Encuentro de Lenguas Nativas: una mirada a la raíz de los orígenes

Disponible en:Medellín7 mar. 2018

 

Agencia de Noticias UPB - Medellín. La jornada académica organizada por la licenciatura en Etnoeducación y el curso de Lengua y Cultura de la Escuela de Educación y Pedagogía de la UPB conmemoró el Día Nacional de Lenguas Nativas donde se contó con la presencia de las comunidades indígenas: Kamëntsá, Tikuna, Nasayuwe y Namtrik. El evento conmemoró la existencia de cerca de 68 lenguas nativas en todo el país, además de explicar el significado y simbolismo cultural que representan en cada región. 

El primero en intervenir fue José Narciso Jamioy Muchavisoy, licenciado en idiomas, profesional en administración de empresas y magíster en etnolingüística, además de ser taita (maestro que conserva la cultura), del clan Kamëntsá. Él explicó una de las versiones del origen del lenguaje de su comunidad, que dice que dos estrellas muy inquietas bajaron del cielo para enseñarle a los ancestros el dialecto.

Para los nativos, la lengua es percibida como todo el conocimiento de los mayores que a lo largo del tiempo se ha venido perdiendo, porque la educación occidental discrimina las diferentes tradiciones de las poblaciones indígenas, por razones como su indumentaria y forma de hablar. 

 

 

 

 
INDI

La vocera del pueblo Tikuna, ubicado al sur del Amazonas, fue Elida Santos Angarita, estudiante de la maestría en Educación de la UPB y becada del programa: Becas para la Excelencia Docente, quien en su tesis de grado profundizó sobre el tema “el hombre Tikuna y su interacción con el medio social y natural”, para abordar las características más particulares de la conducta de sus habitantes.

Ella narró que cuando nacen los bebés en su tribu e inmediatamente se les corta el cordón umbilical, se decide a qué clan van a pertenecer según el origen de los clanes de sus padres. También describió la dinámica de la “fiesta de la pubertad” dirigida a los más jóvenes con el objetivo de integrarlos y fortalecer la identidad de la etnia.

 “La similitud de la lengua está conectada a la madre tierra, dado que cuando miramos un árbol es el cabello de la madre tierra, cuando miramos los pueblos indígenas estamos viendo varias cosmovisiones, porque el conocimiento es para nosotros unidad, esto quiere decir que todo se relaciona con la tierra, los animales y los vegetales”, afirmó el Taita José.

 Hay un peligro inminente de que desaparezcan estas ramificaciones lingüísticas por la influencia ideológica del mundo occidental, a pesar de que, en 1978, mediante el decreto 1142 se dio la posibilidad de enseñar las lenguas nativas desde la educación formal.

 

 
TAITAS

Luego de eso, en 1991, desde el ámbito constitucional y legal se reconoció el carácter de lengua oficial a las lenguas y dialectos de los grupos étnicos en sus territorios. Lo cual permitió que la enseñanza que se imparte en las comunidades con tradiciones lingüísticas propias, sea bilingüe, según el artículo 10 de la Constitución Política de Colombia. Esto obligó al gobierno a reglamentar mediante la Ley 1381 de 2010 (Ley de lenguas nativas) la protección de dichas lenguas por medio del cual se estableció el 21 de febrero de cada año Día Nacional de las lenguas. 

Posteriormente participó del encuentro Carlos Ruda, delegado de la comunidad Nasa, para dilucidar el significado del nombre de su idioma, dividido en dos morfemas: el primero de ellos correspondiente a nasa, que quiere decir “seres” y yuwe, equivalente a “idioma”, lo cual hace referencia a su lengua autóctona, Nasayuwe.  

Carlos también mencionó los sitios de armonización esparcidos por varios departamentos donde prevalecen colonias del pueblo, tales como: Toribío, Cauca, Valle del Cauca, Putumayo y Tolima. 

La diversidad étnica debe expresarse por medio de la educación, de modo que aumenten los nidos lingüísticos para conservar la lengua y la cultura. Un aspecto característico de las comunidades nativas es la artesanía, vista como fuente económica y pedagógica, dado que dependiendo del contexto determina cierta simbolización. 

Los collares son emblemas de lo que tenemos adentro, el que tengo puesto es la fuerza del tigre que está en mí. Lo que nos fortalece en las batallas para entender que nada está separado de nosotros”, argumentó el Taita Narciso.  Hay otros datos peculiares como la composición de los nombres en el pueblo Tikuna, diferenciado por “Shembasá”, semejante al género femenino y “Boyabasá”, respectivo al género masculino.

La reflexión más importante, mencionó Elida Santos, es ¿qué visión se les da a los estudiantes sobre las culturas indígenas? Hay información suficiente o prevalecen los imaginarios sociales. Precisamente este tipo de encuentros enaltece el legado histórico y cultural de los ancestros. 

Por Daniela Ospina Avendaño y Michelle Acevedo Vélez - Agencia de Noticias UPB 

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