Diana Sofía y su lucha por el bienestar de las comunidades indígenas y afros del Chocó
Agencia de Noticias UPB - Medellín. Diana Sofía González Echavarría es egresada de la Licenciatura en Etnoeducación de la Escuela de Educación y Pedagogía de la UPB. Además, es magíster en formación completamente becada en Gestión y Producción Cultural de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Misionóloga de la Universidad Urbaniana de Roma. Tiene 35 años, es oriunda de San Andrés de Cuerquia (Antioquia) y la mayor parte de su educación de primaria y secundaria la cursó en Yarumal y su municipio natal.
Su trabajo como veedora por el bienestar de las comunidades indígenas y afros del país empezó en el momento que estaba cursando séptimo semestre de su carrera como licenciada en etnoeducación, cuando tuvo la oportunidad de pertenecer a una asociación de cabildos indígenas ejerciendo la labor como asesora de educación en pueblos indígenas, dependencia en la que actualmente se destaca como coordinadora.
En un momento de su vida empezó a estudiar Teología porque entre sus principales intereses estaba el de servirle a la comunidad, esto como producto de los diferentes voluntariados que realizó durante muchos años en el departamento del Chocó, lugar que aprendió a amar y a ser sensible frente a las realidades que pasan los diferentes territorios y comunidades étnicas.
Estudió Licenciatura en Etnoeducación gracias al convenio con el Instituto Misionero de Antropología – IMA y la UPB y, por su trayectoria, actualmente estudia como becaria de la maestría en Gestión y Producción Cultural y Audiovisual de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, gracias a la organización Manos Visibles, la Fundación Sura y Ford Internacional. Para Diana, esto es sin duda una muestra clara de que en Colombia la solidaridad y el deseo del bienestar común existe y da sus frutos en personas como ella.
Durante sus estudios como licenciada en etnoeducación aprendió sobre la unión de la etnografía, la cultura, la pedagogía, la investigación y el respeto por la identidad de los pueblos en Colombia y de incluso en América. Además, hizo énfasis en la tolerancia y la capacidad pedagógica que tienen los docentes para acompañar esta realidad. “Verdaderamente se hace praxis de etnoeducación en las aulas y es un aprendizaje didáctico creativo y significativo”, puntualizó Diana.
Gracias a su trayectoria ha recibido reconocimientos por la gestión pedagógica y cultural en la parroquia San José de Tadó con convenio del ICBF. Reconocimiento a la gestión etnoeducativa y cultural cabildo indígena en el litoral del San Juan y Alto Baudó del departamento del Chocó. También ha sido acreedora del reconocimiento Daubara salud IPS, por el proyecto salud integral para pueblos indígenas y el reconocimiento de primera generación potencia Pacífico, proyecto realizado con la organización Manos Visibles, la Fundación Sura y Ford Internacional.
Lo que más le apasiona de su trabajo es poder acompañar al mejoramiento de las realidades a las que se enfrentan las comunidades indígenas y afros del departamento del Chocó. “Al trabajar con comunidades étnicas nosotros nos consideramos como aprendices, ya que siempre hay algo por aprender de su filosofía de buen vivir, siempre hay algo por acompañar en medio de sus luchas cotidianas y de las mingas que en ocasiones son tan incomprendidas por el resto de la población”, expresa Diana.
Y, finalmente, añade que ama acompañar a las comunidades en sus luchas, ver sus crecimientos y formar parte de los proyectos de desarrollo de economías locales. “El acompañamiento que he hecho con ellos ha dado grandes frutos en el tema pedagógico, algo que se ve reflejado en los cargos que han logrado desempeñarse como rectores, licenciados, entre otros”, puntualizó Diana.
Por María Camila Salas Valencia - Agencia de Noticias UPB
