Agencia de Noticias UPB Montería. El Semillero Formas y Formatos del Programa de Comunicación Social - Periodismo, de la Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Montería, llegó hasta la Bahía Cispatá en San Antero, Córdoba, para documentar cómo un grupo de dieciocho pescadores pasaron de ser cazadores ilegales de cocodrilos, a conservacionistas de la especie.
A 80 kilómetros de Montería, capital del Departamento de Córdoba, está el municipio de San Antero, localizado en el bajo Sinú y a orillas del Mar Caribe. Sus manglares y hermosas playas lo hacen uno de los lugares más turísticos de la región. Es una zona cálida y de tierras fértiles para la agricultura, especialmente para el cultivo de arroz, maíz, tubérculos y coco. Igualmente, su población se dedica a otras actividades económicas como la pesca, el turismo y la artesanía. Rico en flora y fauna puesto que cuenta con la Bahía de Cispatá, lugar con un inmenso manglar que alberga gran número de especies animales y vegetales.
En esta Bahía donde la naturaleza deja al descubierto su belleza y tranquilidad, desde hace diez años sus habitantes tienen una tarea en común: cuidar y preservar la especie caimán aguja o cocodrilo “acutus”, que habita en sus manglares.
Años atrás esta población se dedicaba a la pesca de esta especie para el consumo de la carne y venta de la piel. Con esta práctica el cocodrilo estaba en peligro de extinción y con ello los manglares, puesto que en la cadena de alimentación, éstos ayudan a la funcionalidad natural de los ecosistemas.
Fue así, como dieciocho cazadores de caimanes, comprometidos con la supervivencia de la especie y la recuperación de los manglares, conformaron la Asociación de Caimaneros de San Antero - Asocaimán -, y pasando de ser cazadores ilegales de cocodrilos a protectores.
Este proyecto es liderado por Asocaimán y la Corporación Autónoma de los Valles del Sinú y del San Jorge - CVS -. En el marco de esta iniciativa se construyó en la vereda Amaya de la Bahía Cispatá, una estación para la preservación de la especie, donde se crían y reproducen estos caimanes.
La docente María Cecilia Berrocal, líder del Semillero de Investigación Formas y Formatos, llegó junto con Santiago Obando, Juan José Aristizábal,Gisell Espitia y Juan Sebastián Peña , estudiantes de Comunicación Social – Periodismo, hasta la vereda Amaya de la Bahía Cispatá, para levantar las memorias gráficas y audiovisuales de cómo fue el cambio de cazadores a protectores de caimanes.
Durante el semestre realizaron tres visitas de campo que les permitió conocer el proyecto, sus actores y los beneficios que ha traído a la comunidad.
Como resultado el semillero realizó un video que relata la experiencia de esta comunidad e incluye entrevistas a representantes de Asocaiman y funcionarios de la Corporación Autónoma de los Valles del Sinú y del San Jorge.
Las fotografías presentadas en este reportaje gráfico hacen parte de la memoria gráfica que la docente María Cecilia Pérez Berrocal y sus estudiantes levantaron sobre el proyecto de “Cazadores a protectores”.
“El objetivo de nuestro semillero con este trabajo era conocer como fue el proceso cultural de esta comunidad para cambiar de cazadores a protectores de caimanes y dejar esto registrado audiovisualmente”, dijo la docente María Cecilia Pérez Berrocal.
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