Una historia, dos emprendedores

Disponible en:Medellín22 feb. 2018

 

 
Plano Cero Arq

 

Agencia de Noticias - UPB Medellín. Un estudiante de ingeniería mecánica y un arquitecto con poco tiempo de haberse graduado, soñaron desde pequeños con montar su propia empresa. Esta idea, producto de la tradición familiar de ser autosuficientes, los llevó a apostar todo o nada por su ilusión.

“Quisimos montar una empresa de arquitectura que no fuera convencional, sino que tuviese unos puntos diferenciadores dentro de las propuestas que ofrecemos. Normalmente la arquitectura se construye para el cliente, pero los arquitectos muchas veces quieren imponer su estilo por encima de lo que el cliente desea, entonces nosotros nos enfocamos en un proceso co-creativo de doble vía”, aseguró Nicolás Hernández, arquitecto de la UPB.

Ellos comenzaron realizando un curso en el CDE donde varios profesores aportaron ciertos matices para formar el proyecto, el acompañamiento no acabó ahí, porque luego, estos dos amigos se prepararon para participar en el concurso Fondo Emprender. Para su sorpresa y contra todo pronóstico lograron ganar el premio.

Parte del éxito de esta iniciativa es la personalización del portafolio de diseño, es decir, el ofrecimiento de un estilo individual para cada cliente, que garantice una edificación exclusiva con particularidades grandilocuentes.

Andrés Monroy, estudiante de ingeniería mecánica de la UPB, afirma que “Las estadísticas decían que uno se tenía que presentar 3 o 4 veces, incluso en la ceremonia de entrega del premio, el común denominador era empresas que iban por su cuarto intento, tuvimos varias conversaciones en las que nos cuestionábamos si presentarnos ya o el otro año, pero entre los dos nos motivamos y seguimos adelante”.

Luego de ganar el aporte económico vino la etapa de consolidación donde tuvieron que estructurar todo el esquema corporativo. Su nombre corresponde a una terminología propia de la arquitectura, donde mencionan el Plano Cero como el punto intermedio entre la arquitectura y el espacio público, dado que la edificación sin personas que lo habiten es solo un espacio vacío, pero cuando el hombre entra, cobra vida.

Este dúo logró identificar la falencia del recibo a las unidades de las constructoras, en vista de ese bajo nivel de asesoría elaboraron un cuadro para que todo tipo de público lo entendiera. Allí se estipulan componentes importantes como la red hidráulica, eléctrica y estructural. A partir de eso han tenido aproximadamente 15 proyectos recibidos de constructoras, contribuyendo al desarrollo de interventoría dentro de sus servicios.

Ser tu propio jefe

Lo más retador de formar empresa es la disciplina, porque no tienes un jefe que te está diciendo que hay que cumplir ciertas metas u objetivos, sino que el jefe sos vos, entonces se vuelve un tema más complejo, puesto que hay que desarrollar la capacidad de adaptarse a las diferentes situaciones. Si no tienes ese compromiso inevitablemente vas a terminar mal, por eso muchos dicen que ser emprendedor es muy difícil si no se tiene esa consagración con su mismo proyecto de vida”, argumenta Monroy.

Asimismo, Nicolás coincide con su compañero al afirmar que el horario de un empleado común y el horario de un emprendedor es completamente distinto, porque la disponibilidad del segundo es de 24 horas en la empresa. Adicional a eso se requiere que aprendan de mercadeo, redes sociales, manejo de empleados y demás funciones generales. Por esto y más, el apoyo de las personas que los rodean es vital.

La amistad y los negocios

Está demostrado en la historia de muchas de las grandes multinacionales que cuando son fundadas por grupos de amigos esta relación tiende a deteriorarse y a terminar convertida en rivalidad, por motivos como: la repartición de los porcentajes de ganancias, el liderazgo de la entidad, los créditos por invenciones individuales, la culpabilidad en momentos crisis, entre otros.

“Hay que tener confianza al cien por ciento y no combinar los dos temas. Entre más amistad, más claridad tiene que haber en esos asuntos legales”, expresó Hernández.

Ambos aseguran que se motivan constantemente porque suelen haber algunos bajones de energía, por cuestiones personales y laborales. Para Andrés, fue importante adquirir un poco de la cultura asiática, específicamente de los japoneses, porque ellos se hacen socios para toda la vida, lo cual implica una responsabilidad más grande.

Desde el principio hicieron un código para su relación, porque la arquitectura es más referente al diseño y la creatividad, en cambio la ingeniería es más inclinada a ser cuadriculada y relacionada con los números, a pesar de eso, los dos han logrado hacer sinergia para alcanzar sus ambiciones juntos.

Con el entusiasmo de crecer exponencialmente, ellos dos no olvidan a las personas que los orientaron durante todo este proceso y se refieren a: Carolina Hernández, líder del programa Empresas de Base en Conocimiento del CDE, Claudia Vélez, asesora de mercadeo, y Pedro Pablo Bernal, ex director del CDE, con mucho agradecimiento y aprecio.

Por  Michelle Acevedo Vélez - Agencia de Noticias UPB 

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