Leer a Mario Vargas Llosa es conocer Latinoamérica
Arequipa (Perú) vio nacer hace 80 años a uno de los escritores más representativos de Latinoamérica, a uno de los hombres que rompería los cánones de la narrativa tradicional y quien innovaría en el mundo literario con técnicas extranjeras que aportarían a sus sueños de escritor y su deseo de conocer qué había más allá de la Ciudad Blanca.
Vargas Llosa inició desde los 16 años su acercamiento con la escritura, sus primeros cimientos estuvieron enfocados al teatro pero poco a poco adquirió destrezas que lo acercaron a otros géneros narrativos por los cuales sería reconocido años después.
La ciudad y los perros fue su primera novela, publicada en 1963, exaltada por tener una técnica narrativa con capacidad de atrapar al lector desde las primeras páginas, por tener un inicio que comienza a la mitad del relato y que mantiene en vilo al lector hasta el final de la trama, José Orlando Gómez Salazar, coordinador de la Maestría en Literatura de la UPB, afirmó: “A partir de esta novela se narra una nueva cara de América Latina, que retrata con exactitud los fenómenos sociales que antes no eran conocidos en el mundo”, fue este libro el que llevó a Vargas Llosa a la cumbre de su éxito, empujándolo a uno de los movimientos literarios y editoriales más importantes del siglo XX: el Boom latinoamericano, corriente que surgió entre los años 1960 y 1970, uniendo el trabajo de varios escritores hispanoamericanos distribuyendo sus obras por todo el mundo y visibilizando sus habilidades literarias.
Entre estos autores se destacó Vargas Llosa junto con Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, escritores que lograron introducir inusuales técnicas y temáticas poco exploradas que se convirtieron un hito mundial, esp ecialmente porque cada una de sus obras reflejaron los contextos, políticos y sociales de sus ciudades natales, marcando de manera contundente la historia.
Fue a partir de ese momento en que Vargas Llosa consolidó su trabajo como escritor y empezó a destacarse en diferentes facetas lingüísticas, siendo reconocido como novelista, ensayista, cuentista, dramaturgo, periodista y crítico literario, roles que alternaba mientras escribía otro número importante de novelas que continuarían estableciéndolo como escritor y que le darían la satisfacción de ser galardonado con importantes premios y distinciones, su rigor y gran habilidad filológica lo llevó a ser merecedor del Premio Nobel de Literatura en el 2010, reconocimiento que lo tomó por sorpresa al pensarse olvidado por la Academia. Sobre la entrega del nobel, José Orlando Gómez, precisó: “Este premio le fue otorgado por su variadísima producción literaria, por su compromiso como escritor y por construir memoria colectiva desde el relato histórico y social”.
Entre las obras más destacadas del escritor peruano están: La ciudad y los perros, La casa verde, Los cachorros, Conversación en la catedral, Travesuras de la niña mala, La tía Julia y el escribidor y muchas otras obras que se han posicionado en las horas de lectura de muchos de sus seguidores y que son el mejor homenaje para celebrar su natalicio. La mejor manera de reconocerlo como el escritor que aún mantiene viva la esencia del Boom literario al abordar géneros como la comedia, el drama, el erotismo, la ficción y de tener a su vez, la capacidad de enmarcar sus relatos en hechos históricos latinoamericanos.
¿Por qué leer a Mario Vargas Llosa?
“Leer las obras de Vargas Llosa es leer un escritor con un pulso creativo inimaginable que logra impactar la vida individual de manera permanente”, comentó Gómez Salazar. Más allá de ser un gran narrador, un inagotable contador de historias y un Nobel de Literatura, Vargas Llosa sobresale como un escritor que transmite en cada relato su pasión por Latinoamérica, historias que reflejan las condiciones de vida de nuestras sociedades y por consiguiente a nosotros mismos.
