Investigar desde casa

Disponible en:Medellín7 oct. 2025

Agencia de Noticias – UPB Medellín. En la Universidad Pontificia Bolivariana se puso en marcha una experiencia de ciencia participativa: 18 personas se convirtieron en coinvestigadores para validar la efectividad de dos sistemas de fertilizante, con presencia de un hidrogel, desarrollado en la institución. Durante diez semanas, cada participante cuidará plantas en su hogar para observar y registrar variables que permitan conocer el desempeño de estas tecnologías en escenarios reales.

Esta iniciativa, que se ejecuta en el marco del proyecto Valorización de subproductos agropecuarios para la obtención de productos agroindustriales, y es liderada por la investigadora Piedad Gañán Rojo, es uno de los cuatro proyectos que componen el Programa de Bioeconomía.

Explica el investigador Jorge Andrés Velásquez Cock, director del Programa, que el objetivo del proyecto es aprovechar residuos generados en diferentes sectores agrícolas -especialmente de la industria sericícola- para transformarlos en soluciones útiles como recubrimientos y fertilizantes que fortalezcan el crecimiento de las plantas.  

Ciencia que involucra

“Ustedes son fundamentales, porque serán coinvestigadores del proyecto”, resaltó Gañán Rojo, al dirigirse a los voluntarios del experimento, durante la entrega de las plantas.

Cada persona recibió un kit con tres matas de la misma especie (rábano, hierbabuena o ají dulce), tres palitos medidores para registrar la altura y otro, para monitorear la humedad del suelo. El diseño del ejercicio contempla tres condiciones: una planta de control (sin fertilizantes), otra que contiene gránulos de fertilizante convencional, recubiertas con hidrogel, y una tercera, que contiene hidrogel en polvo.

 
A cada participante del estudio se le entregaron tres plantas de una misma especie: una de control, otra con fertilizante convencional, y otra con el hidrogel UPB.

A cada participante del estudio se le entregaron tres plantas de una misma especie: una de control, otra con fertilizante convencional, y otra con el hidrogel UPB.

Con estas herramientas, además de una bitácora de observación, podrán documentar semana a semana la evolución de sus cultivos y aportar datos valiosos para el equipo investigador de la UPB. Durante la entrega de las plantas, hubo un espacio liderado por el ingeniero agrónomo Francisco Román, quien capacitó a los participantes sobre los cuidados básicos como el riego y la iluminación.

Las plantas, formadas en un 95% por carbono, hidrógeno y oxígeno, serán el medio a través del cual se compruebe si el hidrogel tiene el potencial de convertirse en un insumo promisorio para una agricultura más sostenible.

¿En qué etapa de desarrollo está la tecnología?

El hidrogel, solución tecnológica desarrollada en la UPB, ya superó las pruebas de laboratorio y alcanzó el nivel 4 en la escala de maduración tecnológica (TRL 4). Con el ejercicio de ciencia participativa, se quiere dar el siguiente paso: alcanzar el TRL 5, que implica validar el producto en condiciones reales.

 
Piedad Gañán Rojo, líder del proyecto, es integrante del G.I. sobre Nuevos Materiales.

Piedad Gañán Rojo, líder del proyecto, es integrante del G.I. sobre Nuevos Materiales.

“Cuando se está haciendo un desarrollo tecnológico, todo parte de una idea. Entonces se generan unas escalas para poder ir valorizando cómo va creciendo en maduración esa tecnología. Es decir, cómo se va acercando esa idea a un producto comercial. Ahí nace la escala de maduración tecnológica, que conocemos como TRL, que va de uno a nueve”, explica Lina María Escobar Valencia, analista comercial de Transferencia de la Vicerrectoría de Investigación.

El propósito de este ejercicio es determinar la viabilidad del hidrogel para su producción e incluso comercialización, mediante el incremento del nivel de TRL.

Escobar Valencia explica que el TRL 4, nivel actual de la solución tecnológica, se cataloga así porque “es una tecnología que ha sido probada y validada en un entorno de laboratorio… Lo que queríamos era que esta investigación no se quedara ahí, sino que se trasladara a un entorno real” como el balcón de la casa, donde existen muchas variables que no se pueden controlar, por ejemplo el clima, la dirección de la luz, el horario y la frecuencia de riego (ambos dependen de cada persona), entre otros factores.

“Cualquier desarrollo que se encuentra entre los niveles cuatro y seis de la escala TRL, significa que está en una etapa exploratoria. Cuando pasamos a siete, es posible buscar la comercialización del producto”, explica Lina María Escobar.

 
Los participantes diligenciarán, durante diez semanas, una bitácora de observación para registrar la evolución de las plantas.

Los participantes diligenciarán, durante diez semanas, una bitácora de observación para registrar la evolución de las plantas.

 
En este ejercicio están involucradas 18 personas, entre los 23 y 87 años, de varias profesiones: desde administradores de empresas, ingenieros químicos, eléctricos, textiles, agroindustriales y en nanotecnología, hasta comunicadores sociales-periodistas.

En este ejercicio están involucradas 18 personas, entre los 23 y 87 años, de varias profesiones: desde administradores de empresas, ingenieros químicos, eléctricos, textiles, agroindustriales y en nanotecnología, hasta comunicadores sociales-periodistas.

Trabajo articulado

Más allá del avance tecnológico, esta experiencia liderada por Piedad Gañán Rojo ejemplifica la puesta en práctica de la apropiación social del conocimiento: la ciencia que sale del laboratorio para adentrarse en los hogares de las personas, generando vínculos entre la investigación, la educación y la vida cotidiana.

“Todo lo que se deriva de la investigación (las capacidades científicas, los conocimientos y los desarrollos tecnológicos), son insumos que, al final, llegan al proceso de transferencia, es decir, a lo que nosotros llamamos “movilización”. En ese camino también se articulan la divulgación científica y la apropiación social del conocimiento”, puntualiza Lina Escobar.

Si desea conocer más sobre el hidrogel desarrollado en la UPB, haga clic aquí.

Este proyecto se ejecuta en el marco del programa Desarrollo de estrategias basadas en bioeconomía para el fortalecimiento de cadenas productivas agropecuarias de la Amazonía, el occidente y el caribe colombiano, código 106000, financiado con recursos del Patrimonio Autónomo del Fondo Francisco José de Caldas, contrato 112721-443-2023, en el marco de la convocatoria 936 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia. 

 

Por: Federico Hoyos Gutiérrez, Equipo de Divulgación Científica y Comunicaciones. Agencia de Noticias UPB.

Imágenes: Sara Isabel Grisales Mario.

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