Agencia de Noticias UPB – Medellín. La Biblioteca Central de la Universidad Pontificia Bolivariana está atravesando una transformación profunda que responde a los cambios en los modelos de enseñanza y aprendizaje contemporáneos. Ya no se aprende como antes, y por eso, la universidad ha asumido el reto de renovar sus currículos y metodologías. En ese mismo camino, la Biblioteca, como unidad transversal al ejercicio académico, también se ha reestructurado para ofrecer espacios y servicios acordes con las nuevas dinámicas educativas.
Este proceso se inspira en el modelo CRAI (Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación), que pone en el centro al usuario y su experiencia. En ese sentido, estudiantes, docentes, investigadores y administrativos son considerados no solo como beneficiarios, sino también como protagonistas de este ecosistema de conocimiento. Por ello, cada cambio que se ha realizado desde la fusión de procesos hasta la renovación de espacios busca responder a una pregunta clave: ¿cómo mejorar la experiencia del usuario en la biblioteca?
“El modelo tiene en el centro al estudiante, al usuario y toda su experiencia. Eso nos exigió una revisión interna de nuestros procesos, porque como los estábamos haciendo ya se quedaban cortos”, señala Garzón.
A partir de esta reflexión surgieron varias líneas de trabajo. Una de ellas es la de Patrimonio Cultural y Artístico, que da vida a clubes de lectura, actividades musicales y encuentros literarios. Otra línea es de Innovación, que se articula en tres enfoques: visión de futuro, experiencia del usuario y cultura de innovación interna.
“La innovación es lo que permite a cualquier organización estar atenta a los cambios del entorno, a las tendencias, a los retos. Por eso en la biblioteca hemos trabajado en una transformación organizacional y en nuevas estrategias y servicios”, explica la coordinadora.
Estos ejes permiten observar tendencias educativas, analizar cómo interactúan los usuarios con los espacios y servicios, y formar un equipo bibliotecario con capacidad de adaptarse a nuevos retos. También se han desarrollado la Línea de Recursos y Servicios, la Línea de Gestión Estratégica y la Línea de Comunicación y Mercadeo.
No obstante, es importante aclarar que cada uno de estos espacios tiene una destinación específica. Así, incluso aquellos destinados a la recreación, respetan el objetivo esencial de la biblioteca: ser un lugar de concentración, donde el silencio sigue siendo necesario para quienes buscan estudiar o investigar. En ese equilibrio entre innovación y respeto por la esencia, se sostiene la transformación del espacio.
La biblioteca también ha lanzado nuevos servicios, como el préstamo de la confianza, que amplía los tiempos y cantidades de préstamo y elimina algunas restricciones y multas para facilitar el acceso a los materiales.
Así como comenta Paula, “si los chicos necesitan llevarse mucho material para la casa, que se lo lleven en lugar de que se quede acá en un estante. Esa fue una de las premisas del préstamo de la confianza”.
Además, se implementó la reserva digital de espacios, se adquirió la herramienta Libby, que permite préstamos interbibliotecarios de libros digitales con las Bibliotecas del G8, y se optimizó el servicio de Bibliografía al día, orientado a asegurar que los docentes cuenten con textos adecuados y disponibles para sus clases.
Para visibilizar todos estos cambios, la Biblioteca trabaja de la mano con estudiantes y profesores. Un ejemplo es la alianza con el curso de Marketing de Experiencias, del programa de Publicidad, cuyo objetivo es comunicar lo que puede hacerse en la biblioteca más allá de lo evidente. Porque ya no se trata solo de libros y estanterías: ahora se trata de experiencias.
Por eso, este año se relanzará el Festival de la Biblioteca, un evento anual donde convergen el aprendizaje, la creación y el disfrute. En su edición anterior, la biblioteca se llenó de actividades que incluyeron simuladores de vuelo, talleres arqueológicos, muestras de patrimonio y encuentros con proveedores de recursos digitales.
La transformación de la Biblioteca Central UPB no es solo una apuesta estética ni una moda institucional. Es una decisión estratégica para adaptarse a los tiempos, para anticiparse a los cambios y, sobre todo, para brindar a la comunidad universitaria un lugar donde se aprenda, se cree y se disfrute con sentido. Porque en la UPB, la biblioteca ya no es solo un lugar: es una experiencia.
Por: Shirley Diaz - Agencia de Noticias - Medellín.
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