Más que prohibir, es educar

Disponible en:MonteríaPalmiraBogotáMedellínBucaramanga18 jul. 2016
 
Con el fin de promover estilos de vida saludable, especialmente en los menores de 12 años, la Cámara de la Industria de Bebidas de la Andi y sus ocho compañías afiliadas, Postobón, Pepsico, Coca Cola, Coca Cola FEMSA, Bavaria, RedBull, AJE y Monster Energy, firmaron un compromiso de cinco puntos donde se prohíbe vender bebidas gaseosas y bebidas azucaradas con bajos porcentajes de fruta.

La idea de prohibir la venta a los menores de 12 años de gaseosas, té, bebidas hidratantes y azucaradas se implementará en su totalidad en junio de 2017 apoyada por la ley 1355 del 2009, es la ley de la obesidad que busca controlar las enfermedades no trasmisibles como son la obesidad, hipertensión sobrepeso enfermedades que se generan por los hábitos de alimentación. “En escuelas primarias bebidas como agua mineral y potable tratada, jugos 100% de fruta, bebidas cuyo contenido de fruta sea superior o igual a 12% y bebidas a base de cereal”, argumentó la ANDI en un comunicado.

Colombia es el primer país en el mundo en que la industria toma una decisión autorregulada sobre hábitos de vida saludable pensando en tener siempre una mejor calidad de vida. Cindy Marcela Miranda Rios, nutricionista de Bienestar Universitario de la UPB, afirma: “Estas restricciones tienen un trasfondo político, económico y social, pero son apuntes que pueden servir de apoyo a eventos de formación y prevención. Más que prohibir hay que complementar esta iniciativa con actividades educativas, es decir, se puede decir que prohíban un producto en el colegio pero no hacen nada si a los niños no los educan y los instruyen de que esos productos no son buenos para su salud, porque de puertas para afuera del colegio van a seguir consumiéndolos sin consciencia y esa misma es la q ue se debe generar con actividades educativas que promuevan la sana alimentación y el cuidado de uno mismo”.

Por su parte, la médica  Maria Consuelo Tobón Correa, de Bienestar Universitario, invita a aplicar otros hábitos donde se aumente el consumo de frutas, más jugos naturales, más hidratación y más alimentos sanos, volver a disfrutar de esas cosas naturales que se han ido perdiendo con el tiempo, esto se debe de hacer desde el compromiso de la casa, comprometer a los padres, porque a pesar de que las instituciones educativas tienen cierta responsabilidad, esta normativa debería de ser implementada también desde los hogares.

“Los niños pequeños son los más afectados con la gran cantidad de azúcar que contienen algunos productos tanto de los prohibidos como los que posiblemente circularían por su porcentaje de fructuosa, pues su talla y peso son menores que los de un adulto, por esta razón requieren menos calorías para lo largo de su día, es más posible que un producto de esos le haga más daño a ellos que a nosotros”, cuenta Cindy, añadiendo: “Desde pequeños debemos ser consciente de que la azúcar no es un producto fundamental ni se necesita en nuestra dieta, podemos tranquilamente vivir una vida sin azúcar, eso sí, reemplazándola con un respaldo adecuado de energía a un nivel de harinas. Por esta razón es importante educar en la cultura del buen comer”.

Más que prohibir es tomar conciencia de que las bebidas azucaradas tienen gran cantidad de calorías vacías que les proporcionan a los niños energía inmediata pero que no tienen ningún nutriente adicional como vitaminas y minerales que les pudieran servir a los niños para su desarrollo, estos productos altos en azúcar son los más relacionados con problemas de obesidad o problemas cardiovasculares, y a mediano o largo plazo problemas como la diabetes tipo 2.

Desde el Colegio de la UPB, María Victoria Arias Flórez, coordinadora administrativa,  dio su postura acerca de este acontecimiento: “Celebramos que la industria de las gaseosas se haya unido para firmar un pacto voluntario, ya que no se trata de una prohibición por parte del Estado, sino de un acuerdo  entre los empresarios, para ayudar a disminuir el consumo de bebidas azucaradas entre los niños. La mejor forma de contribuir con esto es a través de  procesos de concientización a padres de familia y a los niños y, por supuesto,  no  ofreciendo estos productos a los más pequeños. En el caso particular del colegio de la UPB, en el cual contamos con una población tan grande, tanto en primaria como en bachillerato, se requiere la vinculación de los diferentes actores que intervienen en el proceso de formación de los estudiantes”.

En hora buena llega esta medida, que aunque comenzará a regir a partir de junio de 2017, ya va encaminando esfuerzos hacia el cultivo de hábitos de consumo de alimentos más saludables en la población. Finalmente, esta medida está en armonía con los proyectos que Bienestar Universitario y Vicerrectoría Pastoral, desde donde se viene implementando el programa Corazones Sanos que promueve a la UPB como una organización saludable.

Dentro de estas estrategias, Comer con Sentido es una iniciativa en donde los padres pueden participar e instruirse sobre maneras correctas de alimentar y nutrir a sus hijos, la doctora Maria Consuelo también es la encargada de liderar este proyecto: “Comer con sentido, proyecto de Bienestar Universitario, aprueba este nuevo acuerdo, pues creemos que es una postura que es adecuada. Comer con Sentido es un proyecto de hábitos de vida saludable que lleva varios años trabajando en la universidad y busca promocionar estos hábitos que llevan a prevención de las enfermedades crónicas trasmisibles y no trasmisibles que son comunes en la población más joven como la obesidad y los riesgos cardiovasculares, por esto creemos que es una propuesta sana”. 

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