Las investigaciones sobre los Cuidadores han tomado importancia por los efectos negativos sobre ellos, siendo más impactantes en la enfermedad de Alzheimer.
Reflexionar en torno al rol de cuidador, es necesario en la medida que el aumento de la población mayor a nivel mundial es evidente, y con ello el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles entre ellas la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
En Colombia se estima que en el 2025 aumente en un 13.5% la población, y hacia el año 2050 el total de la población colombiana oscilará entre los 72 millones de habitantes y la esperanza de vida será superior a los 79 años, con más del 20% de los individuos mayores de 60 años.
Este panorama del cambio de la transición demográfica y envejecimiento poblacional, es necesario aplicarlos a aquellas enfermedades más susceptibles de desarrollarse en la vejez, enfermedades de tipo crónico que generan dependencia desde el punto de vista individual y social, llevando a repercutir en la economía del estado, entendiéndose que cada vez en mayor medida se deben desarrollar planes y proyectos que apunten a salvaguardar la vida de las personas y proporcionarles una adecuada calidad de vida.
Se considera que el trastorno neurocognitivo mayor o enfermedad de Alzheimer, es el trastorno neurológico más importante que acompaña el proceso de envejecimiento, por lo que su prevalencia se va incrementando paralelamente al aumento de la esperanza de vida. Se caracteriza por una gran variedad de déficit que incluye alteraciones cognitivas, cambios afectivos y problemas de comportamiento más drásticos que incluso otros trastornos del comportamiento.
Con el paso del tiempo, estas alteraciones se hacen más fuertes y afecta de manera significativa al paciente y a su cuidador, que al no entender y comprender dichos comportamientos se vuelven más vulnerables, ya que la demanda del paciente es superior en relación al consumo de tiempo, desgaste físico y emocional que representa el cuidado.
Dentro de las consecuencias que trae consigo el cuidado de una persona con Azheimer, reporta la literatura y estudios al respecto, que el cuidador presenta una serie de dificultades relacionadas con la pérdida del trabajo, el cambio en los roles familiares, el deterioro de la vida social, alteraciones físicas y psicológicas, estrés emocional, ansiedad, depresión y sentimientos de culpa , en la medida que avanza la enfermedad ya que reconocen que entre más se cuida, la enfermedad va en aumento y el deterioro de su familiar es más evidente y progresivo.
En función de la naturaleza del problema, cuidar puede requerir una pequeña cantidad de trabajo o una gran tarea, puede ser algo breve o sin un tiempo de finalización definido. Cuando ese una gran tarea o se prolonga durante mucho tiempo, puede ser una rutina diaria que ocupa gran parte de los recursos y de las energías del cuidador, esto se incrementa si la persona cuidada requiere de tratamiento y cuidados especializados que el cuidador no posee ni la capacitación, ni la remuneración para ello.
Sin embargo, a pesar de este panorama desalentador, se encuentran cuidadores para quienes el cuidado representa una manera de retribución moral a los padres o abuelos por todo lo que hicieron en la infancia por ellos, además de considerarlo como un aporte ético a nivel personal y social.
Frente a este panorama, las investigaciones no solo en el área de la psicología sino en áreas afines, han desarrollado diversas estrategias pedagógicas, psicoterapéuticas, de servicio, tanto de forma individual como grupal con reportes de efectividad diversos y conclusiones a favor y en contra de una que otra propuesta.
Resolución 020198 del 31 de octubre de 2024 por un periodo de 8 años
Universidad sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional.
Otorgado por el Ministerio de Educación Nacional. Nit UPB: 890.902.922-6. Todos los derechos reservados