Diversión y estudio en las noches de la Biblioteca Central

Disponible en:Medellín24 nov. 2021

 

 
Estudiantes en la jornada nocturna de Biblioteca 245 horas

Agencia de Noticias UPB - Medellín. Es martes 2 de noviembre del 2021 y comienza la primera noche en que la Biblioteca Central abre sus puertas las 24 horas durante una semana continua. Luego del cese de actividades en los espacios físicos del campus que duró más de un año a causa de la pandemia.

Con el regreso a la presencialidad, las actividades como Biblioteca Nocturna se reactivaron. Este es un espacio que se dispone para que los estudiantes preparen sus exámenes y trabajos finales correspondientes a cada semestre académico.

Son poco más de las 5:30 de la tarde y el sol se esconde para que la noche protagonice el resto de la jornada. Los estudiantes van ingresando a la Biblioteca; unos se reúnen en grupos de más de seis personas, en duplas o en solitario.

A las 6:30 p.m. cae la noche en la Biblioteca Central, las luces de las lámparas comienzan a encenderse. En el segundo piso la concentración y el silencio predominan.

 
Bibluioteca nocturna
Seis jóvenes, dos mujeres y cuatro hombres de cabello largo se encuentran en la mesa central del segundo piso con sus portátiles tratando de terminar el trabajo que tienen que entregar al día siguiente. Unos comentan que son de ingenierías, por su parte, los otros dicen que están en los primeros semestres del programa de Estudios Literarios.

A medida que avanza la noche, los grupos de amigos van llegando y se van estableciendo en los diferentes espacios de la Biblioteca.

Son las 9:00 p.m. y los colaboradores de este lugar lleno de libros se disponen a realizar una dinámica para que los estudiantes tomen un breve descanso y tengan una agradable pausa activa.

 Algunos se acercan tímidamente al sitio de la dinámica y se sientan sobre una colcha amarilla hecha de retazos, es entonces cuando empiezan a socializar mientras esperan las instrucciones de la actividad. Entre tanto, hablan sus lugares de procedencia; unos son de la costa, del Huila y otros son extranjeros.

La actividad inicia. Martha, quien dirige este pequeño espacio de dispersión, explica que cada uno va a leer uno de los cuentos cortos que se encuentran distribuidos en la colcha. Una vez terminen, deben escoger un personaje del libro que eligieron y, a partir de él, le tienen que contar a otro compañero que no conozcan una historia personal que se relacione con la situación del personaje con el cual se identificaron.

 
Biblioteca nocturna día 2
Al finalizar los cuentos, las miradas de timidez de unos se cruzan con los otros. Para dar el primer paso, Martha elige las parejas. Conforme avanza el tiempo, los participantes sienten empatía con las historias que socializan y el ambiente se vuelve más tranquilo y menos tenso. Se escuchan risas, charlas y nostálgicamente ponen en común las cosas que más extrañan de sus ciudades y países de origen.

Pasadas las diez de la noche, un auxiliar va por todo el piso informando que pueden bajar por bebidas calientes, pan y que también tienen la posibilidad de reclamar cobijas y colchonetas en caso tal que decidan amanecer en la Biblioteca.

Ya es miércoles, el segundo día y la pijamada poética va a empezar. Dos colaboradoras suben al segundo piso a invitar a todos para que bajen por su merienda y hagan un receso de sus labores académicas. Una de ellas lleva puesta una pijama térmica de color blanco con corazones grises, negros y rosados; la otra tiene un buso blanco y un pantalón de pijama rosa con caricaturas.

Esta vez, todas las personas que se encuentran estudiando deciden bajar. Al llegar al primer piso lo primero que ven es un hombre con cabello negro y ojos cafe que está utilizando una pijama oscura y unos crocs naranjados. Cuando este hombre se da cuenta de la presencia de quienes bajan da por terminada la lectura poética que se encontraba narrando en voz alta y los invita a sentarse en un círculo para que elijan al azar un libro de poesía.

