El Premio Nobel de la Paz: un mecanismo simbólico de occidente

Disponible en:Medellín14 nov. 2023

Agencia de Noticias UPB - Medellín. Narges Mohammadi, activista iraní de derechos humanos fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2023 “por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y sus esfuerzos por promover los derechos humanos y la libertad para todos”, así lo anunció el Comité del Nobel Noruego.

 
Narges

La mujer de 51 años recibió la noticia del premio en la prisión de Evin en Teherán, donde está cumpliendo una condena de más de 10 años por “difundir propaganda contra el Estado”

Mariana Duque, politóloga y profesora de la Universidad Pontificia Bolivariana, explicó que estos Premios Nobel tienen un carácter sobre todo simbólico. En especial el Premio Nobel de la Paz busca dar visibilidad a las luchas de grupos que son oprimidos o que son vulnerados dentro de sus mismos estados. Estos premios tienen la posibilidad de brindar el apoyo a una causa que las naciones directamente no se atreven a hacer para no poner en riesgo sus relaciones internacionales. Por este motivo, estos premios son una manera de dar una crítica firme a las problemáticas y con menos impacto en las relaciones de los estados que realizan la crítica.

Un digamos mecanismo diplomático, no estatal, para hacer presión de manera que puedan cambiar las injusticias", puntualizó Mariana.

Narges es vicepresidenta del Centro de Defensores de los Derechos Humanos, dirigido por la también Premio Nobel Shirin Ebadi. Sin embargo, su amor por las causas sociales le ha pasado una cruda cuenta de cobro. La activista ha sido condenada en total a 31 años de cárcel y 154 latigazos durante su trayectoria de activismo social y lleva 8 años sin ver a sus dos hijos gemelos, pues su esposo, el reconocido periodista y también activista político Taghi Rahmani, se exilió junto a ellos a Francia desde el año 2012.

Por su parte, el esposo de Mohammadi afirmó que el Premio Nobel impulsa la lucha de las iraníes que participaron en las protestas contra la República Islámica. Su declaración se suma a la intención del Comité Nobel noruego que, en cabeza de su presidenta, expresó sus deseos acerca de que el premio aliente a las mujeres de Irán a continuar su movimiento de defensa.

Mariana Duque expresó que se debe analizar este premio desde una lectura del contexto actual de Irán para entender por qué la comunidad internacional le está dando su apoyo a la activista. Para Mariana, el hecho de que sea una mujer la que ganó este premio y que además sea una mujer encarcelada demuestra la búsqueda de dar visibilidad a causas que a las personas les pueda generar un gran impacto.

Tanto las personas que vieron el Premio Nobel, como la mujer que lo recibió, dijeron que no era una cuestión únicamente de su lucha como una mujer individualmente, sino de todas las mujeres y de todas las personas que están activamente protestando contra el régimen teocrático que hay en Irán”, concluyó Mariana.  
 
protesta
Es importante agregar que el Premio a la Paz de Narges Mohammadi se da después de un año de la mayor oleada de protestas políticas de la historia contra el gobierno del país persa, desencadenadas por el asesinato de Mahsa Amini, una joven de 22 años que fue detenida por llevar mal puesto el hijab y murió bajo la custodia de la controversial policía de la moral iraní.

Mariana explicó sobre este premio que “es más como que se genere presión para que la gente siga aguantando y para que eventualmente siga dándose un cambio de gobierno”. 

Durante su estancia en prisión, Mohammadi ha denunciado la violencia y el abuso sexual hacia las mujeres detenidas en manifestaciones, a través de cartas escritas. Además, ha liderado múltiples protestas en favor de los derechos humanos desde este lugar.

La defensora de derechos humanos se convierte en la décima novena mujer en ser distinguida con este reconocimiento y la quinta persona en recibirlo en prisión. Pese a la importancia de este premio, Mariana piensa que este reconocimiento puede generar represalias por parte del gobierno hacia ella.

Es un arma de doble filo. Por un lado, le da visibilidad a este caso específico y le da gasolina a las personas que siguen resistiendo, pero también puede significar como una mayor represión individual para ella”.

Finalmente, Mariana reflexionó sobre el hecho de que, desde una perspectiva ajena al mundo occidental, este tipo de premios son vistos como el deseo de la cultura occidental de entrometerse en cuestiones propias de estado. Para las culturas no occidentales este es un mecanismo con el cual el mundo occidental pretende imponer sus valores y sus criterios morales sobre los otros estados, pasando por encima de sus propios gobiernos.

Desde una perspectiva no occidental deslegitima que pretendan imponerles a ellos como deben hacer las cosas y manejar sus asuntos internos”, concluyó Mariana.

 

Por Nayza Alejandra Martínez Vanegas - Agencia de Noticias UPB

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