Agencia de Noticias UPB - Medellín. En el Oriente antioqueño, donde los talleres de ebanistería aún huelen a madera recién cortada y las manos de los artesanos conservan técnicas que se han transmitido por generaciones, se están gestando diferentes proyectos. Una historia de alianzas con la Facultad de Diseño Industrial y de diálogo entre saberes, que ahora se unen para impulsar un nuevo proyecto.
Todo comenzó con una visita del Instituto HAWK, una universidad de ciencias y artes aplicadas alemana que recorría los espacios de la Escuela de Arquitectura y Diseño con la intención de un convenio. Lo que parecía un encuentro académico más, se convirtió en la chispa que encendió una conversación con sentido.
La Alcaldía del Retiro, tiempo atrás, ya había mostrado interés en trabajar de la mano la Escuela de Arquitectura y Diseño. Y fue así, como hacia finales del año 2024, se reunieron el director de Desarrollo Empresarial del municipio, docentes de la UPB y representantes del HAWK. La propuesta fue clara: diseñar un proyecto que fortaleciera el sector de la ebanistería, ese que ha dado identidad al municipio, y conectarlo con otras prácticas artesanales cercanas, como el trabajo con mimbre y el ratán.
La Facultad de Diseño Industrial acogió el reto desde su dimensión más pedagógica: integrar el proceso a un curso de Optativa de Investigación, con estudiantes que permanecerían vinculados durante tres semestres. La intención no era solo académica, sino también lograr impulsar las unidades productivas, entender sus ritmos, respetar sus saberes, y aportar desde el diseño nuevas posibilidades para ampliar su repertorio de productos.
El proyecto se pensó como un recorrido de tres momentos, el levantamiento de información que dio lugar a cuatro salidas de campo. En la primera se reconoció el territorio; en la segunda, se exploraron las dinámicas particulares de cada taller; la tercera permitió un acercamiento profundo a los materiales, formas y acabados tradicionales. Y en la última, los estudiantes de Diseño Industrial llevaron propuestas y bocetos, que fueron validados junto a los mismos artesanos.
La segunda etapa de formalización busca traducir esos hallazgos en decisiones de diseño. Los tipos de maderas, estructuras y estética naciendo de lo que ya existe sin desdibujar la identidad local del municipio de El Retiro. Finalmente, el cierre del proceso se dará con una gran exposición a final del del presente año, donde cada unidad presentará un sistema de objetos propio, resultado de este diálogo profundo entre tradición y academia.
“A partir de la alianza de Facultades de Diseño Gráfico, Publicidad y Marketing Digital, aportarán a la construcción de marca, promoción y estrategia comercial. El Instituto HAWK, por su parte, acompañará el proceso con su experiencia en color y tendencias globales, ampliando así el horizonte del proyecto”, expresó Miguel Arango Marín, docente de Diseño Industrial.
Lo que se ha tejido en El Retiro es más que una alianza. Es una apuesta por el reconocimiento mutuo, por hacer del diseño una herramienta que no impone, sino que escucha. Por darle a los saberes locales un lugar en el presente sin obligarlos a renunciar a su historia.
“Como hay un proceso colaborativo, se ha planteado que la ampliación del repertorio de los productos quede a cargo de las unidades productivas. El compromiso es que, en el proceso de comercialización, se logre evidenciar, por ejemplo, por medio de etiquetados se dé cuenta de la colaboración entre el productor y la UPB”, comentó Miguel Arango Marín, docente de Diseño Industrial.
Para la Escuela de Arquitectura y Diseño, esta alianza representa mucho más que un ejercicio académico: es la oportunidad de llevar el diseño al territorio, de conectar a estudiantes y docentes con realidades vivas y complejas, y de reafirmar su compromiso con el desarrollo social y cultural del país. Es también una forma de ampliar la mirada del diseño, reconociéndolo como un puente entre saberes tradicionales y conocimientos contemporáneos. Esta experiencia reafirma el papel de la Escuela como agente activo de transformación, capaz de articular procesos formativos con impactos reales, sostenibles y profundamente humanos.
Por: Natalia Quintero Pabón - Agencia de Noticias UPB – Medellín.
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