Han pasado diez minutos desde que aquel hombre concluyó su lectura, entonces los integrantes participan recitando poemas en voz alta sobre el libro que eligieron.

En el transcurso del tiempo y de las lecturas, las expresiones faciales de quienes escuchan atentamente, muestran gestos de conmoción, risa y ternura.

El espacio literario ha llegado a su fin, todos han participado y agradecen por tan especial momento mientras se van levantando del suelo para volver a sus respectivos puestos de estudio.

Cada noche aumenta el número de los usuarios que asisten en la jornada nocturna. Es jueves, el tercer día de esta actividad y se registran alrededor de 55 personas. Son las 9:10 p.m., el silencio y el frío son los personajes principales del espacio. Acorde hace más frío, los jóvenes se aproximan a reclamar cobijas para continuar estudiando más cómodos.

En el cubículo de investigadores del segundo piso se puede observar a Johana Castillo, una chica de cabello rubio y ojos claros que lleva puesto un buso rojo. Ella es estudiante de Medicina y comenta que Biblioteca 24 horas le parece un espacio muy importante para los estudiantes ya que se puede concentrar mejor en sus trabajos finales.

Es un poco más tarde y en el mismo lugar se encuentra María Camila Florez, una joven morena, de ojos oscuros y cabello negro que también estudia Medicina. María considera que la oportunidad de abrir este espacio de estudio en horario continuo es muy oportuna porque le ayuda a prepararse para los finales de una manera más adecuada.

El reloj se va acercando a las 10:00 p.m. y se corre la voz para que voluntariamente bajen a participar en la siguiente actividad: una piñata literaria. Con intriga varios preguntan ¿en serio hay una piñata?, ¿la podemos romper?

 
Biblioteca 24 horas
Cuando ya han bajado quienes van a participar se encuentran con una piñata de colores llamativos y decorada con una calavera. Todos se reúnen en torno a esta y se organizan en un círculo. Juan José, el mismo hombre de cabello oscuro y ojos café, que estaba leyendo poemas la noche anterior, es el encargado de esta actividad, la cual introduce contando que las piñatas son una tradición originaria de México.

Después de esa intervención pregunta al público: ¿quién quiere destapar la piñata?, inmediatamente los jóvenes que están en ese espacio vuelven a ser niños y todos levantan la mano como señal de querer ser los que abran la piñata. Por tal motivo, se hace una rifa para ello y solo quedan dos candidatos, un hombre y una mujer quienes son los encargados de romper la piñata.

¡A la una, a las dos y a las tres! —dice Juan José—, en ese preciso instante se desbarata la piñata y todos se tiran al piso rápidamente a recoger los dulces, mientras de fondo se escucha la tradicional canción “rómpela, rompe la piñata, rómpela”.

Al ver los dulces que lograron recolectar, todos se dan cuenta que estos tienen un papel con un poema o microrrelato gracioso adherido. Ante esta observación, Juan José los invita a compartir en voz alta lo que dice cada mensaje.

La idea le emociona a los participantes y uno a uno van alzando la mano para leer el mensaje que les salió en sus dulces. Los colaboradores de la Biblioteca van repartiendo bebidas calientes. Es así como se desarrolla la actividad donde, además, también leen poemas románticos que conmueven a todo aquel que los escucha.

 
Estudiantes en Biblioteca Nocturna
Entre bromas, risas y lecturas esta dinámica termina. Cada uno agradece a los organizadores y colaboradores por propiciar pausa de esparcimiento y diversión; al mismo tiempo, los grupos de amigos van caminando y haciendo comentarios positivos sobre la experiencia que acaban de tener.

Por lo general este espacio de estudio que la Biblioteca ofrece previo a final de semestre, se realiza durante una semana en horario continuo las 24 horas, pero al recibir sugerencias por parte de los estudiantes, se extendió una semana más.

 

Por Luisa Gómez Rojas - Agencia de Noticias UPB - Medellín.

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