El legado de los cuidadores: la presencia masculina en la enfermería

Disponible en:Medellín22 apr. 2024

Agencia de Noticias UPB - Medellín. En el núcleo latente de cada hospital, donde la vida se entrelaza con la enfermedad, se encuentra una presencia cada vez más evidente y vital: el hombre enfermero. Más allá de los estereotipos y las expectativas convencionales, estos hombres han forjado un camino en un campo tradicionalmente asociado con la feminidad, desempeñando un papel crucial en el cuidado de los enfermos y la promoción de la salud.

 
Hombre enfermero ejerciendo

Cada día, estos hombres desafían la gravedad de la enfermedad con una fuerza interior inquebrantable. No se trata solo de administrar medicamentos o tomar signos vitales, sino también de ser catalizadores del proceso de curación. Con manos expertas y corazones abiertos, se sumergen en la delicada labor de la enfermería, acompañando a los pacientes en su viaje hacia la recuperación. 

Camilo Duque, enfermero y docente de la Facultad de Enfermería de la UPB, cuenta cómo su destino se enlazó con esta carrera.

Me daba cierta pena porque asociaba esa carrera con que era una carrera de mujeres, pero con el pasar del tiempo esa opinión fue cambiando y uno de mis referentes más grandes fue una profesora a la que me tocó ver cómo actúo en una emergencia que hubo en la UCI con un paciente, cómo lo estabilizó y cómo dirigió una situación que se pudo salir de control, ya que no había un médico presente en ese momento". Recordó Camilo. 

Camilo Duque también agregó que en algún momento sintió un tipo de discriminación debido a que una jefe decía que los enfermeros eran desordenados y solo servían para los servicios de urgencias, pero no para cargos importantes o administrativos, sin embargo, más allá de ser hombre o mujer, la enfermería como carrera y profesión exige una amplia gama de cualidades, habilidades y responsabilidades que son fundamentales para brindar atención de calidad a los pacientes. Independientemente del género, ser enfermero o enfermera, significa tener ética profesional, vocación de servicio, habilidades técnicas y, sobre todo, mucha empatía y compasión. 

En el caso de Santiago Arango, estudiante del octavo semestre de enfermería en la UPB, pasa al contrario que en el caso de Camilo Duque. “Hoy en día son muchos los hombres que eligen estudiar la carrera de enfermería, en lo personal, siempre me incliné por el área de la salud y cuando me di cuenta de la importancia que se le daba en la enfermería al contacto con el paciente y a hacer un trabajo muy integral me sentí identificado con todo eso y no me importó que en el momento fuera una carrera categorizada por la sociedad como una carrera para mujeres”, agregó Santiago. 

Continuando con el relato, también comentó que siempre ha tenido mucho amor, deseo y ganas al ejercer su profesión y que le parece muy importante que en la actualidad se le agregue a la enfermería el toque que le pueden dar los hombres a esta, que nunca se ha sentido discriminado y, por el contrario, siempre ha recibido buenos comentarios de parte de familiares y en sus prácticas profesionales. 

 
hombre enfermero graduado

En las unidades de cuidados intensivos, su misión es ser fuente de esperanza en momentos difíciles. Con determinación y calma, enfrentan cada desafío con coraje y resolución, brindando apoyo a aquellos que luchan contra la adversidad. 

En las salas de maternidad, celebran la llegada de nuevas vidas con alegría y respeto. Son testigos privilegiados de la magia del nacimiento.  

En un mundo donde la masculinidad a menudo se define por la fortaleza física y la valentía, estos hombres desafían las normas sociales al abrazar un papel que tradicionalmente se consideraba "femenino". Su presencia en la enfermería es un testimonio de que el cuidado no tiene género ni límites, y que la compasión y la empatía son cualidades humanas universales que trascienden cualquier categoría. 

Trascendiendo los números y las cifras, estos hombres encarnan el espíritu de héroes cotidianos. A través de sus acciones discretas, dejan una marca profunda en las vidas de aquellos a quienes cuidan. Cumpliendo con la premisa de la enfermería en cuanto a dedicación, empatía y altruismo, recordándonos que la auténtica grandeza se encuentra en el servicio desinteresado hacia los demás. 

En un mundo donde el cuidado no conoce género ni límites, su presencia en la enfermería es un recordatorio poderoso de la diversidad y la inclusión. Son parte integral de una profesión que abraza a todos aquellos que están dispuestos a ofrecer su corazón y su talento en beneficio de la humanidad. Su legado perdurará en las vidas que tocan y en el tejido mismo de la sociedad que ayudan a construir. 

Por: Evelin Flórez Valencia - Agencia de Noticias UPB

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