Agencia de Noticias UPB - Medellín. El programa de Licenciatura en Etnoeducación de la UPB constituye una herramienta para preservar la cultura, fortalecer el tejido social y formar agentes de cambio en los territorios. Por eso, jóvenes de distintos rincones del país han asumido el reto de formarse como maestros con una visión intercultural, convencidos de que sus comunidades necesitan líderes que comprendan sus contextos culturales y aborden necesidades específicas de su entorno.
Carmen Damancio, proveniente de la etnia Tikuna, es una mujer apasionada por sus raíces y por enseñar este mismo amor a sus estudiantes. “Yo decidí estudiar la licenciatura porque soy docente en mi comunidad y quiero que nuestros niños crezcan con sentido de pertenencia y orgullo por sus raíces, que salgan con pensamiento crítico y social. Este camino de formación no solo fortalece mi labor docente, sino que también nos enriquece al compartir y aprender de otras culturas”, afirmó Carmen.
Su formación es fruto de una alianza entre la Fundación UPB y la Fundación Aurelio Llano Posada, que con su programa Cien Maestros para la Ruralidad, permite llevar la formación más allá de las aulas, llegando a regiones remotas con jóvenes que están cambiando realidades desde sus territorios a través de la educación.
Daniel Mayorga Galeano, subdirector de educación rural de la Fundación Aurelio Llano Posada, expresó: “Me llena de mucha alegría y emoción ver el trayecto que han recorrido los estudiantes en su formación como licenciados. Es muy interesante ver cómo se mezclan diferentes culturas, diferentes visiones del mundo, personas que habitan diferentes territorios de Colombia y se unen para construir, para seguir enriqueciendo sus conocimientos y poder prestar un mejor servicio en términos de enseñanza y aprendizaje a la población rural del país”.
Con cada paso que dan en su proceso formativo los estudiantes reafirman que educar es creer en el presente y sembrar esperanza en el mañana. En este camino la enseñanza se transforma en un puente de amor y compromiso que los guía a fortalecer su identidad cultural y a servir con responsabilidad a sus comunidades.
Finalmente, Carmen expresó su gratitud hacia quienes hacen posible su sueño educativo: “Estoy muy agradecida con la Fundación UPB y la Fundación Aurelio Llano Posada por darme esta oportunidad. Esta formación me permite aprender más para regresar a mi territorio y enseñar con bases sólidas a mis niños”.
Por: Karolyn González Salgado – Agencia de noticias UPB Medellín.
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