Un jardín construido para el aprendizaje

Disponible en:Medellín14 nov. 2018

 
Jardín Buen Comienzo. Créditos: Marcela Vásquez

“El Patio”, Jardín Buen Comienzo. Créditos: Marcela Vásquez

Agencia de Noticias UPB – Medellín.  En el concurso desarrollado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Jardín Infantil Buen Comienzo El Pinal, ubicado en Villa Hermosa, fue escogido como uno de los proyectos más innovadores del siglo XXI por su innovadora construcción.

Su infraestructura, además de facilitar el aprendizaje de 350 niños y niñas de los 3 meses a los 5 años, cuenta con un diseño y construcción novedosos en un área de 850 metros cuadrados que fue inaugurado en el 2013. Los docentes y arquitectos Alejandro Restrepo Montoya, Javier Castañeda Acero y Felipe Bernal Henao fueron los encargados de la realización del proyecto junto con varios colaboradores que estuvieron presentes en las diferentes etapas del diseño.

“El proyecto hace parte de una red de jardines infantiles que desde la Alcaldía de Medellín y el Programa Buen Comienzo se comenzó a promover en el año 2008 y que aún hoy es un programa vigente en la Alcaldía de Medellín; más allá de ser un jardín infantil, es un espacio para la reunión y la congregación de la familia en el barrio El Pinal.

 
"El umbral", Jardín Buen Comienzo. Créditos: Marcela Vásquez

"El umbral", Jardín Buen Comienzo. Créditos: Marcela Vásquez

Está provisto con salas de interacción para la primera infancia, salas de neonatos con cunas y, sobre todo, espacios abiertos para que los niños aprendan por medio de la lúdica y que comiencen a incorporar en su vida los primeros valores más esenciales de su existencia como la solidaridad, el compartir, aprender jugando, educarse en el respeto por el otro y el tener siempre a la familia”, comenta el arquitecto Alejandro Restrepo.

Desde la incursión del Jardín Infantil El Pinal, se ha convertido en un espacio para el disfrute de la familia y la educación de los niños, son los mismos padres los que llevan a los niños y se aseguran de que no se queden en las áreas del patio, ya que el objetivo es garantizar procesos de educación y socialización de los pequeños. Aquí también se da la realización de actividades de integración barrial, inclusión y participación familiar.

Para este equipo de tres arquitectos, este galardón les ha permitido posicionar aún más su trabajo pedagógico, con estas infraestructuras sostenibles para el uso de la comunidad y de los niños que tienen la posibilidad de educarse en edificios más bellos y con mejores programas de funcionamiento; “para nosotros como arquitectos lo que significa es una ganancia en términos de visibilidad, de reconocimiento a la tarea pedagógica y al proceso de diseño sostenible con el cual fue concebido este proyecto; así mismo la continuidad de un programa que ha sido muy acertado, que seguirá desarrollándose, mejorándose y aportándole a la comunidad todos aquellos aspectos para los cuales fue concebido”.

 
Salas de enseñanza e interacción. Créditos: Marcela Vásquez

Salas de enseñanza e interacción. Créditos: Marcela Vásquez

Este sector de la zona centro-oriental de la ciudad está conformado por asentamientos no planificados y viviendas informales, donde se observan condiciones de violencia, desigualdad e insuficiencia en la cobertura de servicios de transporte público. Este proyecto trajo a la zona una estructura con unas mayores condiciones de confort, sustentabilidad ambiental, seguridad, protección y diseño creativo para la integración de la comunidad y el mejoramiento de su calidad de vida.

El proyecto cuenta con una variedad de espacios a los cuales se accede por medio de la Plaza de San José, un espacio pensado para el encuentro comunitario y articulador del proyecto con el barrio; más adelante se encuentra “El umbral”, una cubierta que se extiende por los espacios administrativos y las salas de enseñanza, allí se encuentran el comedor, el patio de juegos y las salas de atención e interacción.

De acuerdo con Alejandro Restrepo Montoya, “este proyecto ya cumple 8 años y hasta hoy se ha mantenido en una muy buena manera, entregando las respuestas y los servicios para los cuales fue diseñado; desde su concepción se le ha pedido a la comunidad que participe activamente, en su diseño y en su uso,  para  así poder tener todos estos proyectos y espacios funcionando de la mejor manera”.

 
Jardín Infantil Buen Comienzo. Créditos: Marcela Vásquez

Jardín Infantil Buen Comienzo. Créditos: Marcela Vásquez

Posteriormente se encuentra “El Patio”, que hace las veces de espacio central de todo el proyecto, este es un bosque que combina lo natural y lo artificial, desde donde puede observarse la ciudad y sirve como espacio de formación desde el juego, delimitado por las aulas. Así mismo, se encuentra el espacio de “La Calle”, adyacente al patio y que conduce a la zona de maternos, la zona médica y la sala de expresión corporal.

Las salas de enseñanza e interacción son volúmenes independientes integrados por la cubierta pero separados entre sí, formando un pequeño vecindario donde los niños son habitantes; finalmente se encuentra el balcón, un espacio al aire libre desde donde se puede observar la ciudad, que pretende complementar la educación de los infantes y sensibilizarlos en el cuidado de la naturaleza.

“Para el proyecto sigue la continuidad del programa Buen Comienzo de la Alcaldía de Medellín, recibir a más niños y entregar, cada vez a un mayor número de familias, el espacio para el encuentro, el trabajo colectivo, para la vida en comunidad, para seguir desarrollando una vida de barrio feliz. La Alcaldía de Medellín ha hecho unos aportes muy grandes para que este proyecto funcione de la mejor manera y para que siga su desarrollo y todo el proceso de educación y capacitación a la primera infancia, que aún sigue en desarrollo”, concluyó el arquitecto.

 
Panorámica Nocturna. Créditos: Marcela Vásquez

Panorámica Nocturna. Créditos: Marcela Vásquez

Por. Melissa Jaramillo Sierra. Agencia de Noticias UPB

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