Agencia de Noticias UPB - Medellín. La salud mental ha cobrado una relevancia cada vez mayor, especialmente en un mundo donde la tecnología ocupa un lugar central en la vida cotidiana. El uso constante de pantallas, ya sea por motivos de trabajo, académicos o recreativos, ha transformado los hábitos diarios, afectando directamente aspectos fundamentales como el sueño. Es fundamental reconocer este impacto y adoptar medidas para lograr un equilibrio saludable.
Mariana Gómez Mejía, psicóloga, magíster en comportamiento enfocado a la neurociencia y quien lidera el laboratorio de comportamiento Humano de la UPB, afirma que “la exposición previa de pantallas al dormir afecta de forma significativa lo que se denomina la higiene del sueño, es decir; que se dé un sueño reparador y que haga la debida arquitectura”.
También afirma que la evidencia muestra que la luz azul de las pantallas estimula los fotoreceptores del ojo enviando una señal equivocada frente a la liberación de una hormona que es fundamental en el sueño llamada melatonina, esta luz azul, al tener contacto con la retina, envía una señal al cerebro de que aún no es el momento de dormir, alterando los ciclos circadianos y haciendo que el dormir sea complejo.
Consumir contenido emocionalmente intenso activa el cerebro y dificulta conciliar el sueño. Además, la exposición continua a redes sociales y medios digitales incrementa el estrés, promueve comparaciones negativas y genera una constante sensación de urgencia, afectando de manera significativa la salud mental.
“El sueño es muy importante porque durante el sueño se limpia la memoria y se procesan aspectos de carácter emocional que son fundamentales para estar bien, para esa búsqueda del bienestar y la salud mental. No es solamente cómo las pantallas afectan el sueño, sino lo que implica no dormir bien en nuestros estados emociones y cognitivos”, comenta Mariana Gómez Mejía.
Los especialistas recomiendan establecer límites en el uso de dispositivos, especialmente en las horas previas al descanso nocturno. Crear una rutina de sueño regular y practicar actividades relajantes como la lectura o la meditación, son hábitos que favorecen un descanso de calidad y, por ende, una mejor salud mental.
Implementar pequeños cambios en la rutina diaria puede marcar una gran diferencia en el bienestar general, promoviendo una mente más clara, descansada y saludable.
Por: Vanessa Álvarez Grisales - Agencia de Noticias UPB – Medellín.
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