En la actualidad, pese a que las condiciones sociales alrededor del mundo han venido cambiando lenta pero progresivamente para garantizar la equidad, aun es baja la proporción de mujeres que inician y culminan carreras de ingeniería y, en general, carreras asociadas a la ciencia y la tecnología, a las cuales se suele referirse como STEM (Science, Technology, Engineering and Math) [1].
Esta situación era todavía más evidente en el pasado. Antes de mediados del siglo XX, muy pocas mujeres en todo el mundo llegaron a desempeñarse en campos asociados a la ciencia y menos a la ingeniería. Esto, al punto de que pueden enumerarse casos muy particulares que han llegado a ser famosos y que, por su escasez y relevancia, confirman el aserto. Son casi lugares comunes, por sus contribuciones, Hildegarde von Bingen [2], Ada Lovelace [3] , Sofía Kovalevskaya [4] y, tal vez la más famosa de todas, Marie Curie [5]–[7].
En Colombia, en la década de 1930, casi un siglo después del tiempo de Sofía Kovalevskaya y varias décadas después de los brillantes descubrimientos de Marie Curie, aún no tenían acceso libre las mujeres al estudio de la ciencia, la tecnología o la ingeniería.
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Esta situación continuó así hasta 1940, año en que la Facultad de Química Industrial de la Universidad Católica (hoy Pontificia) Bolivariana (UCB) llevaba 2 años funcionando e inauguraba su tercer año de labores. Ese año solicitó ingreso a dicha Facultad Rebeca Uribe Bone. Su ingreso fue aceptado, en una resolución que puede considerarse de avanzada, y que dio pie a interesantes conversaciones en el seno del Consejo Directivo de la entonces naciente Universidad. Las mujeres ya habían ingresado a la universidad pública en Colombia, por lo que, como se comentó en la reunión del Consejo del 21 de febrero de 1940 [8], “el problema del reconocimiento de sus títulos no significaría ninguna dificultad en el futuro”. Sin embargo, aún no había en Colombia ninguna mujer graduada en ingeniería. Rebeca Uribe sería la primera en lograrlo, en 1945. En la ilustración puede verse a la ingeniera Uribe ejerciendo su profesión, en años posteriores, en Bavaria, empresa cervecera.
Para la UCB era de vital importancia la opinión que pudiera tener la Iglesia de la época (año 1940) de este paso que equiparaba a hombres y mujeres en el acceso a los saberes y profesiones, respecto a lo cual manifestó el Pbro. Félix Henao Botero que el ingreso de la señorita Uribe Bone “a la Facultad de Química no significaba que la Universidad aceptara la coeducación, siempre prohibida por la Iglesia, sino que allí se trataba de coinstrucción, cosa bien distinta y aceptada por la Santa Sede, como él mismo había podido comprobar en la Universidad Católica de Milán”. Además, el Rector Mons. Manuel José Sierra consideraba que era mucho mejor que las mujeres realizaran sus estudios en universidades católicas, que “ofrecían las garantías morales que la Bolivariana puede ofrecer” [8].
El Consejo Directivo en pleno aceptó la propuesta del Rector. En el acta ya referida consta la decisión final sobre el ingreso de Rebeca Uribe: “Acéptese a la solicitante a la Facultad de Química Industrial, no en vía de ensayo, sino como orientación definitiva de la Universidad, remitida a la decisión definitiva del Excmo. Señor Arzobispo”, refiriéndose a Mons. Tiberio de J. Salazar y Herrera, quien fuera llamado “Arzobispo de la Educación”.
La decisión de la Universidad naciente de acoger a las mujeres en sus Facultades se muestra como un signo claro de liderazgo y pensamiento visionario en una época en la cual se estaba revaluando el papel de la mujer en la sociedad colombiana.
Por: Marisol Osorio Cárdenas y Beatriz Garcés Beltrán
Fuentes:
[1] “Cracking the code: girls’ and women’s education in science, technology, engineering and mathematics (STEM); 2017,” 2017 [En línea]. Disponible: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000253479 . [Consultado: 29-Ago-2018].
[2] G. Lerner, The creation of feminist consciousness : from the Middle Ages to eighteen-seventy. Oxford University Press, 1993.
[3] A. E. Hurt, Ada Lovelace Computer Programmer and Mathematician. Cavendish Square Publishing LLC, 2017.
[4] M. Audin, Remembering Sofya Kovalevskaya. Springer, 2011.
[5] E. Curie, La vida heroica de María Curie, descubridora del radio. Madrid: Espasa Calpe S. A., 1966.
[6] G. Horacio, Marie curie la caceria de lo inestable. Pax Mexico L.C.C.S.A, 2006.
[7] M. P. Queralt, Madres e hijas en la historia: De las Agripinas a las Curie. Espasa Calpe S. A., 2014.
[8] Consejo Directivo de la Universidad Pontificia Bolivariana, “Acta # 29.” UPB, Medellín, pp. 120–122, 1940.
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