Agencia de Noticias UPB - Medellín. El reciente apagón en la península ibérica no solo dejó a millones sin luz, sino que encendió debates políticos alrededor de las centrales nucleares y de las energías no convencionales. Pero más allá del impacto mediático de la noticia, o del carrusel de imágenes que despertó el “volver al pasado”, el hecho debe abrir discusiones serias frente a la transición energética de la que tanto se ha hablado en los últimos años.
Las energías no convencionales (FNCER) son: eólica, solar, geotérmica, de biomasa, a partir de residuos, de los mares y Energía de los pequeños aprovechamientos hidroeléctrica (PCH).
El centro de la discusión
A raíz del apagón y, a falta de información oficial, se han suscitado debates en España que, por un lado, cuestionan la idoneidad de las centrales nucleares o piden una transición total a energías no convencionales y, por otro, discursos que invalidan los beneficios de la solar en el país. Según Red Eléctrica (REE), el operador de energía español, la producción nuclear es el 19,6 % del total energético del país, pero han hecho grandes avances hacia las no convencionales y, de acuerdo con algunos análisis de distribución energética, el momento del apagón ocurrió cuando se estaba distribuyendo solar (en un 55 % del total). Y, de acuerdo con declaraciones de algunos expertos en España, el alto porcentaje de energía renovables no favoreció la estabilidad del sistema.
“La nuclear es una energía supremamente limpia en términos de cambio climático. Lo que pasa es que está el dilema de qué hacer con los residuos nucleares, a pesar de que estos se pueden contener en áreas relativamente pequeñas. También está el problema de Chernóbil y Fukushima, que causó un daño publicitario gigantesco. De manera que España cayó en esa ola de desmontar las nucleares a pesar de que la tecnología que tiene no se compara con Chernóbil”, afirmó Andrés Emiro Díez, docente investigador de la Facultad de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la UPB.
“Lo ideal en el mundo hoy es una combinación entre energía nuclear, energía hidroeléctrica y las energías renovables no convencionales, e ir sacando paulatinamente el combustible fósil”, declaró Díez.
¿Puede pasar algo así en Colombia?
Según el experto en fuentes energéticas, Andrés Emiro Díez Restrepo, en Colombia existe un modelo basado principalmente en hidroeléctricas, que lo hace más estable ante cualquier variación. Pero advierte que lo sucedido en España puede ocurrir en cualquier sistema eléctrico, independientemente de si las energías son renovables o no, pues no hay sistema infalible. Aun así, reconoce que en Colombia existe un menor riesgo frente a un apagón tan masivo, gracias a la fortaleza del país en la generación hidráulica.
“La hidroeléctrica es una de las formas de producción de energía eléctrica más robustas y que más rápido pueden compensar los efectos que le causan problemas de estabilidad a la red, mientras que en el caso español la energía solar es precisamente la que tiene más dificultades de responder ante variaciones grandes en la demanda que provocan cambios en la frecuencia”, explica Andrés Emiro Díez.
¿Y Colombia cómo está?
En febrero, Adrián Correa, director de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme) del Ministerio de Minas y Energía, dijo: “Un poco más del 10 % de la energía que consumimos los colombianos ya es generada por el sol en las horas cercanas al mediodía". Lo explicó en un encuentro de los funcionarios del Gobierno con periodistas regionales, alineado con los datos de la Asociación de Energías Renovables (SER) que indican que en 2025 las energías renovables no convencionales (FNCER) en Colombia experimentarán un aumento del 35 %, con la puesta en marcha de 19 nuevos proyectos.
Pero este incremento no se traduce en un resultado necesariamente positivo. Aunque en 2024 entraron en operación 32 parques solares más, no hubo ninguno eólico que entrara en funcionamiento. De acuerdo con un reporte del Global Energy Monitor (GEM), una ONG internacional que hace seguimiento al avance de las energías renovables, publicado en febrero de 2025, los avances son muy lentos en general si los países quieren cumplir lo acordado en Dubái en 2023, de triplicar la producción a partir de energías renovables para 2030.
En Colombia se han cancelado 44 parques solares y eólicos hasta la fecha.
Si bien el profesor Díez resalta la importancia de acelerar la generación de estas energías no convencionales, es clave que se aproveche el potencial hidroeléctrico del país. Para él, aunque este tipo de proyectos se hayan satanizado gracias a malas prácticas en otros lugares del mundo, siguen siendo el futuro. “Le hemos dado la espalda a la energía que nos tiene en tan buena situación”, comentó Díez, agregando que Colombia cumple con facilidad los criterios de la ONU para que sus embalses desprecien las emisiones de efecto invernadero, gracias a la intensidad energética por la cantidad de precipitaciones y la geografía que posee. Lo que deviene en un modelo eficiente.
Escasez futura
Para el futuro la demanda de energía en Colombia va a seguir incrementando y, con los estándares actuales, no va a ser suficiente. Por tanto, es necesario encaminarse hacia una base hidroeléctrica y un crecimiento rápido de las no convencionales. Según Andrés Emiro Díez, el potencial de las centrales nucleares debe explotarse de manera pronta y, sobre todo, teniendo en cuenta que en diciembre de 2024 se radicó en el Congreso el primer proyecto de ley para crear una normativa clara y completa para el sector nuclear.
El apagón recordó al mundo que no es posible funcionar sin energía eléctrica, y el aumento desenfrenado de la demanda requiere que existan componentes académicos fuertes. Con ello, una tasa mayor de estudiantes involucrados en carreras destinadas a la industria. En Colombia la Universidad Pontificia Bolivariana trabaja para buscar soluciones y es referencia en el sector; con la Facultad de Energía Eléctrica y Electrónica, cuenta laboratorios avanzados para el estudio y la investigación en esta materia. Esto pensando en los retos que tiene el país de cara a los años que se aproximan.
Por: César Moreno Torres - Agencia de Noticias UPB - Medellín.
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