La curiosidad se transforma en vocación
Ser servicial lo caracteriza. El liderazgo es su fuerte. Nelson no está a la espera de que las cosas se den por sí solas, él está a la expectativa de hacer que funcionen. Es una persona retadora consigo misma que busca nutrirse de potencial. Aunque complicarse la vida no es su estilo, su esposa Angélica Luque afirma que sentir hambre y la demora para hacer las cosas sí le causan muy mal humor.
Su infancia se resume en un solo lugar: Montería. A pesar de que en esos años era una ciudad pequeña, de allí nacen sus mejores recuerdos, junto a sus padres, su hermana y sus amigos del barrio. Sin embargo, un accidente automovilístico marcó su manera de ver la vida. En su etapa de adolescencia, vivió un episodio de incertidumbre al sentir que el automóvil donde se transportaban desde Coveñas a Montería con su familia, sufrió un choque que casi provoca la amputación de uno de los brazos del chofer: su padre. "Ahí fue donde entendí que en cualquier momento se puede pasar de un momento alegre en familia, a la angustia, el miedo y la impotencia”, dice Nelson.
A partir de esto, explotar al máximo sus habilidades se convirtió en su mayor reto.
El ser inquieto desde pequeño le ayudó a desarrollar poco a poco su curiosidad. Él cuenta que cuando recibía un carro de juguete, lo primero que hacía era probarlo para analizar cómo funcionaba, después de esto, lo desarmaba completamente e intentaba armarlo de nuevo para entender cómo se complementaba cada parte que lo hacía funcionar. Aunque muchas veces las cosas no quedaban funcionando exactamente igual, él seguía intentándolo hasta alcanzar una mayor similitud entre el antes y después de sus juguetes.
Su pregrado lo realizó en la Universidad Incca de Colombia donde se destacó como uno de los mejores estudiantes de su clase. Al terminar su carrera, decidió inscribirse a una maestría relacionada con todos los equipos y dispositivos con los que cuenta el entorno hospitalario y es allí donde se encontró con la Universidad de Los Andes. Este gran paso provocó un impacto muy positivo en su vida. El acceso a herramientas de última tecnología, los compañeros de estudio y profesores de alto nivel, fueron los factores que más influyeron en su formación profesional y personal.
El proceso de su maestría con énfasis en ingeniería biomédica en Los Andes, le permitió descubrir la relación que existía entre la medicina y la ingeniería. Los dispositivos y equipos que se necesitan en una clínica u hospital son diseñados por ingenieros. A partir de esto, con su equipo de trabajo desarrolló un proyecto que dio como resultado una patente. El objetivo era desarrollar unos paneles o cerramientos para disminuir el ruido en diferentes áreas de tratamientos clínicos, con el fin de que los pacientes tuvieran una recuperación más rápida.
A pasos de investigador
Obtener una patente es uno de los logros más importantes de un investigador. Este proceso de desarrollo se ejecutó desde el 2015 hasta el 2020. En la actualidad, está a punto de ser lanzado al mercado para ser un producto comercializado. La ingeniería y la medicina son dos áreas que se complementan, los médicos plantean las necesidades de su entorno y los ingenieros evalúan la situación para encontrar una solución y empezar a ejecutarla. Este ha sido el reto investigativo más fructífero de su carrera profesional.
Research Gate Nelson Escobar Mora
La Universidad Pontificia Bolivariana le ha permitido llevar más a fondo sus habilidades no solo como investigador, sino también en la docencia, profesión que heredó de su madre. Nelson Escobar Mora trabaja en la UPB desde el año 2004. La infraestructura y el apoyo por parte de la institución le permitió desarrollar la producción de sus proyectos de investigación, acompañado de sus estudiantes y superiores. Hoy en día es coordinador de una de las especializaciones en el área de ingeniería biomédica.
Le gusta la literatura. Su preferencia en este aspecto son los libros de esparcimiento, es decir, literatura diferente a la científica. En cuanto al cine, Star Wars es su saga favorita. También le gusta la cocina, aunque no la practica con frecuencia. Para él es importante incluir en su agenda actividades que le complementen de manera diferente a lo que hace día a día.
En Medellín formó su familia. Aquí vive con su esposa e hija. Nelson afirma que en cuanto a estar con su familia es el tiempo que más valora y disfruta. A su rol como padre intenta sacarle el mayor provecho posible. Tanto así que en una ocasión se inscribió en un curso para aprender a realizar figuras de origami, esto porque su hija tenía una actividad para el colegio con esta técnica y quería orientarla. Sin duda, su manera de demostrar afecto es por medio de actos de servicio.
Un hombre soñador, retador, inteligente y servicial. Lo que ha logrado alcanzar hasta el día de hoy, lo soñó desde temprana edad. Aunque cada vez que escala un sueño, se le presenta otro, es muy seguro de que está donde quiere estar. Su mayor orgullo es saber que sus investigaciones ya han sido citadas, que ha alcanzado un nivel respetable en la comunidad científica y sobre todo, que una de sus investigaciones está a punto de dar frutos valiosos. Sin embargo, la medicina no la ha descartado.
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Fotografías: Divulgación Científica y Comunicaciones UPB
