Jean de fique: la alternativa de la fibra nacional

Disponible en:Medellín27 abr. 2021

Agencia de Noticias UPB - Medellín. La Universidad Pontificia Bolivariana recibió registro de patente de invención por el proceso de fibras textiles derivadas de la planta de fique. Este proyecto brinda una alternativa sostenible a las fibras tradicionales y supone una oportunidad para el sector fiquero nacional.

 
Jean de Fique.

El fique es una planta perteneciente a la familia de las agaváceas que se produce principalmente en Colombia. Guarda similitudes con otras plantas de esta especie como el agave, originario de México, y el Sisal, que se produce en grandes cantidades en Brasil.

Desde hace muchos años, en Colombia se han extraído las fibras de las hojas de esta planta para diversas aplicaciones. Las comunidades indígenas la utilizaban para la fabricación de cuerdas debido a la dureza característica de estos filamentos. Con los años, su producción se enfocó en aportar la materia prima para la elaboración de sogas y costales. Sus excelentes propiedades han hecho del fique, la fibra idónea para empacar el café de exportación ya que ayuda a conservar sus propiedades y frescura.

Sin embargo, si se desea usar esta fibra en el vestuario, la fibra resulta rústica, poco flexible, incómoda al tacto y poco confortable al estar en contacto con la piel. Es por esta razón, que Cristina Isabel Castro Herazo, docente investigadora de la UPB, cuenta que cuando socializaba la idea de fabricar un jean a partir de la fibra fique entre los campesinos productores ninguno daba crédito a la idea. “No, eso es imposible. Olvídese”.

Contrario a esto, la confección de un jean a partir de la fibra de fique es posible gracias a un proceso llamado cottonización. La idea de realizar este tipo de prendas surge del trabajo de grado de maestría de la docente Maria Clara Restrepo de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la UPB quien propuso este proyecto como una salida económica para los productores de fique. Luego de una revisión del estado del arte se encontró que este proceso ya se había aplicado a otras fibras naturales como el cáñamo y el lino entre otros.

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“La cottonización busca asemejar una fibra natural tosca, dura y burda como la del fique a las características que ofrece la fibra natural del algodón. De la hoja de una planta de fique se pueden extraer fibras de entre 1.5 y 2 metros de longitud, las cuales deben ser cortadas a una longitud cercana a la del algodón (3,5 centímetros) para la luego tratarlas y remover los compuestos no celulósicos (lignina y hemicelulosa, principalmente) pero, manteniendo su longitud. Con el material cottonizado se desarrollan hilados y bases textiles como las empleadas en la elaboración de prendas para vestuario como el jean, explica la docente.

La investigación que hizo posible la obtención de la patente contó con el talento y el ingenio de investigadores de las facultades de Ingeniería en Nanotecnología y Textil, Ingeniería Agroindustrial, Ingeniería Química y Diseño de Vestuario.

 

 
Fibra de fique

A través de la cottonización, la fibra de fique adquiere características que la asemejan a la fibra de algodón.

El puente entre la academia y la industria

Además de la universidad, en este proceso el sector privado ocupó un papel muy importante. Expofaro se unió al proyecto en el momento en que la investigación necesitaba ser aplicada al sector industrial. Para el desarrollo de la investigación, esta empresa se convirtió en un aliado muy importante debido a su prestigio en el sector textil y su posicionamiento en el trabajo con tela denim. Actualmente, Expofaro es el encargado de producir y comercializar en el ámbito nacional e internacional, prendas de grandes marcas internacionales como Levi´s y Volcom.

Gracias a esta alianza se pudo alimentar el primer tren de hilatura y confeccionar los primeros jeans con fibra de fique. A pesar de que para ese momento la fibra aún era tosca y fabricar este tipo de prendas representaba toda una apuesta, Expofaro confió en el proyecto y puso de su parte para que los primeros prototipos de estas prendas fueran una realidad. 

Si bien fue posible confeccionar los primeros ejemplares, Cristina reconoce que se hace necesario articular toda la cadena textil, desde la fibra, pasando por la hilatura y la tejeduría, hasta el diseño y confección, entre otras. Las máquinas que se requieren en estos procesos ameritan una producción a gran escala y están habituadas a trabajar con algodón, sin embargo, acepta que desde el sector privado se ha visto con buenos ojos el proyecto y están dispuestos a apoyar y contribuir con su industrialización.

La sostenibilidad: el valor agregado

El proyecto representa una alternativa ambiental para la fibra de algodón, fibra que viene escaseando en el mundo y presenta una alta huella de carbono y huella hídrica. Desde hace varios años las compañías del sector textil vienen buscando variantes a las telas tradicionales y el uso de nuevas fibras naturales representa una opción.

Debido a la ubicación geográfica de Colombia, el algodón es el insumo ideal para confeccionar prendas que sean ligeras y permitan frescura en los climas tropicales, sin embargo, el cultivo de esta planta para producir prendas de vestir a gran escala representa un grave daño ambiental por su alto consumo hídrico, de agroinsumos. El fique, por el contrario, es una planta que almacena su propia agua y no necesita ser regada, esta agavácea también cuenta con la ventaja de no ser atacada por muchas plagas, lo que reduce el uso de pesticidas.

 

 

 
Cristina Castro recibe la fibra de fique de la máquina procesadora.

Cristina Castro comenta que en el municipio de Amalfi hay sembradas aproximadamente 1000 hectáreas de fique.

 

 

Además, la investigadora explica que el deber ser del proyecto es trabajar con el residuo agroindustrial del procesamiento de fique. De la totalidad de cada hoja, solo el 4 % se vende para la elaboración de cuerdas y sacos. De esto, queda un residuo de la extracción, constituido principalmente de jugo (90-92 %), con el cual se adelantan otros proyectos desde la universidad y un bagazo en el que se puede encontrar otro 4% de fibra que podría ser apta para ser empleada en la elaboración de bases textiles para vestuario. Actualmente este residuo de bagazo, se dispone en el suelo y puede generar daños en el ecosistema si no se realiza de manera adecuada.

Así las cosas, este proyecto surge como una ventaja tanto productiva como de sostenibilidad. La incorporación de este tipo de fibras naturales puede ayudar a reducir el impacto ambiental y de paso brindar una alternativa económica a familias campesinas de tradición fiquera.

Por: Daniel Uribe Uribe - Agencia de Noticias UPB

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