Puerto Rico y Colombia intercambian alternativas frente a la crisis climática

Disponible en:Medellín21 jul. 2022

Agencia de Noticias UPB - Medellín. Desde 2017 el Grupo de Investigación en Territorio de la UPB colabora con el Grupo de Trabajo Ecología(s) política(s) desde el Sur/Abya-Yala del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales -CLACSO-, con el propósito de generar conocimiento en torno a la justicia ambiental desde la teoría y la práctica.

Esta red de intercambio ha permitido que se generen aprendizajes a partir de experiencias y de producción de conocimiento ambiental situado en diversas latitudes, gracias a que se ha fomentado el relacionamiento entre investigadores de organizaciones en América Latina y el Caribe principalmente en Colombia, Perú y Puerto Rico.

Una de las personas que contribuye a ese diálogo de saberes a partir de sus aportes en la investigación es Larissa Paola González Nieves, quien llegó a Medellín, desde Puerto Rico, interesada en estudiar la Maestría en Desarrollo de la UPB. A partir de los conocimientos obtenidos sobre el tema de justicia ambiental en las diferentes clases y su interés por la materia, González Nieves comenzó a desarrollar, de la mano de la profesora Denisse Roca-Servat, una tesis que se enlazará al proyecto de Ecología Política y pensamiento ambiental desde América Latina / Abya Yala – CLACSO, y al trabajo del Grupo de Investigación en Territorio.

 
“Esta tesis no es mía, es de los movimientos en la isla que le apuestan a la soberanía porque esa es una práctica emancipadora, decolonial”, Larissa González Nieves, estudiante Maestría en Desarrollo UPB.

“Esta tesis no es mía, es de los movimientos en la isla que le apuestan a la soberanía porque esa es una práctica emancipadora, decolonial”, Larissa González Nieves, estudiante Maestría en Desarrollo UPB.

Su trabajo se centra en las alternativas que, desde los movimientos y organizaciones de base en Puerto Rico, se han generado frente a las principales problemáticas de la isla, intensificadas por los huracanes, pero que surgieron, especialmente, por la relación colonial de este país con Estados Unidos. En la actualidad, González Nieves se encuentra en su país aprendiendo, desde la experiencia vital, cómo se están formando las soberanías, principalmente, la energética y la alimentaria, a través del estudio de dos entidades importantes: la organización de base comunitario Casa Pueblo y la organización Boricuá de Agricultura Ecológica.

Para Marissa Reyes, activista e integrante de esta última colectividad, “el que podamos ampliar conversaciones en el Caribe y América Latina nos permite expandir nuestras maneras de responder a las amenazas ambientales y sociales; el intercambio de saberes entre iguales propicia el desarrollo y la colaboración”. De este modo, como lo afirma González Nieves, el aporte de su tesis es “romper esa separación y tener mayor intercambio entre Latinoamérica y el Caribe porque aunque seamos islas hispanohablantes y seamos parecidos, estamos apartados”.

El conocimiento generado en esta tesis refuerza el trabajo que ya viene desarrollando la Escuela de Ciencias Sociales sobre ecología política y justicia hídrica.

 

Un aprendizaje en doble vía

Puerto Rico es un lugar clave para tomar como referente en torno a la lucha por la soberanía energética, entendida como la posibilidad que tienen las comunidades de decidir, autónomamente, sobre la generación, distribución y consumo de energía; y, además, por la soberanía alimentaria, que se relaciona con el derecho de los territorios para definir y regular sus sistemas alimentarios, lo que tiene que ver con la producción y el consumo, según las necesidades de los pueblos. El conocimiento y experiencia que tiene la isla sobre estos temas se intensificó después de haber vivido los devastadores efectos del huracán María, que tuvo lugar en el 2017 y en el cual murieron aproximadamente 4.600 personas.

 
Bosque Escuela La Olimpia, espacio de conservación de Casa Pueblo.

Bosque Escuela La Olimpia, espacio de conservación de Casa Pueblo.

La escasez de alimentos y un apagón que duró seis meses fueron otras consecuencias de este evento que afectó al cien por ciento de la isla. Y es que la comida no llegaba, ya que dependían absolutamente de Estados Unidos. Este desastre, para Larissa González Nieves está directamente relacionado con todos los años de colonialismo que ha vivido la isla. Por dicha razón, la conciencia frente a la importancia de reivindicar la soberanía, si bien ya había cobrado fuerza antes de María, se incrementó y alcanzó a más sectores de la sociedad, los cuales empezaron a pensar cómo realizar un proceso de decolonización.

La sensibilización frente a la soberanía energética y alimentaria implica un impacto en la sustentabilidad de la isla y su posible independencia financiera frente a Estados Unidos.

En este contexto, las organizaciones de base tienen un papel clave y ese es el ejemplo de Boricuá y Casa Pueblo, donde llegó Larissa González a hacer la investigación en campo para su tesis y se quedó trabajando. Según Alexis Massol, ingeniero y cofundador de la organización de base comunitario Casa Pueblo, “la investigación de Larissa nos sirve para correr el velo de un colonialismo que nos duerme y nos aísla de las raíces de los pueblos hermanos con los cuales compartimos los mismos dolores y sufrimientos”.

 
“Como Organización Boricua le damos mucha importancia al trabajo internacional desde una identidad Caribeña y Latinoamericana. Para nosotros es una prioridad ya que podemos hablar por nosotros mismos, visibilizar nuestra realidad y compartir nuestros apor

“Como Organización Boricua le damos mucha importancia al trabajo internacional desde una identidad Caribeña. Para nosotros es una prioridad, ya que podemos visibilizar nuestra realidad y compartir nuestros aportes”, expresó Marissa Reyes, activista.

Ahora bien, aunque no parece muy clara la relación de los acontecimientos vividos en Puerto Rico con Colombia, desde esta investigación ha quedado claro que los aprendizajes en torno a los procesos organizativos que luchan por la justicia ecológica son necesarios porque en el territorio colombiano, como lo dice la líder del proyecto Denisse Roca-Servat, “se espera una afectación severa por el cambio climático y esos efectos se están viviendo ya; cada vez se dan más inundaciones y sequías devastadoras”. Un ejemplo de esto es la avalancha que dejó casi sepultada a la capital del departamento del Putumayo y a más de 23.000 personas damnificadas.

Para la profesora Roca-Servat, “en Puerto Rico las comunidades nos están mostrando la potencia de la organización colectiva y la construcción local de alternativas a la transición energética en el contexto del cambio climático”. Estas experiencias devastadoras son solo algunos de los detonantes que permiten que, desde la academia, surja la pregunta sobre aquello que Colombia puede aprender de otros países sobre la gestión del riesgo y que va más allá de aquellas medidas y acciones que toma la institucionalidad; de ahí que, para finalizar, las investigadoras reivindiquen la relevancia del diálogo de saberes.

 

Por: Carolina Campuzano Baena - Equipo de Divulgación Científica y Comunicaciones.

  • Fotos cortesía Andrea Paola Laguerra Viera y Denisse Roca-Servat.
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