Claudia Luna Meza, egresada de Trabajo Social, es agente educativa en Sibundoy, Putumayo, y trabajadora social en la Fundación Misión Mujer Shembasha. Cambió la presencialidad por la virtualidad para algunos asuntos, pero otros, como la entrega de paquetes nutricionales a más de 250 familias del Centro de Desarrollo Infantil del municipio, no daban espera.
Walter Mora, egresado de Enfermería, por su profesión, se encuentra en la primera línea de lucha contra la pandemia. Su cuadro de turnos siguió intacto y de su rutina lo único que cambió fue el protocolo de bioseguridad al que se somete diariamente cuando llega a la Clínica Universitaria Bolivariana, para cumplir con su labor como enfermero del servicio de medicina interna.
Luis Miguel Cárcamo, egresado de Negocios Internacionales, un emprendedor que desde hace cuatro años le apostó al sueño de tener su negocio y aportar al país desde el sector cafetero, no podía parar. Zorbos de café, una empresa que nació para educar a las personas sobre esta bebida y distribuir el grano especial y orgánico. En Colombia y ya con alcance internacional, es el sustento directo de seis familias.
Juan Carlos Higuita, egresado de Comunicación Social – Periodismo, es el director de RCN Noticias en Antioquia. Desde marzo cambió la cabina de radio por una de las habitaciones de su casa y la sala de redacción por un grupo de WhatsApp que le permite comunicarse con su equipo de trabajo. Todos los días enciende un dispositivo de transmisión que “parece un equipo de chance manual”, como lo describe jocosamente, prende el micrófono y sale al aire para actualizar a sus oyentes sobre la realidad del departamento.
Y así podríamos continuar con una larga lista de profesionales UPB que cambiaron sus rutinas, extendieron sus horarios para cumplir con el trabajo y las responsabilidades del hogar, perdieron la comodidad de sus oficinas o la seguridad económica que representaban sus empresas, muchos, incluso, se quedaron sin trabajo o cerraron sus negocios, y todos sintieron temor por una realidad para la que el planeta no estaba preparado.
Para Juan Carlos, por ejemplo, lo técnico no es la parte compleja de informar desde su casa, el reto es contar la realidad y, al mismo tiempo, llevar mensajes diferentes, ser propositivo, crear contenidos para una audiencia que está angustiada por los efectos económicos, sociales y psicológicos que supone la situación actual. Su profesión le exige una gran responsabilidad: “Saber que tenemos en nuestras manos el poder de informar y que la gente cree lo que estamos diciendo”, comenta.
Desde la óptica de Luis Miguel, el miedo pasó a un segundo plano cuando supo que tenía la enorme responsabilidad de buscar soluciones para lograr el bienestar de sus empleados: “Lo más complejo fue la reestructuración de la empresa, la búsqueda de un nuevo nicho de mercado, pero lo realmente difícil fue aguantar el sostenimiento para todos nuestros colaboradores mientras las nuevas estrategias tenían efecto”, explica.
En el Putumayo, Claudia se apropió de sus conocimientos para liderar campañas y proponer proyectos en favor de la comunidad. “Lo que he tratado de hacer, desde mi profesión, y con algunos compañeros que también son egresados de la UPB, es ayudar, cuando se puede desde lo económico o recogiendo elementos que puedan servir. Y estoy elaborando un proyecto para el apoyo a las madres cabeza de familia que se quedaron sin trabajo y que están sufriendo problemas de salud mental”.
Adaptarse es una realidad del mundo laboral, pero con seguridad nadie se imaginó este escenario. Sin embargo, cada uno sacó su mejor versión para poner a prueba su formación UPB: “La adrenalina por el servicio y por el amor que uno le tiene a esta profesión”, en el caso de Juan Carlos; o “La perseverancia, fortaleza, resiliencia, pero sobre todo el aspecto humano”, según Luis Miguel. “La formación en valores y el aumento de la curva de aprendizaje sobre la enfermedad”, en el caso de Walter; y “usar las herramientas que nos dio la Universidad para ponerlas al servicio de los más vulnerables”, como lo indica Claudia.
Los retos no se han hecho esperar, los perfiles y los modos de ejercer han cambiado, los aprendizajes han recargado los currículums de los profesionales. Y estos cuatro guerreros sin armadura, pero con sus tapabocas y listos para ayudar, han logrado caminar sobre la incertidumbre, superar sus miedos y poner a prueba los conocimientos y el sello UPB para enfrentar los desafíos.
Por Alejandra Carmona Sierra. Agencia de Noticias UPB - Egresados.
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