientes de cada pieza en la ficha ICANH y conocer del estado de la colección, para las recomendaciones de manejo y custodia de las mismas por parte de la Universidad.
Tal como lo afirma el antropólogo, Juan Pablo Díez, esta ficha se denomina “clínica”, porque está en constante actualización y acompaña de por vida a la pieza, lo que, a su vez, permite conocer cada uno de los dueños y modificaciones por los que ha pasado en el transcurso de los años.
Una vez se cumpla con esta serie de parámetros se envía el documento al ICANH quien, en un plazo de 30 días, se encarga de aprobar o rechazar dicha tenencia de este tipo de piezas.
En el proceso de identificación realizado se encontraron diferentes piezas falsas; estas serán aprovechadas como material pedagógico en talleres, proyectos o experimentos para enseñar a los estudiantes.
Por Luisa Gómez Rojas. Agencia de Noticias UPB - Medellín.
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