Rusia y Ucrania: una mirada al conflicto desde la cultura

Disponible en:Medellín17 mar. 2022

Agencia de Noticias UPB – Medellín. El conflicto entre Rusia y Ucrania es una disputa que, para abordarla, es necesario tener una mirada holística de todas sus aristas. Este artículo se detiene en una de ellas, la cultural, aspecto fundamental en la que se fundamenta el conflicto.

El territorio que hoy ocupa Ucrania ha sido históricamente el eje principal de articulación comercial y social entre Asia y Europa. A su vez, sus condiciones geográficas le han hecho un país fértil para el cultivo y corredor comercial por excelencia lo cual, desde sus orígenes, motivó al asentamiento de diferentes pueblos que se fundieron en un crisol de etnias que le dieron al lugar multiplicidad de características.

En el año 882, la federación de tribus eslavas orientales conformó el Rus de Kiev, un territorio que extendió sus dominios hacia el norte lindando con el mar Báltico, por el sur con el mar Negro, y por el oeste y este con el Vístula y el Volga, respectivamente.

La ciudad se convirtió en una de las más prósperas y pobladas de la región y gracias a esto se comienzan a manifestar desarrollos culturales muy importantes que marcaron su identidad como pueblo. 

Orígenes de la Rus de Kiev

La Rus de Kiev se asentaba en lo que hoy se conoce como Bielorrusia, Ucrania y parte de Rusia. Se le denominó “rus” debido al pueblo escandinavo que la originó y Kiev se refería a la ciudad desde la que se reinaba. Estaba dirigida por una élite de tradición militar que procedía de la zona del Báltico y que se hizo al control de las explanadas bielorrusas y ucranianas que contenían poblaciones de variedad étnica, especialmente, eslavos orientales, pero solo hacia el año 963 se adoptaron las costumbres y religión llevando así a la Rus de Kiev a considerarse un estado eslavo.

 
Ubicación de Ucrania

Ucrania, una región crisol

El territorio ucraniano alberga mezclas culturales que han compartido una misma característica: el zarato del Imperio Ruso. Durante el dominio de los zares rusos, entre los siglos XVIII y principios del XX, Kiev formó parte de las ciudades más grandes del Imperio entre las que también se inscribían San Petersburgo, Moscú, Varsovia y Odesa. En ese momento se designó a un gobernador que fue el encargado de hacer cumplir las políticas del régimen zarista que buscaba aniquilar la cultura ucraniana y reemplazarla por la rusa.

El imperio ruso cuenta con tres condiciones fundamentales: expulsar, exterminar y gobernar. Hasta el día de hoy es una de las quejas que se tiene con Putin", puntualizó Claudia Avendaño, historiadora y docente de la UPB.

En este sentido, la promulgación de la Circular de Valúev, que prohibía el uso del idioma ucraniano en cualquier clase de textos, en la enseñanza escolar y el teatro, demostraba la intención en dominar el territorio y controlar a la población a través de imponer patrones culturales rusos y llevar a los ucranianos a una especie de deshumanización y pérdida de su condición de nación dueña de sus propias costumbres.

En 1917, resultado de la Revolución Rusa, los ucranianos formaron una república popular que gozaba de independencia, pero al ser derrotados por los soviéticos, nuevamente tuvieron que someterse a su dictamen y el territorio se denominó República Soviética de Ucrania y en 1922, con la anexión de otras repúblicas soviéticas, se conformó la URSS.

El mundo ucraniano está compuesto por elementos escandinavos, celtas, polacos, bielorrusos, rusos y mongoles. Un idioma, el ucraniano, se fue configurando en contraposición al ruso que ha tratado de imponerse.

Luego de la caída de la URSS, antiguos territorios bajo el dominio soviético lograron su independencia, pero para la hoy Federación de Rusia, estos territorios fueron excluidos arbitrariamente de sus dominios y buscan reintegrarlos. Sin embargo, la lucha por hacerse al control de ucrania no es fácil porque “los ucranianos, a pesar de estar mestizados, se funden como nación y creen que son diferentes y están dispuestos a dar la vida por esa diferencia”, detalló Diego Andrés Bernal, Dr. en historia y docente de la UPB.

Si bien hay un porcentaje de la población ucraniana que se identifica con los ideales rusos, no todos los habitantes de la región sienten lo mismo, valoran sus modos de vida, creencias, idioma y dinámicas culturales que les hace pertenecer al territorio que habitan y los lleva a disputar su lugar en esa tierra de la que sienten tener derecho.

El programa de Historia de la UPB celebró un conversatorio en el que los profesores Claudia Avendaño, Diego Andrés Bernal, Carmen Lucía Cataño y Sebastián Amaya, abordaron la situación actual del conflicto desde sus aspectos fundamentales.

Por: John Gutiérrez Martínez – Agencia de Noticias UPB. 

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