Un viaje de 75 años que apenas comienza

Este fragmento de García Lorca es una invitación estéticamente terrible. Estética porque el libro se ha convertido en un objeto de arte que se porta como algo bello: autores, evaluadores, diagramadores, ilustradores, fotógrafos y diseñadores le dan calor, humedad y color a las letras grises y negras que los autores riegan como metáforas que se siembran para la memoria de los pueblos. El libro se embellece con estas manos que dibujan y les dan plasticidad a las páginas en blanco y negro. Y este epígrafe termina siendo terrible porque alude a la agonía física que es relativa o dura poco. En cambio, la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. Para eso sirven los libros: viajar, nadar, volar, imaginar y, sobre todo, para atacar la ignorancia. En el bloque 13, número de la cábala, hay una casita en la que se tejen historias narradas por investigadores, creadores, autores tan diferentes como las obras mismas. Es una casita de puertas abiertas en las que entran, como Pedro por su casa, como diría mi mamá, ideas, sueños, miedos, propuestas, silencios, facturas, ilustraciones, fotografías, tintas, colores y olores que hacen del libro un todo que se lee para escalar la cumbre del corazón humano. Un libro es un mundo posible, un horizonte de comprensión, una perspectiva que se abre para mejores relaciones humanas.

En la casita 13 hacen su ingreso autores calmados, iracundos, irascibles, sosegados, primíparos, experimentados y silenciosos. Todos, de manera diferente, preguntan al mundo por sus injusticias, equidades e irreverencias. Sus textos aluden siempre a la condición humana porque es a ella a la que hay que interrogar sobre su accionar. Los investigadores intentan mejorar la condición humana, los creativos intentan comprender a la condición humana y todos, sin distingo, desean un mundo sin guerra, sin inequidades, sin injusticias. Sus palabras intentan atenuar el dolor de existir. La casita 13 los acoge porque su libro se convierte en su hijo. Esta metáfora de parir un libro es una metáfora de escribir un hijo.  Libros, libros, más libros. Durante este año se han publicado 90 libros entre investigación, apropiación social del conocimiento y libros de creación en unas colecciones que se acaban de inaugurar. Clásicos de la literatura universal y Fútbol y letras. 90 libros y casi 700 autores, además de múltiples coediciones con editoriales nacionales e internacionales. Esta es, además, la primera vez que tenemos una Editorial multicampus.

Por estas razones, considero que leer es un acontecimiento mágico y aprender a juntar letras y entender, comprender, analizar, proponer, son competencias que se ganan con disciplina y rigor conceptual para que después disciplina y rigor se conviertan en arte y vida, en dolor y padecimiento, es decir, en letras que se conjuntan para decir.

En la casita 13 se oye decir que un editor es como un árbitro…y a los árbitros los quieren la mamá y la esposa, si uno está de buenas. Es un mal chiste para decir que se trata de una labor compleja por las responsabilidades que se asumen frente a otros seres humanos. Cada libro es un reto para el editor porque lo primero que hay que sopesar es el porvenir del libro universitario porque ya muchos han vaticinado la muerte del libro, pero cuando se asiste a eventos nacionales e internacionales sobre el mundo editorial nos damos cuenta de que el libro, como la lengua y la casita 13, son órganos vivos que palpitan aceleradamente para el sosiego de quienes pusieron a circular sus sueños. Esa es la tarea: publicar libros para que sean leídos. 

Felicitaciones a todos los Autores Bolivarianos porque han mantenido vivo el espíritu de escribir para publicar durante 75 años de manera continua. 

Gracias a las autoridades universitarias por el apoyo irrestricto a esta unidad académica, gracias a los Autores Bolivarianos por su actitud frente a los procesos editoriales, gracias a los habitantes de la casita 13 por su entrega abnegada a esta causa, gracias a las familias que acompañan a los autores porque la escritura nos conjunta para seguir conversando.

¿Cuántas ideas están en un archivo de Word que no se publicarán por pudor? Una pregunta que vale la pena hacerse mientras celebramos el ritual de escribir. Para terminar una oración editorial escrita en el siglo XIII:

Demonio Titivillus: 
cruz de los copistas,
suplicio de los escribas,
aléjate, ten piedad
de nuestros libros.
No distraigas con palabras
engañosas al sufrido editor.
Entretente,
entre tanto,
con tanta cosa vana.
Vete de fiesta
a los mensajes de texto o
ponte a ver televisión.

Titivillus se imaginaba como un demonio que servía a Lucifer para distraer a los escribas y hacerlos cometer terribles errores en su trabajo. Errores por los que debían pagar grandes penitencias. De ahí el origen del diablillo de las editoriales. Ese que dice que un editor publicó un libro con el siguiente epígrafe: “Este es el único libro que no tiene fe de errotas”.

Mira la galería:

Por Juan Carlos Rodas Montoya, jefe Editorial - Librería UPB.