Investigaciones UPB, velan por la calidad del agua de Santander

Disponible en:Bucaramanga4 feb. 2019

 
Convenio ambiental amb

Agencia de Noticias UPB - Bucaramanga.   

En 2015, Bucaramanga y el área metropolitana sufrieron uno de los más fuertes fenómenos del niño que se haya presentado en la última década. Este episodio climático redujo los niveles en el río Suratá, que abastece la planta de tratamiento Bosconia del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga S.A. ESP - amb.

El bajo nivel del río, la existencia de nutrientes en el agua y la exposición de luz solar, promueve el crecimiento de algas que pueden liberar metabolitos (geosmina y 2-metil-isoborneol) en muy bajas concentraciones, que logran producir en el agua mal sabor.

A raíz de quejas recibidas en esa época por el amb donde algunos usuarios manifestaban un mal sabor en el agua, los profesionales del acueducto realizaron una revisión para determinar el origen de esta anormalidad. Gracias a la relación, y a través de un convenio de Investigación que existe entre la Facultad de Ingeniería Ambiental de la UPB y el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, se decidió en conjunto con  la Jefe del Área de Tratamiento, investigar las causas del mal sabor en el agua de la planta Bosconia”.

Explicó la ingeniera Alexandra Cerón Vivas, coordinadora de la Maestría en Ingeniería Ambiental, líder del grupo de investigación GINSA y coinvestigadora del proyecto.

Fue así como en el 2017 inició el proyecto de investigación, “Estudios e Implementación de Procesos para Remover el Mal Sabor del Agua en la Planta de Bosconia del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga”, el cual se dividió en tres etapas.

La investigación estuvo a cargo de ingenieros y docentes de la UPB, en cabeza del ingeniero Álvaro Andrés Cajigas Cerón, director del proyecto, y las coinvestigadoras Alexandra Cerón Vivas y Maryory Patricia Villamizar León. Por parte del amb se contó con la participación de los ingenieros Yolanda Arboleda Tovar, Jefe del Área de Tratamiento y Jhon Jairo Barreneche Jefe Planta Bosconia; igualmente, se contó con el biólogo Jorge Eliecer Olarte y la ingeniera ambiental Paola Andrea Reyes, egresada de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad.

En la primera etapa del proyecto se realizó un análisis de fotografía aérea con dron, para identificar zonas en el río con floraciones de algas y seleccionar puntos para muestreo hidrobiológico y fisicoquímico, a partir de estos resultados se identificaron las algas causantes del mal olor y sabor en el agua, en el tramo donde encuentra ubicada la estructura de captación de agua sobre el río Suratá.

Con estos resultados, los investigadores UPB presentaron al amb un informe de estudios hidrobiológicos y procedieron a trabajar en la segunda etapa, que consistió en simular en el laboratorio todas las condiciones propicias para el crecimiento de las algas phormidium, responsables del mal sabor en el agua.

“En esta etapa pudimos definir que es muy importante hacer un seguimiento en la estructura de captación ó bocatoma, retirando frecuentemente los sedimentos que sirven como medio de soporte para el crecimiento de las algas phormidium, responsables del mal sabor, pues nos dimos cuenta que las algas crecen en mayor proporción y se acentúan sus efectos en lugares donde se estanca el agua”, mencionó el ingeniero ingeniero Álvaro Andrés Cajigas, director del proyecto y docente UPB.

Quien además comentó que: la presencia de población ubicada aguas arriba de la bocatoma, genera vertimientos de aguas residuales ricas en nutrientes contribuyendo a la proliferación de algas que aportan sustancias olorosas a las fuentes de agua; por tal razón es necesario realizar un trabajo en conjunto con la comunidad orientado a mejorar las condiciones de saneamiento y evitar este aporte de contaminantes”.

 
Convenio ambiental amb

Actualmente, los investigadores trabajan en la tercera etapa del proyecto que consiste en encontrar alternativas de tratamiento para mitigar el mal sabor del agua que se suministra a los usuarios del área atendida por el amb.

Es por ello, que se encuentran evaluando opciones de procesos tales como: adsorción con carbón activado, oxidación química y aireación del agua.

De igual forma, durante la fase final, los investigadores han propuesto la entrega de un protocolo con las acciones e indicaciones operativas que permitan a los encargados de los procesos de potabilización prevenir estas situaciones y no afectar el bienestar de los usuarios.

Según la ingeniera Cerón, “con este tipo de fenómenos es muy importante la observación, pues el mal sabor en el agua es un factor relativo de difícil medición objetiva, pero conociendo las causas del fenómeno, el equipo de profesionales del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga contará con nuevas herramientas técnicas para actuar a tiempo y evitar un nuevo episodio como el del 2015”.

Es de anotar que en Colombia la calidad del agua potable la reglamenta el Decreto 1575 y la Resolución 2115 de 2007, donde se establece que el Índice de Riesgo de la Calidad Humana, IRCA, para el agua apta para consumo debe estar entre 0 y 5, aunque no incluye parámetros como Olor y Sabor.

En los registros consultados en el amb, el IRCA se encuentra menor a 1, cumpliendo ampliamente la normativa, lo cual indica que el agua suministrada por el Acueducto de Metropolitano de Bucaramanga es apta para el consumo humano, calificándose como una de las mejores aguas del país para consumir directamente de la llave.

Por: Catalina Serrano Vásquez. Agencia de Noticias UPB - Bucaramanga. 

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