La analogía entre el celular y el hígado: del cuerpo y otras adicciones

Agencia de Noticias UPB - Medellín. Aunque los Smartphones tienen un peso que oscila entre los 100 y 150 gramos, existe una gran similitud con el rey de las funciones hepáticas, que pesa aproximadamente 1500 gramos. Por el ritmo de vida actual, se ha situado a los celulares en una posición muy privilegiada en el orden de prioridades, debido a que facilitan actividades de índole académico, laboral y de entretenimiento. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. 

Éstas se dividen en dos ramas: químicas y no químicas. Las primeras son todas las referentes a sustancias como: depresores, alucinógenos y estimulantes del sistema nervioso central, y las otras adicciones son de tipo comportamental, por ejemplo: la adicción a la comida, al ejercicio, al trabajo, y una de las más frecuentes en ésta época post-modernista, al internet.

Johana Valencia, coordinadora de Promoción y Prevención de Bienestar Universitario de la UPB y psicóloga especialista en farmacodependencia, explica que lo que determina si existe una adicción en un individuo es si padece síndrome de abstinencia o síndrome de tolerancia. 

El primer síndrome es referente a las sensaciones molestas que empiezan a producirse si no se obtiene lo que se desea, y el segundo está relacionado con la tendencia al uso frecuente de la sustancia (o motivo de la adicción) para conseguir el efecto inicial se tuvo en un principio y ya no se está alcanzando. 

El hígado, dentro de sus múltiples tareas es el encargado de segregar la bilis esencial para la digestión de las grasas, del mismo modo en que un celular clasifica los archivos multimedia según su formato, para distinguir los vídeos, de las fotografías y los audios. Ambos cumplen roles de almacenamiento, el primero con las vitaminas y el glucógeno y el segundo con el número de contactos telefónicos para poder realizar llamadas, mensajes de texto y de voz. 

Piense usted, si bajo la premisa de que olvidara el celular en casa al momento de salir ¿qué decisión tomaría? Devolverse por él en vista de que lo necesita a pesar de que eso le implique un retraso significativo en su hora de llegada, continuar con su trayecto rumbo al colegio, trabajo o universidad o pedirle a alguien que le facilite un dispositivo con servicio de internet. 

Un comportamiento frecuente entre las personas que no poseen plan de datos en su equipo, es buscar redes de wifi disponibles para conectarse a la web, lo cual se ha facilitado desde que la Alcaldía de Medellín decidió implementar el programa Medellín Digital, brindando más de 200 zonas de wifi gratis en 16 comunas y 5 corregimientos del Valle de Aburrá.

¿Por qué se cae en esta adicción? 

Johana afirma que “el teléfono móvil se ha convertido en una necesidad creada, porque finalmente no es una necesidad básica, sino que la ha originado el ser humano a través de la tecnología”, paralelo a eso, un estudio del Centro Nacional de Consultoría revela que en promedio el nivel de apropiación digital para los colombianos es de 0,24% y para los usuarios de internet a nivel mundial de 0,35%. 

La especialista en farmacodependencia declara que la adicción suele ser un problema del desarrollo, por ende, hay un sin número de factores que pueden influir en esta enfermedad, tales como: la genética, la crianza, la educación, la cultura y el entorno. El desarrollo quiere decir que a nivel biológico tenemos algo que se llama poda neuronal, que sucede en algunos estadios de la vida, debido a que nacemos con cierto número de neuronas. 

¿Se puede hacer un trasplante de hígado con la facilidad que se reemplaza un teléfono celular? realmente la complejidad del primer proceso requiere un equipo multidisciplinario y una compatibilidad entre el donante y el recibidor del órgano, de acuerdo a la lista de espera del centro de salud donde se encuentra el paciente, en cambio para la segunda transacción solo es necesaria la voluntad y el presupuesto indicado. 

Existe un sistema de recompensa que los seres humanos tienen en el cerebro, éste es consecuente con la dopamina como neurotransmisor que se libera, y produce sensaciones de placer y satisfacción, entonces esos dos elementos al igual que las adicciones, llegan al cerebro con un efecto similar. 

Valencia asegura que cualquier persona se puede volver adicta al internet en cualquier etapa de la vida, incluso las personas de la tercera edad a quienes se les enseña a usarlo, también tienen un dominio del mismo que los sumerge en las novedades virtuales. 

La infancia y el uso de tecnología 

Expertos en temas de pedagogía infantil aseguran que los niños no deben tener celulares, incluso dentro de los primeros siete años de vida, porque eso les retrasa el desarrollo. El mismo que se establece a través de dinámicas como: saltar, reír, bailar, correr, jugar e interacciones a nivel general. 

Johana recomienda que si le dan un celular a un niño debe ser muy controlado su uso, evitando que los manejen más de una hora al día, y regulando el contenido que consumen para que no exceda su límite de edad.

Tal vez el protagonismo de órganos como el corazón por su índole romántico, o el cerebro por la cercanía con el intelecto, o los pulmones por su simbolismo publicitario, le han quitado significado e importancia al responsable de eliminar de la sangre diferentes sustancias que puedan resultar nocivas para el organismo, entre ellas, el alcohol. 

Lo cierto, es que con los celulares es posible eliminar archivos basura para tener más espacio de reserva en la memoria, sin embargo, la dependencia al internet provoca daños en la salud por la exposición permanente de los ojos a la pantalla, por el sedentarismo que promueve su aplicación constante y por otros factores que determinan las dinámicas sociales actuales. 

Las acciones de Bienestar Universitario para acompañar a los estudiantes que padecen cualquier tipo de adicción, se dividen en varios sub-procesos, uno de ellos se llama: promoción y prevención, donde se trata la prevención de adicciones químicas y no químicas. Allí, se trabaja con muchas estrategias de impulso de la salud y, sobre todo, la cultura del cuidado, mediante acciones lúdico-reflexivas para informar y sensibilizar frente a los factores protectores que cada persona posee. 

Por Michelle Acevedo Vélez - Agencia de Noticias UPB