Premio Nobel de Física: un nuevo avance frente al estudio de los agujeros negros
Agencia de Noticias UPB – Medellín. Este año fue entregado el Premio Nobel de Física a los científicos Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez por su contribución en la develación del fenómeno de los agujeros negros.
Los agujeros negros son un enigma que se ha venido estudiando desde el siglo XIII en campos de estudio como la física, la astronomía y la astrofísica. Una de las contribuciones más famosas fue la que hizo Einstein al publicar su trabajo sobre la Teoría general de la Relatividad entre 1915 y 1916, sin saber que esta contribución a la ciencia sería una predicción sobre los agujeros negros.
Ahora, en 2020, los descubrimientos se expanden y se demuestra cada vez más que Einstein era, definitivamente, uno de los genios más grandes que ha tenido la humanidad. Roger Penrose, físico matemático de 89 años, es el merecedor del 50 % del Premio Nobel de Física. Al respecto, Freddy Pérez, doctor en física y miembro del Grupo de Óptica y Espectroscopía de la UPB, explicó que el gran aporte a la física y a la ciencia en general de este científico radica en “haber demostrado matemáticamente, 10 años después de la muerte de Einstein, que los llamados agujeros negros son una consecuencia directa de la TRG, una de las creaciones intelectuales más perfectas de la mente humana, de una elegancia matemática y de una envergadura estética inigualables”.
Por otro lado, el aporte de los docentes Reinhard Genzel y Andrea Ghez consistió en “haber descubierto que en el centro de la galaxia que habitamos, la Vía Láctea, existe un objeto supermasivo que consiste en un agujero negro tal cual había sido predicho teóricamente por R. Penrose”, detalló Freddy Pérez.
Para la física, la pertinencia científica de los hallazgos de estos tres investigadores se sintetiza en:
De esta investigación surgen distintas reflexiones en torno a los estudios experimentales como los que realizaron estos premio Nobel: ¿cuánta ciencia y cuánta ingeniería se tuvo que implementar? Y, sobre todo, ¿cuántos desarrollos tecnológicos aparecerán en consecuencia de una actividad que, aparentemente, no es rentable para muchos como lo es la búsqueda de agujeros negros? Preguntas que, según Freddy Pérez, cuestionan la inversión de algunas instituciones en torno a la investigación científica.
Por Laura Gómez Londoño. Agencia de Noticias UPB.
