Agencia de Noticias UPB - Montería. El 19 de marzo se conmemora en Colombia el Día de San José y el Día del Hombre, y en la Universidad Pontificia Bolivariana lo celebramos el martes 20 de marzo hablando de las nuevas masculinidades.
“Se trata de un concepto que se ha venido trabajando para concebir al hombre como una persona diferente al estereotipo que tenemos actualmente. Las nuevas masculinidades le apuesta a un hombre más sensible y afectivo”, explica Isnelia Robles Seña, coordinadora del Área de Trabajo Social de la UPB Montería.
En los últimos años hemos visto avances en cuanto a equidad de género. Las mujeres expandieron sus horizontes y empezaron a ocupar roles que, tradicionalmente, habían sido exclusivamente masculinos. Este proceso no se logró de un día para otro, es el resultado de un largo y difícil proceso de lucha y reivindicación, que todavía se está dando con el fin de lograr más espacio y derechos.
Sin embargo, no ha sucedido lo mismo con los hombres. Los roles masculinos no se han diversificado ni cambiado. No es común ver hombres en roles tradicionalmente femeninos y mucho menos vemos la inversión de roles. Cada vez vemos más mujeres compartiendo o asumiendo las responsabilidades económicas dentro de la familia, pero los hombres que se dedican a las tareas del hogar no aumenta en la misma proporción.
Reconstruir lo que se ha entendido por masculinidad significa expandir horizontes, diversificarse y abandonar la creencia tradicional de que hay patrones de comportamiento relacionados con el género que debemos seguir, manifiesta la trabajadora social, Isnelia Robles.
Desde el momento en que nacemos se nos asignan expectativas, valores y normas de acuerdo al sexo al que pertenecemos, es decir, aprendemos la forma en que debemos actuar, pensar y sentir. Pero está comprobado que no existe una sola forma de ser hombre o mujeres, cada individuo va adquiriendo su propias conductas sin verse obligado a seguir patrones.
“Si creo a un hijo rudo, fuerte y poderoso; y creo a una hija débil, sensible y vulnerable; estamos enfrentando a un poderoso contra un débil. Ahí está el victimario y la víctima, estamos generando violencia de pareja, de género y sexual. Hemos llegado a un punto de muy poca equidad, de desequilibrio y profundos dolores. Queremos apostar a trabajar por unos criterios donde nos ampare una sombrilla de igualdad y equidad”, explica la trabajadora social, Isnelia Robles.
Muchos jóvenes están despertando y cuestionando el modelo tradicional de masculinidad. Son conscientes de las injusticias y consecuencias negativas de un sistema patriarcal que ubica a la mujer en una situación de subordinación y al hombre, como un ser fuerte que no tiene derecho a ser sensible.
El modelo tradicional de masculinidad se apoya en cuatro elementos esenciales: Restricción emocional, obsesión por los logros y el éxito, ser fuerte como un roble y ser atrevido, agresivo y arriesgado.
Los nuevos modelos de masculinidad están basados en: aceptar su vulnerabilidad; aprender a expresar emociones y sentimientos; pedir ayuda y apoyo; aprender métodos no violentos para resolver los conflictos; aprender y aceptar actitudes y comportamientos tradicionalmente etiquetados como femeninos.
Los hombres están llamados a retar al modelo tradicional de masculinidad, a que acepten su propio ser, a que se empoderen y reivindiquen con ellos mismos, con el fin de poder liberarse de cargas y presiones innecesarias, compro metiéndose con la igualdad de género y aceptando una corresponsabilidad real en la reproducción, el cuidado de los hijos y ancianos, así como las tareas domésticas y otras actividades asignadas únicamente a mujeres.
Hay que trabajar para romper con esas prácticas sexistas que impiden el desarrollo del ser humano: discrimina y oprime a las mujeres, pero también limita a los hombres. Para iniciar el proceso de cambio es necesario educar, por una parte a los niños y niñas, para que crezcan con nuevas ideas al respecto de las relaciones, identidad y equidad de género. También es importante educar a gente adulta para que empiecen el proceso de cambio en sí mismos y puedan ser ejemplo para futuras generaciones.
